¡°El pueblo ind¨ªgena ya no es ese al que hay que evangelizar y dar ropita¡±
Patricia Gualinga ha conseguido llevar una canoa amaz¨®nica hasta el Sena para visibilizar los problemas de los Sarayaku
Cuando Patricia Gualinga abandon¨® con 13 a?os su pueblo, en la Amazon¨ªa ecuatoriana, para trasladarse a Quito a acabar sus estudios, no pod¨ªa dejar de vomitar. Asegura que hasta que no pasaron tres a?os no se acostumbr¨® a vivir lejos de su casa, la comunidad Kichwa de Sarayaku y sobre todo de su familia, pero que ahora entiende que deb¨ªa acabar de formarse. Hoy es la cara y la voz en el extranjero de su pueblo como Dirigente de Relaciones Exteriores del Pueblo Originario Kichwa de Sarayaku. Antes se encarg¨® de los asuntos relacionados con el papel de la mujer. "Decid¨ª que si mi comunidad me necesitaba, iba a estar a su lado", asegura en una visita rel¨¢mpago a Madrid, donde participa en una conferencia en la Universidad de Comillas.
El Gobierno aut¨®nomo de su pueblo, de 1.400 habitantes, ha resistido los intentos de explotaci¨®n petrol¨ªfera durante 30 a?os e incluso gan¨® hace una d¨¦cada una demanda contra el Estado ecuatoriano despu¨¦s de que este permitiera sin su aprobaci¨®n la cesi¨®n de sus terrenos a una empresa argentina. "La riqueza que dan las explotaciones petrol¨ªferas es moment¨¢nea, material, ficticia. Es un modelo obsoleto que no funciona para defender a la madre tierra", asegura ella con convicci¨®n.
El Gobierno aut¨®nomo de su pueblo, de 1.400 habitantes, ha resistido los intentos de explotaci¨®n petrol¨ªfera durante 30 a?os e incluso gan¨® hace una d¨¦cada una demanda contra el Estado ecuatoriano
Su objetivo principal ahora es conseguir que los bosques primarios, aquellos que no han sido explotados por la mano humana y en los que todav¨ªa habitan cientos de especies en estado salvaje, sean reconocidos como "intocables a perpetuidad" en todo el mundo. Gualinga lleva su mensaje por el planeta a trav¨¦s de conferencias charlas y todo tipo de acciones. La estancia en Madrid apenas llega a las 24 horas porque al d¨ªa siguiente tiene un avi¨®n a primera hora rumbo a Alemania.
El a?o pasado lleg¨® a llevar una canoa amaz¨®nica hasta el r¨ªo Sena tras un recorrido de 10.000 kil¨®metros con motivo de la Conferencia del Cambio Clim¨¢tico, celebrada en Par¨ªs. "Los que tienen que empezar a entender que tiene que cambiar son la sociedad occidental y los gobiernos. No decimos que vivan como nosotros, pero tienen que volver a educarse en su relaci¨®n con la naturaleza", asevera. Su pretensi¨®n va m¨¢s all¨¢: "Queremos demostrar que peque?os para¨ªsos en el mundo como el nuestro pueden mostrar otra forma de vivir y tratar de generar un equilibrio y dar dignidad a este planeta".
Gualinga opina que empieza a cambiar la forma en la que el mundo ve a los ind¨ªgenas: "Ya no ese ese pueblo al que hay que evangelizar, dar ropita y educaci¨®n. Queremos conocer otras culturas porque somos curiosos, pero no ser absorbidos y perder toda nuestra riqueza cultural". Su cosmovisi¨®n contempla un respeto m¨¢ximo de la naturaleza y un modo de vida sostenible, en el que el ser humano es solo una parte m¨¢s del eslab¨®n.
La decisi¨®n de convertirse en una activista no fue f¨¢cil. Cuando los miembros de su pueblo llamaron a su puerta ella hab¨ªa ocupaba el un cargo p¨²blico como gerente regional de turismo, "un puesto muy cercano al ministro y a la presidencia", apunta. "Podr¨ªa haber seguido en un trabajo p¨²blico y haber tenido casas y carros, pero no pod¨ªa ver el dolor de mi gente. El camino ha sido largo pero tengo mi conciencia tranquila".
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