La venganza qu¨ªmica
'Materia' desaf¨ªa a sus lectores a resolver este octavo desaf¨ªo cient¨ªfico, que acompa?a a la biblioteca 'Descubrir la ciencia'
Escena: sal¨®n de una casa c¨¦ntrica, por la noche. Ocupan la escena dos hombres. Ante una mesa repleta de manjares se sienta el joven Milo. Frente a ¨¦l permanece en pie su anfitri¨®n, Lamar, de mediana edad. Milo deglute la comida a dos carrillos, hasta que hace una pausa para farfullar.
M. ?Deliciosos! Normalmente no me gustan los guisantes, pero la verdad es que los de usted saben diferente. ?C¨®mo los cocina?
L. Oh, en realidad es f¨¢cil. Como le he dicho, soy qu¨ªmico, y la cocina no es m¨¢s que un laboratorio. Si uno conoce las transformaciones qu¨ªmicas, domina la cocina. Pero el verdadero secreto est¨¢ en las especias. A cada plato las suyas. Por ejemplo, ese plato de pollo que est¨¢ a punto de probar.
M. ?Qu¨¦ especias le ha echado?
L. A ¨¦se... Dos o tres.
M. ?Dos o tres? ?Cu¨¢les?
L. Compr¨¦ndalo, es una receta familiar secreta. Si se lo revelara tendr¨ªa que matarle.
M. ?Ja, ja, no se preocupe, no voy a robarle la idea! A m¨ª no me gusta cocinar, s¨®lo comer. Pero no quisiera abusar de su amabilidad. Nunca un cliente me hab¨ªa invitado a cenar. Cuando quiera, me ense?a la casa para hablar de los detalles de la reforma.
L. No se preocupe por eso ahora, coma tranquilo. Como ve, en realidad la casa est¨¢ en perfecto estado. ?Quiere probar el estofado de caza, Milo?
M. Perdone si le parezco demasiando ansioso, pero es que est¨¢ todo riqu¨ªsimo. No suelo cenar manjares como estos. ?El estofado tambi¨¦n lleva esas especias suyas secretas?
L. Cene menos.
M. ?Qu¨¦?
L. Desayune m¨¢s, cene menos. Es lo que siempre me dice mi m¨¦dico. ?El secreto de una larga vida! La cual, por desgracia, usted ya no va a tener.
M. No se preocupe por m¨ª, tengo un est¨®mago resistente.
L. ?Le parece que hablemos de qu¨ªmica mientras cena? He o¨ªdo que entiende usted del asunto.
M. ?Qu¨ªmica? ?No, para nada! Usted es el qu¨ªmico. Yo no tengo la menor idea. Yo reformo casas, ya sabe.
L. Oh. No es eso lo que hab¨ªa o¨ªdo. Seg¨²n lo que ella me cont¨®.
M. ?Ella? ?Qui¨¦n?
L. Mi hija. Aqu¨¦lla a la que usted abandon¨® porque, seg¨²n le dijo usted, no hab¨ªa ¡°qu¨ªmica¡±.
M. Oiga... ?Es una broma?
L. Es m¨¢s, usted se ri¨® de ella. En cambio, a ella no le hizo ninguna gracia. Cay¨® en una profunda depresi¨®n. Pero el golpe definitivo lleg¨® cuando se enter¨® de la enfermedad incurable que usted le hab¨ªa transmitido, ocult¨¢ndole que la padec¨ªa. A causa de la cual, entre otras terrible consecuencias, nunca podr¨ªa tener hijos. Fue entonces cuando ya no quiso seguir viviendo.
M. Pero... ?Habla en serio? Se?or Lamar... Yo... ?Yo no sab¨ªa nada! Si lo que dice es cierto, lo siento mucho. Yo no quer¨ªa...
L. No, no, no, Milo. Ya es demasiado tarde para eso.
M. ?Tarde? ?Qu¨¦ quiere decir? ?Es que piensa... matarme?
L. Usted deb¨ªa recibir su merecido, Milo. Pero yo no soy un asesino. Empu?ar un arma... ?No sabr¨ªa ni c¨®mo hacerlo! Pero usted ha venido aqu¨ª por su propio pie, yo le he informado de que la comida contiene venenos, y aun as¨ª usted ha elegido voluntariamente... suicidarse.
M. ?Qu¨¦? ?Est¨¢ loco?
L. No, yo no estoy loco, Milo. Pero usted ha estado poco atento, y sabr¨¢ que digo la verdad porque probablemente ya est¨¢ comenzando a sentir los pinchazos. Las cantidades de veneno que ha ingerido no son fulminantes. Todav¨ªa le queda... una hora, calculo. Pero a¨²n tiene una ¨²ltima oportunidad de vivir, gracias tambi¨¦n a la qu¨ªmica. ?Ve esa jarra grande? Contiene un l¨ªquido muy peculiar que podr¨ªa ayudarle a retrasar la absorci¨®n del veneno. Si se la bebe entera, tal vez, pero s¨®lo tal vez, disponga del tiempo suficiente para llegar a un hospital.
M. ?Deme la jarra!
L. ?Espere! Antes debo advertirle de algo. Este l¨ªquido mata a cientos de miles de personas cada a?o. De hecho, es una de las principales causas de muerte en el mundo. As¨ª que est¨¢ en su mano elegir si quiere correr el riesgo o no.
M. ?Maldito hijo de perra! ?V¨¢yase al infierno!
Milo se levanta de la silla, se tambalea hasta el recibidor y se arroja escaleras abajo, batiendo la puerta en su hu¨ªda. Lamar lo oye resbalar y desplomarse en los ¨²ltimos escalones del portal, pero a¨²n puede verlo por la ventana mientras sale corriendo a la calle oscura, donde el chirriar de un frenazo precede al ruido sordo de un cuerpo estamp¨¢ndose contra el asfalto.
L. (Levantando su copa.) Despu¨¦s de usted.
?Qu¨¦ venenos ha tomado Milo y cu¨¢l es el l¨ªquido que podr¨ªa haberle salvado?
Revisa el texto y descubrir¨¢s ocultas esas sustancias qu¨ªmicas. El plazo para responder a este desaf¨ªo finaliza el domingo 27 de noviembre a las 12:00 (hora peninsular espa?ola).
Respuestas correctas: Milo ha ingerido dos venenos, a pesar de que Lamar le ha informado de ello antes de tomar la comida envenenada. En primer lugar, cuando Milo le pregunta qu¨¦ especias le ha echado al pollo, Lamar responde: ¡°a ¨¦se... dos o tres¡±. Es decir, As2O3, o tri¨®xido de ars¨¦nico, la forma m¨¢s com¨²n del ars¨¦nico como veneno, el que utilizaba Madame Bovary para quitarse la vida. El nombre del segundo veneno est¨¢ oculto en la fingida recomendaci¨®n del m¨¦dico de Lamar: ¡°cene menos¡±, o CN-, cianuro. Y naturalmente, el l¨ªquido que podr¨ªa haber ayudado a Milo a retrasar la absorci¨®n del veneno, pero que mata a cientos de miles de seres humanos, no es otro que el agua: la Organizaci¨®n Mundial de la Salud calcula que cada a?o mueren ahogadas 372.000 personas. El agua es la tercera causa de muerte accidental en el mundo, con un 7% del total.
Ganador: Santiago Revuelta Coldeira, de Alcorc¨®n (Madrid).
Finalizado
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