El gran negocio de las carreras populares: d¨®nde va a parar el dinero
?Estamos corriendo por encima de nuestras posibilidades e inflando la burbuja del 'running'?
Una carrera de 10 kil¨®metros de distancia necesitar¨¢, al menos, un punto de avituallamiento. Si en ese punto se da un botell¨ªn de agua a cada corredor y participan, por continuar con n¨²meros redondos, 10.000 corredores, significa que har¨¢n falta otros tantos botellines. Si se tratara de un marat¨®n, deber¨ªamos multiplicar los puntos por 10 y alcanzar¨ªamos las 100.000 botellas de agua. Es matem¨¢tica elemental. Piense ahora que es una de las empresas que venden ese agua: 100.000 botellas en un d¨ªa y en un ¨²nico punto de entrega. Un gran negocio.
En un marat¨®n, la empresa que vende el agua despacha 100.000 botellas en un d¨ªa y en un ¨²nico punto de entrega. Un gran negocio
Aqu¨ª es, m¨¢s que finanzas elementales, pura l¨®gica. Vayamos entonces m¨¢s all¨¢: los corredores, m¨¢s o menos exhaustos, m¨¢s o menos sedientos, se han bebido todas esas botellitas de agua y las han ido arrojando al suelo, porque correr y reciclar resulta complicado. Muchos intentar¨¢n, claro, lanzarlas al otro lado de las vallas que delimitan el trazado y que alguien previamente tambi¨¦n coloc¨®. Las calles son una huerta urbana de pl¨¢stico que se debe recoger y limpiar porque cuando termine la carrera todo debe pararse y regresar a la normalidad. Y cuanto antes, mejor. M¨¢s negocio.
Ahora recordemos que en Espa?a se celebran cerca de 4.000 carreras al a?o, m¨¢s de 10 al d¨ªa. La mayor¨ªa, los fines de semana, lo que equivale a 75 cada uno de ellos. Correr se ha convertido en los ¨²ltimos a?os en un negocio en auge, y no s¨®lo para los fabricantes de material deportivo, de las zapatillas y de la ropa que vestimos al hacerlo, que ser¨ªa lo primero que todos responder¨ªamos si nos preguntasen qui¨¦n gana m¨¢s dinero con la imparable moda del running.
M¨¢s de dos millones de personas afirman en Espa?a que salen a correr todas las semanas. Seg¨²n la ¨²ltima encuesta del Ministerio de Educaci¨®n, Cultura y Deporte, sobre los h¨¢bitos deportivos de los espa?oles en 2015, un 23 % dice hacerlo al menos una vez a la semana y un 30 % haber salido a correr al menos una vez en el ¨²ltimo a?o. El doble que hace s¨®lo un lustro. De ah¨ª que el n¨²mero de carreras se haya incrementado, como lo analiza Paco Noguera, socio de la conocida web carreraspopulares.com, entre un 15 y un 20 % anual. ¡°En buena parte por la incorporaci¨®n de la mujer, que ha pasado de un 5 % de participaci¨®n en el pasado al 50 que hoy tiene¡±. Dos ejemplos: en la San Silvestre de Madrid, hace 15 a?os, corr¨ªan 5.000 personas y hoy son 40.000; y la primera Carrera de la Mujer, en Madrid, tuvo 4.000 corredoras y hoy hay 24 pruebas iguales en todo el pa¨ªs y 185.000 participantes en total.
?En qu¨¦ situaci¨®n estamos en Espa?a? ?Qu¨¦ nivel tienen las carreras que se organizan cada fin de semana? ?Qui¨¦n gana dinero con ellas? ?Cu¨¢nto cuesta organizarlas? ?Son caras? ?Hay demasiadas? ?Estamos corriendo por encima de nuestras posibilidades e inflando la burbuja del running? ¡°En Espa?a se ha pasado de carreras muy b¨¢sicas, con montajes sencillos, a organizaciones complejas. Aunque parece muy nuevo, es algo que ha llegado con d¨¦cadas de retraso, pues esto que vivimos aqu¨ª ahora ya ocurri¨® en los a?os ochenta en Estados Unidos y tambi¨¦n en el centro y norte de Europa¡±, explica Rodrigo Gavela, director de eventos de MotorPress Ib¨¦rica, organizadores, entre otras, de la Carrera de la Mujer.
Gavela destaca c¨®mo estas citas populares, adem¨¢s, ¡°se est¨¢n convirtiendo en eventos de primer orden en las grandes ciudades y en imagen y escaparate de ellas¡±. Lo compara as¨ª con lo que sucede desde hace a?os en ciudades como Nueva York, Londres o Boston, donde sus maratones son ya referentes que atraen cada a?o a decenas de miles de corredores y a¨²n m¨¢s acompa?antes y espectadores.
¡°Estamos en un punto de inflexi¨®n y necesitamos hacer una reflexi¨®n para no matar esas carreras¡±
David Escud¨¦, comisionado de deportes del Ayuntamiento de Barcelona
Una carrera hoy no es s¨®lo una fuente de negocio para las grandes compa?¨ªas como Nike, Adidas o Asics, que venden el equipamiento, sino tambi¨¦n para todas aquellas que intervienen en la organizaci¨®n, como las empresas que suministran los botellines de agua, las que alquilan las infraestructuras (vallas, escenarios, arcos de meta, carpas, generadores¡) o las que prestan servicios (coordinadores, organizadores, m¨¦dicos, seguridad privada, ¨¢rbitros¡). Tambi¨¦n est¨¢n las que se benefician de forma indirecta, por el impacto que las carreras tienen en el lugar donde se celebran.
