Crisis bancaria: el reparto de la carga
Italia sigue optando por arreglarse en solitario, sin recurrir al dinero europeo
Una docena de pa¨ªses europeos han llevado a cabo m¨²ltiples y costosos rescates bancarios. El resultado de estas operaciones se tradujo en una fuerte reestructuraci¨®n de esas entidades, una elevada concentraci¨®n en su mapa y el aumento de las exigencias de recapitalizaci¨®n. Tambi¨¦n se deslizaron cambios legislativos muy significativos. En 2014, el Parlamento Europeo aprob¨® una nueva directiva comunitaria que entr¨® en vigor el 1 de enero de 2016. Estas nuevas reglas a escala europea dan prioridad a la protecci¨®n del contribuyente, mientras que son los inversores los que deben asumir su responsabilidad. Con ellas se trata de eliminar la intervenci¨®n de los Estados en el salvamento de entidades privadas.
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Se abr¨ªa una din¨¢mica diferente en el sector bancario de cada uno de los Estados miembros, aunque en Italia los fallos, que se hab¨ªan acumulado desde largo tiempo, en lugar de atenuarse se acentuaron.
En una de las principales entidades, el Monte dei Paschi di Siena (MDP), ya hace quince a?os que empezaron las turbulencias. Fue cuando comenzaron a buscar una mejor y m¨¢s s¨®lida dotaci¨®n de capital. Tres ampliaciones hechas en el mercado en los tres ¨²ltimos a?os fracasaron.
Lo mismo ocurri¨® con los intentos efectuados, de la mano de la autoridad gubernamental, para encontrar recursos que estabilizaran a este instituto. Berlusconi, Monti y Letta trataron de insuflarle ox¨ªgeno, sin que ninguno de ellos lo consiguiera. Matteo Renzi baraj¨® una propuesta similar, pero qued¨® varada, al estar pegada en el tiempo al refer¨¦ndum del 4 de diciembre.
Tantos fallidos conducen a una convicci¨®n: es imprescindible dotar a esta entidad del equilibrio que perdi¨® tiempo atr¨¢s.
Eso se pretendi¨® durante el verano pasado cuando la Autoridad Bancaria Europea efectu¨® unos ex¨¢menes de resistencia a los bancos. Los agrup¨® por tama?o y pa¨ªses. El MDP qued¨® el ¨²ltimo, porque obtuvo las peores calificaciones de cuantas se dieron. Desde entonces empeora r¨¢pidamente su situaci¨®n. Adem¨¢s de la posici¨®n an¨¦mica de su capital, a este banco se le cerr¨® el mercado de deuda, perdi¨® la reputaci¨®n entre los ahorradores y su posici¨®n de liquidez qued¨®? taponada. Tan solo se alargar¨ªa cuatro meses m¨¢s.
El Monte dei Paschi di Siena lleva quince a?os con problemas
Ante el precipicio, al MDP solo le quedaba una posibilidad: tratar de convencer a los inversores privados, present¨¢ndoles un plan estrat¨¦gico, con las necesidades a las que ten¨ªa que enfrentarse. Los principales ejes del mismo eran: una ampliaci¨®n de capital de 5.000 millones de euros, un canje de deuda subordinada por acciones que posteriormente ser¨ªan compradas por el Estado y, por ¨²ltimo, la venta de miles de millones de activos t¨®xicos para que pudiera sanear el balance y obtener fondos.
Volvi¨® a ser un intento fallido, pero adem¨¢s le hizo vivir tres semanas de continuas negociaciones que afectaron ¡ªa¨²n m¨¢s¡ª a su estabilidad. El mecanismo de rescate suscit¨® un muy escaso inter¨¦s entre los inversores privados. No dio resultado intentar captar a un inversor ancla que estuviera dispuesto a destinar una gran suma de dinero a este proyecto y a movilizar desde esa posici¨®n a otros hipot¨¦ticos adquirientes de t¨ªtulos.
Mejor salieron las cosas en el caso del canje de bonos subordinados por acciones, aunque su montante global se qued¨® por debajo de las necesidades.
A partir de este fracaso, el Gobierno italiano decide rescatar la entidad a trav¨¦s de un plan de ayudas p¨²blicas al que podr¨ªan acogerse otros bancos.
Esta es una decisi¨®n importante que abre la puerta a un proceso de reformas y restructuraci¨®n en el sector bancario, dot¨¢ndolo de 20.000 millones de euros. Parte de una posici¨®n muy poco c¨®moda: era el banco m¨¢s d¨¦bil de la zona euro. Las ¨²ltimas previsiones del BCE le conducen a un requisito de capital de 8.800 millones de euros, que proceder¨¢n del Gobierno italiano y el resto de inversores institucionales.
Italia, donde varios bancos soportan dificultades, sigue optando por arreglarse en solitario, sin recurrir al dinero europeo, buscando soluciones puntuales para sus entidades d¨¦biles. Actuando as¨ª, sabe que tan solo necesitar¨¢ cantidades asumibles que podr¨¢ conseguir en el mercado de capitales gracias a las compras de deuda del BCE.
A partir de ahora se entra en otro proceso de negociaci¨®n, esta vez en el seno de las instituciones europeas, en el que la soluci¨®n m¨¢s factible pasar¨¢ por alcanzar una triangulaci¨®n estable entre quitas, para permitir intervenciones, ayudas p¨²blicas y alg¨²n sistema de arbitraje. Un requisito resultar¨¢ indispensable: los acreedores asumir¨¢n sus p¨¦rdidas ¡ªy las liquidar¨¢n¡ª antes de que la entidad reciba la ayuda, para evitar las malas pr¨¢cticas que ven¨ªan siendo habituales. Lo digo por el hecho de que los grandes bancos europeos, cuando cristaliz¨® la crisis, en muchas ocasiones fueron rescatados por sus Tesoros.
Termino con una pregunta que se hace el profesor Oliver Alonso: ?Otra vez dinero del contribuyente? Pues s¨ª, porque la directiva bancaria obliga, antes de recurrir al Estado, a absorber las p¨¦rdidas por parte de los accionistas, de los obligacionistas junior y s¨¦nior y de los impositores de m¨¢s de 100.000 euros. Aunque siempre hay excepciones que permiten la intervenci¨®n.
Muchos estaremos pendientes de ver lo que ocurre en Bruselas, Frankfurt y Roma para averiguar si consiguen encontrar el resquicio legal que permite el acuerdo.
Francisco Fern¨¢ndez Marug¨¢n es adjunto primero al Defensor del Pueblo.
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