La segunda oportunidad
'Materia' desaf¨ªa a sus lectores a resolver este noveno desaf¨ªo cient¨ªfico, que acompa?a a la biblioteca 'Descubrir la ciencia'
Diez a?os despu¨¦s, segu¨ªa despert¨¢ndose cada ma?ana con el recuerdo de aquella fat¨ªdica noche de Navidad clavado en su mente.
Se ve¨ªa de nuevo sentado al volante, con m¨¢s alcohol en su sangre de lo permitido y m¨¢s peso en sus p¨¢rpados de lo aconsejable. Pero a pesar de su maltrecho estado, a cualquier otro m¨¢s sobrio y despierto tambi¨¦n le habr¨ªa costado sortear al extra?o que surgi¨® de repente ba?ado por los chorros de luz de los faros. Ve¨ªa el violento volantazo, el morro de su coche desvi¨¢ndose hacia aquellas tuber¨ªas de gas, el fogonazo deslumbrante, y la lengua de fuego que comenzaba a comerse su carne.
Ha sido un milagro, le dijo el camionero que circulaba detr¨¢s de ¨¦l y que le arrastr¨® de entre las llamas. Pero la imagen que le devolv¨ªa el espejo cada ma?ana no era la de un milagro, sino la de una condena. ?Cu¨¢ntas veces se hab¨ªa arrepentido de no haber arrollado a aquel tipo sin m¨¢s? Habr¨ªa bastado con cerrar los ojos y sostener firmemente el volante para aguantar el impacto. El hombre habr¨ªa muerto de todos modos; hab¨ªa muerto de todos modos: qued¨® irreconocible bajo las ruedas dobles del cami¨®n.
Pero por fin, ahora ten¨ªa en sus manos la posibilidad con la que tanto hab¨ªa fantaseado. Ni siquiera estaba seguro de entender c¨®mo funcionaba aquello. Simplemente, hab¨ªa descubierto que la flecha del tiempo era doble. Y a partir de esto, elegir el momento hist¨®rico en el que caer era s¨®lo una cuesti¨®n de f¨ªsica b¨¢sica: algo de relatividad einsteniana, dilataci¨®n del tiempo y unas cuentas elementales. El 25 de diciembre de un decenio atr¨¢s.
El plan era sencillo. No ten¨ªa m¨¢s que aparecer en aquel lugar, en aquel momento, y apartar al extra?o de la carretera. ?l, o mejor dicho su otro ¨¦l, seguir¨ªa conduciendo sin m¨¢s hasta llegar a casa sano y salvo para despertarse a la ma?ana siguiente con la ¨²nica secuela de una brutal resaca. Despu¨¦s s¨®lo deb¨ªa aplicar de nuevo las ecuaciones cambiando los signos, m¨¢s por menos, menos por m¨¢s. Estar¨ªa de vuelta en su vida actual, pero ser¨ªa otra vida, con otra imagen muy diferente en el espejo.
La noche elegida para hacerlo era tambi¨¦n Navidad. Contempl¨® por ¨²ltima vez su rostro desfigurado en el reflejo de la ventana, apag¨® las luces, entr¨® en la m¨¢quina y puls¨® el bot¨®n, dispuesto a saborear el primer d¨ªa del resto de su vida.
Diez a?os despu¨¦s, segu¨ªa despert¨¢ndose cada ma?ana con el recuerdo de aquella fat¨ªdica noche de Navidad clavado en su mente.
?Qu¨¦ ha sucedido? ?Puede el protagonista cambiar su historia?
Explica tu respuesta. El plazo para responder a este desaf¨ªo finaliza el domingo 25 de diciembre a las 12:00 (hora peninsular espa?ola)
Respuesta correcta: Cuando el protagonista de la historia viaja a aquella carretera la noche de Navidad de diez a?os atr¨¢s, no encuentra all¨ª a nadie m¨¢s. No hay ning¨²n extra?o. S¨®lo est¨¢ ¨¦l. Para cuando ha logrado comprenderlo, ya es demasiado tarde: s¨²bitamente, el resplandor de unos faros le paraliza. El coche gira descontrolado para estrellarse contra una instalaci¨®n de gas. Mientras el hombre contempla at¨®nito la escena, no se apercibe de que el cami¨®n se le echa encima, pulveriz¨¢ndole bajo sus ruedas. El conductor sobrevive al accidente gracias a la intervenci¨®n del camionero, pero queda malherido y desfigurado a causa de las quemaduras. Diez a?os m¨¢s tarde inventar¨¢ la manera de viajar en el tiempo. No le servir¨¢ de nada: a¨²n no sabe que ¨¦l era el extra?o del accidente, por lo que est¨¢ condenado a repetir el mismo bucle una y otra vez, eternamente, sin lograr jam¨¢s cambiar la historia.
Ganadora: Luc¨ªa Rodr¨ªguez Torrado, de A Coru?a.
Finalizado
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