Dime con qui¨¦n andas y te dir¨¦ qu¨¦ pol¨ªtica alimentaria tienes
'The Lancet' publica un art¨ªculo muy cr¨ªtico con los gobiernos por su afinidad con la industria alimentaria
Cuando uno se sumerge en el oc¨¦ano de la nutrici¨®n no suele encontrarse con l¨ªmpidos corales, sino m¨¢s bien con oxidadas latas de bebidas azucaradas. Si frotamos bien las gafas de bucear descubriremos, entre otros monstruos submarinos, que nuestras cifras de lactancia materna est¨¢n lej¨ªsimos de ser ideales, que cerca del 20% de los menores de diez a?os toma una media de dos litros mensuales de bebidas ¡°energ¨¦ticas¡±, que casi la mitad de nuestros ni?os padece exceso de peso (cifra que asciende al 60% en adultos) o que tomamos cerca de 111 gramos de az¨²car cada d¨ªa.
¡°Parece que en Espa?a y en el Reino Unido, la industria alimentaria contin¨²a gobernando las pol¨ªticas de alimentaci¨®n y de obesidad entre bastidores¡±, asegura el art¨ªculo en The Lancet
Ante semejante panorama no extra?a que los nutricionistas est¨¦n aterrados. Su preocupaci¨®n fundamental, en cualquier caso, se centra en la infancia, entre otros motivos porque un 76,9 % de los ni?os y adolescentes espa?oles sigue un patr¨®n de estilo de vida poco saludable, seg¨²n el estudio ANIBES. El doctor David Ludwig (Harvard Medical School), en un texto titulado?Esperanza de vida lastrada por la dieta (JAMA) justific¨® que los triunfos que nos han permitido elevar nuestra esperanza de vida en Occidente (m¨¢s disponibilidad de alimentos, mejor sanidad e importantes avances m¨¦dicos) van a fallar estrepitosamente a causa de la ¡°cat¨¢strofe¡± que generar¨¢n las actuales tasas de obesidad infantil, m¨¢s elevadas que en ninguna otra ¨¦poca de la historia.
Ludwig, como muchos otros investigadores, insiste en la necesidad de proteger a los ni?os de la ¡°publicidad depredadora¡± y de otros tipos de mercadotecnia. Una protecci¨®n que deber¨ªa venir de los gobiernos, con medidas como la prohibici¨®n de publicidad de alimentos malsanos dirigida a ni?os. Lean, sin embargo, qu¨¦ opina al respecto la doctora Margaret Chan, directora general de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud: ¡°Tal y como me han dicho una y otra vez los gobernantes, la presi¨®n de los lobbies alimentarios ha socavado sus acciones dirigidas a reducir la obesidad¡±. No es descabellado pensar, por tanto, que la injerencia de los intereses de ciertos sectores de la industria alimentaria contribuye a nuestras elevad¨ªsimas tasas de exceso de peso.
Pero la obesidad no es la ¨²nica consecuencia de nuestros insalubres estilos de vida, debemos a?adir una larga lista de enfermedades cr¨®nicas, responsables de 9 de cada 10 muertes en Occidente. Tambi¨¦n aqu¨ª deber¨ªan tomar cartas en el asunto nuestras autoridades sanitarias si pretendemos prevenir tales enfermedades, pero tambi¨¦n se encuentra con la presi¨®n de la industria alimentaria. Leamos de nuevo a la doctora Chan: ¡°Los esfuerzos para prevenir las enfermedades no transmisibles van en contra de los intereses comerciales de poderosos agentes econ¨®micos [¡]. La salud p¨²blica tambi¨¦n debe lidiar con la gran industria de alimentos, de bebidas y del alcohol: ¡®Big Food¡¯, ¡®Big Soda¡¯ y ¡®Big Alcohol¡¯. Todas estas industrias temen la regulaci¨®n y se protegen mediante el uso de las mismas t¨¢cticas que usaron las grandes tabacaleras¡±.
No es l¨®gico esperar que las industrias alimentarias se impliquen de forma neutra en estrategias sanitarias que puedan frenar sus ventas, dado que cotizan en bolsa e ir¨¢n a la quiebra si son poco rentables. Pero s¨ª se implican, como ampl¨ªa el libro Consumo inteligente, escrito por el doctor Juanjo C¨¢ceres, o el texto Gobierno e industria de alimentos y bebidas. Amistades peligrosas. Tales empresas insisten, por ejemplo, en autorregular sus estrategias publicitarias. Hay quien opina, sin embargo, que permitir que la industria alimentaria autorregule su publicidad es como dar un rotulador permanente a un ni?o de ocho meses y creer que no ensuciar¨¢.
De todo lo anterior se ha quejado en numerosas ocasiones, de manera formal, el doctor Miguel ?ngel Royo-Bordonada. Uno de sus ¨²ltimos art¨ªculos ha aparecido en la revista The Lancet y lo ha titulado Establecer pol¨ªticas de obesidad infantil en Europa (Setting up childhood obesity policies in Europe). En este nuevo texto, Royo-Bordonada, denuncia que Espa?a conf¨ªe en la autorregulaci¨®n por parte de la industria alimentaria o en otras medidas de implementaci¨®n voluntaria, se conforme con recomendaciones dirigidas a escuelas o a profesionales sanitarios, o se apele a la responsabilidad personal. Se queja, tambi¨¦n, de que no dispongamos un modelo de perfiles nutricionales, una pieza clave contra la publicidad enga?osa de alimentos, en palabras del abogado Francisco Ojuelos.
Pero la frase m¨¢s importante de Royo-Bordonada es la que cierra su texto: ¡°Parece que en Espa?a y en el Reino Unido, la industria alimentaria contin¨²a gobernando las pol¨ªticas de alimentaci¨®n y de obesidad entre bastidores¡±. Mientras esto siga ocurriendo, es ilusorio esperar que nuestra alimentaci¨®n mejore o que nuestras cifras de enfermedades cr¨®nicas disminuyan.
Julio Basulto es un Dietista-Nutricionista que intenta convencer al mundo de que comer mal no se compensa con una zanahoria. Tambi¨¦n imparte conferencias, ejerce como docente en varias instituciones acad¨¦micas, colabora con diferentes medios de comunicaci¨®n y es autor de numerosas publicaciones cient¨ªficas y divulgativas (www.juliobasulto.com).
NUTRIR CON CIENCIA es una secci¨®n sobre alimentaci¨®n basada en evidencias cient¨ªficas y en el conocimiento contrastado por especialistas. Comer es mucho m¨¢s que un placer y una necesidad: la dieta y los h¨¢bitos alimenticios son ahora mismo el factor de salud p¨²blica que m¨¢s puede ayudarnos a prevenir numerosas enfermedades, desde muchos tipos de c¨¢ncer hasta la diabetes. Un equipo de dietistas-nutricionistas nos ayudar¨¢ a conocer mejor la importancia de la alimentaci¨®n y a derribar, gracias a la ciencia, los mitos que nos llevan a comer mal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.