Angela, la eterna
A pesar de todas las crisis, Merkel sigue siendo indiscutible y ha sobrevivido pol¨ªuticamente a sus colegas
El mismo procedimiento de siempre: Angela Merkel, que ya lleva 11 a?os en el cargo, ha vuelto a ser designada candidata a canciller por su partido, la Uni¨®n Cristianodem¨®crata. En Alemania, no es raro estar a?os y a?os en el candelero pol¨ªtico. Al contrario. Helmut Kohl gobern¨® desde 1982 hasta 1998, superando incluso al fundador de la Rep¨²blica Federal, el m¨ªtico Konrad Adenauer. Cuando este ¨²ltimo se convirti¨® en primer ministro del nuevo Estado en 1949, despu¨¦s del periodo nacionalsocialista, hab¨ªa cumplido 73 a?os. Pero Adenauer, que durante varios a?os asumi¨® tambi¨¦n la cartera de Exteriores, era un viejo m¨¢s duro. Tard¨® 14 a?os en retirarse, en contra de su voluntad y presionado por su partido. Si Angela Merkel se propone seguir sus pasos ¡ªsuponiendo que goce de buena salud y que sea reelegida ininterrumpidamente¡ª, seguir¨¢ abonada al cargo de canciller hasta 2041.
En todo caso, los democristianos ¡ªcomo demostr¨® el j¨²bilo de sus fieles ante la renovaci¨®n de su candidatura¡ª no ser¨¢n quienes le pongan obst¨¢culos en el camino. A pesar de todas las crisis, Merkel sigue siendo indiscutible y, tras las elecciones de septiembre de 2017, podr¨¢ elegir su socio de coalici¨®n. En Alemania contin¨²a vigente el lema de Adenauer: nada de experimentos. A la democracia alemana ¡ªa diferencia, por ejemplo, de la brit¨¢nica¡ª no le gustan los golpes contra los jefes de filas, y los electores alemanes son partidarios de la continuidad. El comod¨®n electorado alem¨¢n no soportar¨ªa los mariposeos de una democracia como la italiana. En Italia ha habido 63 Gobiernos en los ¨²ltimos 70 a?os. Ni siquiera los historiadores o los periodistas pueden saberse de memoria los nombres m¨¢s importantes.
Desde el principio, los padres fundadores de Estados Unidos advirtieron los riesgos de permanecer demasiado tiempo en el Gobierno y, con buen criterio, limitaron la duraci¨®n del mandato a una ¨²nica reelecci¨®n, es decir, a un m¨¢ximo de ocho a?os. O sea, que, en Estados Unidos Angela Merkel habr¨ªa tenido tiempo libre para escribir sus memorias desde hace tres a?os. ?Podr¨¢, acaso, acordarse de todos sus compa?eros de viaje? Cada vez son m¨¢s, porque fuera de Alemania las carreras de los pol¨ªticos son todo lo contrario de estables. ?Qui¨¦n recuerda a¨²n a Antonis Samar¨¢s, el primer ministro conservador griego, con el que Merkel quer¨ªa resolver la crisis del euro hace algunos a?os? Pronto dejaron de votarle. No es el ¨²nico. Tampoco Nicolas Sarkozy, el viejo amigo de Merkel, va a tener una segunda oportunidad en la presidencia de Francia. Incluso su sucesor, Fran?ois Hollande, ha sufrido el desgaste del cargo. A diferencia de Merkel, en 2017 ni siquiera se presentar¨¢ a las elecciones porque no tendr¨ªa ninguna posibilidad.
La pol¨ªtica se ha convertido en una ocupaci¨®n ef¨ªmera; esta observaci¨®n es v¨¢lida para cualquier pa¨ªs, excepto para Alemania.
Tambi¨¦n al canciller austr¨ªaco, Werner Faymann ¡ªjunto con el que Merkel abri¨® la ruta de los Balcanes para los emigrantes y los refugiados el a?o pasado¡ª, le ha llegado su hora. Su propio partido lo ha destituido. Hasta David Cameron, el amigo personal de la primera ministra, no tard¨® en asumir las consecuencias del Brexit que ¨¦l mismo hab¨ªa impulsado con un refer¨¦ndum, y dimiti¨®. Tras lo cual, a Merkel le qued¨® principalmente Matteo Renzi, el presidente del Gobierno italiano, como aliado fiel para los asuntos europeos comunes. Lo malo es que, a ra¨ªz de la sonora derrota de su reforma de la Constituci¨®n, el lunes pasado anunci¨® su dimisi¨®n. Y todo esto, mientras Angela Merkel se dirige imperturbable hacia sus duod¨¦cimo a decimosexto a?os de mandato.
Merkel los sobrevive a todos. No obstante, no hay que pasar por alto a dos viejos compa?eros de la canciller que a¨²n siguen a bordo. Donald Tusk y Jean-Claude Juncker llegaron a sus puestos de presidente del Consejo y presidente de la Comisi¨®n de la Uni¨®n Europea gracias a la protecci¨®n personal de Merkel. Pero el partido de Tusk sufri¨® en Polonia una derrota electoral tan estrepitosa como la de Juncker en Luxemburgo, su pa¨ªs natal. Actualmente, los dos perdedores sobrellevan sus carreras en Bruselas, donde no se pregunta a los electores. Pero es como un maleficio: la vida de los socios pol¨ªticos de Angela Merkel es peligrosa. Y es que, en la ¨¦poca de la globalizaci¨®n y de Internet, la pol¨ªtica se ha convertido en una ocupaci¨®n ef¨ªmera. Esta observaci¨®n es v¨¢lida para cualquier pa¨ªs, excepto para Alemania.
Dirk Sch¨¹mer es corresponsal de Die Welt en Italia.
Traducci¨®n de News Clips.
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