Nosotras, el 52%
El ¨²ltimo programa de 'Salvados' ha sido una ocasi¨®n fallida para hablar del lugar que ocupan las mujeres. Faltaban el t¨¦ y las pastas
Ya estaba tardando el programa Salvados en hablar del lugar que ocupamos las mujeres, aunque haya sido una ocasi¨®n nuevamente fallida, como sucedi¨® cuando habl¨® sobre violencia de g¨¦nero. Digamos que sentar a cuatro se?oras de perfiles variados ¡ªtodas ellas estupendas, que conste¡ª a departir en plan tertulia en un sal¨®n rancio y anticuado no parece la mejor opci¨®n para avanzar en la reflexi¨®n sobre la igualdad de g¨¦nero desde la atalaya del siglo XXI. Faltaban el t¨¦ y las pastas.
Al margen del valor testimonial de las vivencias y las opiniones personales, de este Nosotras esper¨¢bamos un acercamiento mucho m¨¢s period¨ªstico, con datos contrastados y m¨¢s opiniones expertas. La experiencia de ser mujer no garantiza haber reflexionado sobre el lugar que las mujeres ocupan en la sociedad, como ser taxista tampoco garantiza ser experto en seguridad vial. Dado que confiamos en el esp¨ªritu cr¨ªtico de Salvados y son tan escasas las oportunidades para debatir sobre una cuesti¨®n tan trascendente, a las verdades ya consensuadas nos hubiera gustado sumar diagn¨®sticos rigurosos y propuestas de futuro.
Quiz¨¢s convenga dejar de insistir en las colosales dimensiones del fracaso del patriarcado y empezar a avanzar hacia una soluci¨®n global
Qu¨¦ duda cabe que siempre resulta ¨²til recordar verdades como pu?os que nunca se repiten lo bastante: que la brecha salarial es una realidad innegable (Mara Dierssen, neurobi¨®loga), que nos guste o no las cuotas son necesarias (Aurora Berra, directiva) o que cuando las mujeres ocupan un lugar activo en la sociedad esta avanza (Rosa Mar¨ªa Calaf, periodista). Pero a estas alturas de curso contraponer el testimonio de una mujer que ha elegido no tener hijos y triunfar profesionalmente a otra que ha decidido hacer un par¨®n en su carrera para criar a sus reto?os, se nos antoja de una simpleza may¨²scula. ?Qu¨¦ tal entrevistar a una mujer que se ha dejado la piel y ha triunfado, y a otra a la que, a¨²n mereci¨¦ndolo, han cortado las alas? Hubiera sido infinitamente m¨¢s interesante.
Repetir que el patriarcado ha fracasado, que el t¨¦rmino feminista ha sido denigrado hasta la n¨¢usea o que las mujeres directivas siguen siendo una excepci¨®n, es recurrir a leitmotivs ya muy gastados. De all¨ª que hayamos tenido que espigar de los 63 minutos de programa bien contados momentos, como la insistencia de una muy solvente Juana Gallego (Observatorio para la Igualdad de la UAB) en denunciar la guerra simb¨®lica de los medios contra las mujeres, el machismo ahora discreto que la correcci¨®n pol¨ªtica impone pero sigue siendo id¨¦ntico ¡ªen que ha insistido la siempre l¨²cida Dierssen¡ª o el s¨ªndrome del impostor que las mujeres seguimos sufriendo, a nuestro pesar, cuando ocupamos cargos de responsabilidad.
Que hayan permitido a Juana Gallego mencionar que en el Salvados dedicado a la educaci¨®n no aparecieron mujeres como expertas pero s¨ª como madres ¡ª?menudo resbal¨®n!¡ª, dice mucho de la capacidad autocr¨ªtica del programa, cierto. Pero en este p¨¢ramo donde los medios de comunicaci¨®n insisten en servir a intereses tan espurios, incluida la desigualdad de g¨¦nero, de Salvados ¡ªuna de nuestras pocas tablas de salvaci¨®n¡ª esperamos m¨¢s. Como se ha dicho durante el programa, queda a¨²n mucho camino por andar. Quiz¨¢s convenga dejar de insistir en las colosales dimensiones del fracaso del patriarcado y empezar a avanzar hacia una soluci¨®n global. Por cierto que el primer paso ser¨ªa entender que la igualdad de g¨¦nero tambi¨¦n es cosa de ¡°ellos¡± y no solo de ¡°nosotras¡±.
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