Estar abierto al mundo, la gran lecci¨®n de Coss¨ªo
Una exposici¨®n vuelve en Madrid a la obra de unos de los impulsores del Instituto Libre de Ense?anza

En la celebraci¨®n de sus bodas de oro en 1926 la Instituci¨®n Libre de Ense?anza (ILE) ¡°s¨®lo pod¨ªa enorgullecerse de tener 158 alumnos¡±. Lo cuenta la historiadora Frances Lannon en Privilegio, persecuci¨®n y profec¨ªa,el trabajo donde investig¨® los avatares de la Iglesia cat¨®lica entre 1875 y 1975. Cuenta tambi¨¦n ah¨ª que los or¨ªgenes intelectuales de aquella iniciativa, en la que fue fundamental el papel de Francisco Giner de los R¨ªos y Manuel Bartolom¨¦ Coss¨ªo, tuvieron que ver con la admiraci¨®n de un profesor de Historia de la Filosof¨ªa, Juli¨¢n Sanz del R¨ªo, por los escritos de un idealista alem¨¢n, Karl Christian Friedrich Krause. Sanz del R¨ªo inaugur¨® el curso acad¨¦mico de 1857 en la Universidad de Madrid con una lecci¨®n en la que se anim¨® a defender, frente a los excesos de los dogmas cat¨®licos, un pensamiento espiritual, tolerante, humanitario e individualista.
Todo eso, que se conoci¨® como el krausismo, tuvo un peso decisivo en la construcci¨®n de la columna vertebral de la ILE. No se trataba tanto de un sistema filos¨®fico cerrado como de un estilo cultural que lograba escaparse de los f¨¦rreos dict¨¢menes con que la Iglesia cat¨®lica gobernaba la educaci¨®n en Espa?a. Cincuenta a?os despu¨¦s de haber empezado su andadura ten¨ªa 158 alumnos, pero su influencia ya era enorme. El conde de Romanones se sirvi¨® cuando fue ministro de Instrucci¨®n P¨²blica de las notas y borradores de Coss¨ªo para poner en marcha, a principios del siglo XX, unas reformas que permitieran sacar a este pa¨ªs de las tinieblas de la Contrarreforma y lo abrieran a la modernidad.
La Iglesia, en cualquier caso, se resisti¨® con u?as y dientes ante cualquier iniciativa que pretendiera consolidar en Espa?a los valores ilustrados de tolerancia y libertad, de voluntad cr¨ªtica y autonom¨ªa individual, y predicaba sin cesar que el liberalismo era un pecado grave (alguna de las autoridades eclesi¨¢sticas de aquella ¨¦poca lleg¨® a decir que era peor que la blasfemia, el adulterio o el homicidio). El hermetismo ante cualquier influencia extranjera, la subordinaci¨®n de la mujer, el puritanismo y la obsesi¨®n por el sexo, y una manera autoritaria de entender las relaciones sociales y pol¨ªticas: ¨¦se era el bagaje de la Iglesia.
Frente a unas inclinaciones tan letales para el esp¨ªritu humano se alzaban los, dig¨¢moslo as¨ª, ¡°cuatro gatos¡± de la ILE. Uno de ellos era Coss¨ªo. Hace unos d¨ªas la Fundaci¨®n G¨ªner de los R¨ªos abri¨® una exposici¨®n ¡ªEl arte de ver¡ª dedicada a este gran pedagogo. Andrea Aguilar recogi¨® en su cr¨®nica sobre esta muestra que public¨® este peri¨®dico unas palabras suyas: ¡°El mundo entero debe ser, desde el primer instante, objeto de atenci¨®n y materia de aprendizaje para el ni?o¡±.
Esa idea, la de estar abierto al mundo,es esencial para iniciar cualquier aprendizaje. Ahora que se negocia el futuro de la LOMCE y se busca un gran pacto educativo, no est¨¢ de m¨¢s recordar las tradiciones que han marcado nuestro pasado reciente. Decantarse por las ense?anzas que nos ha legado Manuel Bartolom¨¦ Coss¨ªo ser¨ªa elegir el camino m¨¢s inteligente.
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