Mi gato y mi perro tienen terror al ruido de los petardos

Los perros y gatos con miedo a este ruido pueden pasar un calvario en fechas navide?as se?aladas como la Nochevieja. Temblores, nerviosismo o esconderse durante horas son algunas de las se?ales que avisan de que el animal sufre un ataque de p¨¢nico. ¡°En general, los gatos, aunque son m¨¢s solitarios que los perros y se valen m¨¢s por s¨ª mismos, sufren m¨¢s estr¨¦s con los petardos y otros sonidos estridentes que los perros, aunque tienden a demostrarlo menos por ser animales no gregarios, que no pueden mostrar signos de debilidad para preservar su supervivencia¡±, explica A¨ªda Iniesta, veterinaria especialista en gatos.

Un petardo en el o¨ªdo de un gato o un perro resuena como la explosi¨®n de una granada de mano. Ellos tienen un o¨ªdo m¨¢s sensible que el humano y captan ultrasonidos, inaudibles para las personas, como los que pueden emitir los murci¨¦lagos. Por ello, es l¨®gico que se asusten de este tipo de ruidos al que no est¨¢n acostumbrados. El perro o el gato no entienden el origen del sonido, por lo que lo puede asociar con todo tipo de amenazas para su vida. Su adrenalina se dispara, lo que activa su estr¨¦s para ayudarle a huir del peligro. De ah¨ª sus muestras de nerviosismo, que provocan la huida a cualquier lugar donde pueda esconderse de ese est¨ªmulo auditivo.

Los perros y gatos se pueden extraviar como consecuencia de las escapadas descontroladas que protagonizan cuando escuchan las explosiones. Para evitar estas situaciones y reducir el nerviosismo y los ataques de p¨¢nico, conviene seguir varias pautas:

• Respetar el lugar donde el gato o el perro quiera refugiarse en casa al escuchar el ruido. Puede tratarse de un armario, debajo de la cama. En general, lugares donde el animal no se suele resguardar, pero que frente al p¨¢nico busca con ansiedad. Conviene dejarle tranquilo el tiempo que necesite en su escondite y no obligarle a salir.
• Colocar su plato de comida y agua, as¨ª como su cama, en el lugar donde el animal elija para guarecerse del ruido.
• Los perros asustadizos con los petardos y los fuegos artificiales deben salir con correa a la calle para evitar que huyan descontrolados y resulten atropellados o se extrav¨ªen.
• Un error habitual entre los due?os es sobreproteger al perro o gato si se muestra descontrolado y asustado frente al ruido. Pero de esta manera se refuerza el comportamiento nervioso del animal. No obstante, tampoco es recomendable el otro extremo, es decir re?irle y reprenderle porque est¨¦ asustado. En el caso de los gatos, ¡°al no ser animales gregarios necesitan m¨¢s la soledad que el contacto con sus due?os en esos momentos de miedo frente al ruido¡±, recomienda la veterinaria, A¨ªda Iniesta.
• En casos extremos de p¨¢nico del perro o el gato, el veterinario puede prescribir una medicaci¨®n espec¨ªfica, siempre antes de que comiencen las fechas previstas en las que se producen m¨¢s explosiones. En el caso de los gatos, tambi¨¦n existen unas feromonas especiales, cuyo olor es similar al que dejan los felinos cuando restriegan su cara en objetos o personas y que les tranquiliza.
• Acostumbrar al perro o el gato con sonidos que le provoquen nerviosismo de forma controlada ayuda a rebajar la reacci¨®n desmesurada del animal cuando los escucha. Para ello, se utilizan grabaciones de estos sonidos, de forma que el perro o el gato los puedan escuchar a determinado volumen y cierto tiempo, de manera gradual y se aclimate de forma paulatina a ellos.