Aunque resulta a¨²n complicado encontrar datos generales del sector, algunos organizadores s¨ª han calculado la repercusi¨®n de las carreras m¨¢s importantes. As¨ª, el marat¨®n de Sevilla, por ejemplo, cuya organizaci¨®n cuesta 1,2 millones de euros, reporta m¨¢s de siete en gasto de los corredores y sus acompa?antes. El de Valencia tiene un impacto que supera los diez millones de euros. Cada a?o crece, adem¨¢s, el n¨²mero de corredores extranjeros en este tipo de carreras, lo que supone un mayor gasto en hosteler¨ªa y alojamiento para la ciudad, adem¨¢s de la promoci¨®n tur¨ªstica de la misma.
Tampoco podemos olvidar el beneficio intangible que suponen para las empresas, como los patrocinadores, que buscan imagen de marca a trav¨¦s de ellas. Como lo explica Gavela, ¡°les asocia a una idea de vida sana y deportiva en la que se cultiva la cultura del esfuerzo, la disciplina, el sacrificio, la constancia y la responsabilidad¡±. De ah¨ª que hoy, a las marcas deportivas se hayan sumado desde compa?¨ªas de seguros, como Zurich en ese marat¨®n de Sevilla, hasta bancos, como el Santander, que patrocinar¨¢ el nuevo y potente triatl¨®n de Barcelona.
De hecho, es por ese impacto positivo para las empresas, por esa imagen de marca que generan, por lo que el negocio es cada vez m¨¢s rentable. Como conceden los organizadores, sin patrocinadores que paguen las carreras (o la organizaci¨®n directa del ayuntamiento) ser¨ªa imposible hacerlas. Hoy, seg¨²n los datos que facilita MotorPress, organizar una carrera b¨¢sica de 10 kil¨®metros para 1.000 corredores tiene un coste m¨ªnimo de 15.000 euros. Esa cifra superar¨¢ los 200.000 para 10.000 corredores, los 700.000 para m¨¢s de 30.000 y el mill¨®n de euros para los maratones. ¡°Sin esos patrocinadores habr¨ªa que cobrar inscripciones el doble o el triple de lo que se pagan ahora¡±, afirma Gavela.
Durante los ¨²ltimos a?os, sin embargo, algunos corredores se han quejado del precio de las carreras. Pruebas como los maratones de Valencia, Barcelona o Madrid rondan los 70 euros de gasto medio, muy lejos de los m¨¢s de 300 que vale la inscripci¨®n en el m¨¢s caro del mundo, el de Nueva York, donde s¨®lo por apuntarse, lo que no garantiza tener plaza finalmente, hay que desembolsar diez euros. ¡°No es cierto que sean caras. Hay mucha demanda, pero tambi¨¦n mucha oferta¡±, afirma Merc¨¦ Gregori, socia de Runedia, otro de los portales de referencia del sector.
El marat¨®n de Sevilla, por ejemplo, cuya organizaci¨®n cuesta 1,2 millones de euros, reporta m¨¢s de siete en gasto de los corredores y sus acompa?antes
Para poder analizar el coste, ella recomienda previamente ver el recorrido de la carrera, la bolsa y el obsequio, as¨ª como los servicios que se prestan o la animaci¨®n posterior a la misma, ¡°porque es todo eso lo que marca la diferencia¡±. Adem¨¢s, como destaca, por esa oferta desbordada de carreras que hay, ¡°las que no se cuidan no duran, mientras que las buenas son las que se hacen a?o tras a?o y cuya organizaci¨®n va a superarse¡±. Gavela, por su parte, avisa adem¨¢s de que los precios subir¨¢n todav¨ªa m¨¢s: ¡°Las carreras son hoy mucho m¨¢s caras de lo que pagan los corredores, pero al final los precios de aqu¨ª se acercar¨¢n a los de Europa¡±.
No s¨®lo cambiar¨¢n los precios. Tambi¨¦n, como apuntan algunos organizadores, deber¨ªa hacerlo el sector. Que se haya disparado hasta casi 4.000 el n¨²mero de carreras que se celebran cada a?o confirma la demanda creciente por correr y por obtener beneficios, pero tiene tambi¨¦n trazos de burbuja. En Barcelona, por ejemplo, en los ¨²ltimos 30 a?os se ha pasado de tres cursas populares a casi 50. ¡°Estamos en un punto de inflexi¨®n y necesitamos hacer una reflexi¨®n para no matar esas carreras populares¡±, confiesa David Escud¨¦, comisionado de deportes del Ayuntamiento de Barcelona.
¡°Hay tanta oferta que el n¨²mero de participantes baja en muchas carreras. Nosotros hemos apretado el bot¨®n de pausa. Hay que repensar y reagrupar carreras para que prime la calidad¡±, explica. Como dice, la idea es que haya menos carreras y m¨¢s repartidas, que se unan varios organizadores y en vez de cuatro pruebas m¨¢s peque?as hagan una m¨¢s fuerte y con mayor impacto. Aunque desde el Ayuntamiento anuncian que ya est¨¢n viendo una tendencia creciente hacia nuevos deportes, m¨¢s all¨¢ del running, que pueden ser las nuevas fronteras. Sobre todo, en su caso, la nataci¨®n en mar abierto y deportes urbanos como el rolling (patinaje sobre ruedas). Ya hay empresas buscando abrir nuevos mercados ah¨ª, en ese mundo que se adivina despu¨¦s del running. O, mejor dicho, en esa realidad paralela al running.
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