Las ideas superclaras

Queridos lectores: yo soy una persona que no duda. O si dudo¡­ no, no dudo. Me suelo formar una opini¨®n sobre las cosas a la primera de cambio. Veo el estreno de un programa de televisi¨®n, el primer cap¨ªtulo de una serie¡­ lo que sea, y enseguida ya s¨¦ si es una mierda o no. Y casi siempre es la primera opci¨®n. Entonces lo hago saber en los foros sin ambages: vaya mierda, escribo. ?Para qu¨¦ andarse con rodeos? ?Para qu¨¦ meditar las cosas? Eso es para los d¨¦biles. Yo me muevo por impulsos. Como un macho alpha de la opini¨®n. Adem¨¢s, no me callo, siempre voy con la verdad por delante. El otro d¨ªa mi prima fue a la peluquer¨ªa y volvi¨® con las sienes rapadas y el pelo te?ido de rosa. La mir¨¦ y le espet¨¦: "?Vas rid¨ªcula! Seguro que la gente se r¨ªe de ti a tus espaldas. Haz algo por solucionarlo". Llor¨®, pero de agradecimiento.

En mi caso, la sinceridad se abre paso como un torrente de agua cristalina.

Tambi¨¦n me pasa que, a veces, mis pensamientos cambian de naturaleza. Se dan la vuelta como un calcet¨ªn en mi mollera. Y as¨ª, lo que era blanco pasa a ser negro, como suele decirse. Me pas¨® hace poco con un c¨®mico, al que admiraba, que de repente le cog¨ª man¨ªa. Sus ademanes, sus gestos, las cosas que sal¨ªan de su boca y que antes me divert¨ªan ahora me daban asco. As¨ª se lo hice saber por Instragram: "X me gustabas mucho, ahora te odio".

Y que conste que lo hice por ¨¦l, para que se pusiera las ¡°pilitas¡±.

De nada.