Queremos un ¡®Nosotros¡¯
La emisi¨®n del programa Salvados con el sugerente t¨ªtulo de Nosotras, lleg¨® acompa?ado del amargo sabor de la tragedia de la violencia machista que no cesa, con tres mujeres asesinadas, por el mero hecho de serlo, en menos de 48 horas. Y como la violencia machista es consecuencia directa de las desigualdades de g¨¦nero, el programa nos dej¨® un sabor amargo, que intuyo trataremos de tapar con el atrac¨®n navide?o de dulces.
El Nosotras volvi¨® a dejar en evidencia, que ni Salvados se salva y que en materia de igualdad de mujeres y hombres, seguimos estando atrapadas en el tiempo, heredando en el siglo XXI el amargo legado de d¨¦cadas pasadas, y que pese a la ilusi¨®n de avance, ya hemos inoculado a las nuevas generaciones, con eficacia implacable el virus de la inequidad y las imposiciones del sistema binario tradicional, condenando a las ni?as y ni?os del presente a las inequidades del futuro.
Vivimos en uno de los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea con menos mujeres en el mercado laboral, y el binomio mujer y empleo, sigue estando marcado por la palabra renuncia: o a la vida personal (como incompatibilidad con el ¨¦xito y el mundo del trabajo) o a la familiar (desde las nuevas mistificaciones de las maternidades), constatando una vez m¨¢s que la conciliaci¨®n en nuestro pa¨ªs no deja de ser una quimera y que el peso de los cuidados sigue recayendo en las mujeres, como un manto de plomo.
Pudimos volver a constatar como en el sujeto mujeres, las clases sociales siguen contando (y mucho), porque muchas mujeres no pueden optar, y que mientras en los espacios de poder, la presencia de las mujeres es anecd¨®tica (y muy cara), en los espacios precarizados y sumergidos de los cuidados, las mujeres son legi¨®n.
Como suele ocurrir, el feminismo apareci¨® casi en el tiempo de descuento y el partido finalizado. Y lleg¨® con una llamada de atenci¨®n a todas las personas que creemos construirlo: si de cuatro mujeres solo una (Mar¨ªa Calaf) se identifica con el feminismo sin dudar, mientras que la camarera de piso de Lali Corralero no lo ve, y a una cient¨ªfica duda, y una directiva les cuesta¡ Algo tendremos que revisarnos cr¨ªticamente, m¨¢s all¨¢ de volver a se?alar la capacidad patriarcal de dominar tambi¨¦n las narrativas sobre los feminismos.
Y ahora, despu¨¦s de un 2016 plagado de masculinidades t¨®xicas y hegem¨®nicas, para el 2017, no hay excusa Jordi, queremos un Nosotros, donde con ?vole a la cabeza, nosotros los hombres, los privilegiados, los no implicados, los c¨®modos, los c¨®mplices, los que miramos a otro lado, los escaqueados, los aliados imperfectos, los feministas y los que no lo son, nos miremos al espejo y nos comprometamos p¨²blicamente con la igualdad y el cambio en los hombres que necesitan las mujeres. Porque la equidad necesita a los hombres, y los hombres necesitamos la equidad.
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