Trillo, a su casa
El Consejo de Estado acaba con la coartada del embajador en Londres
Mientras permaneci¨® al frente del Ministerio de Defensa, Federico Trillo se neg¨® a asumir la responsabilidad pol¨ªtica en la decisi¨®n de alquilar un avi¨®n en condiciones deplorables para repatriar a 62 militares espa?oles que hab¨ªan servido en Afganist¨¢n, todos ellos muertos junto con la tripulaci¨®n en el accidente ocurrido el 26 de mayo de 2003. Tampoco renunci¨® al esca?o del que disfrut¨® despu¨¦s. Trillo se escud¨® en la inexistencia de informes previos que pusieran en duda la seguridad de los aparatos arrendados para el transporte de tropas. Sin embargo, el Consejo de Estado afirma ahora que tales informes existieron y responsabiliza del accidente al Ministerio de Defensa. As¨ª pues, el actual embajador en Londres ha perdido toda coartada para continuar representando a Espa?a en ninguna circunstancia, de forma que el Gobierno de Rajoy tiene que acabar con esta situaci¨®n, si es que Trillo no toma la iniciativa.
Editoriales anteriores
Lo esencial del informe del Consejo de Estado, desvelado por EL PA?S, deja clara la imposibilidad de que el Estado se desentendiera de la obligaci¨®n de asegurar en lo posible la actividad de los contratistas utilizados para el transporte de tropas. No deja lugar a dudas sobre la importancia de un informe secreto del Ej¨¦rcito en el que advert¨ªa de los elevados riesgos que se estaban corriendo ¡°al transportar personal en aviones de carga fletados en pa¨ªses de la antigua URSS¡±, cuyo mantenimiento ¡°es como m¨ªnimo muy dudoso¡±. Durante los a?os transcurridos se ha sabido del agotamiento de la tripulaci¨®n encargada del vuelo, que llevaba 24 horas de actividad cuando ocurri¨® la tragedia; de que una de las cajas negras del Yak-42 estaba averiada desde hac¨ªa mes y medio; de los sobrecostes provocados por la cadena de intermediarios; y del falseamiento de las identidades de 30 de los 62 militares espa?oles fallecidos, perpetrado por tres mandos que resultaron condenados judicialmente por ello. Trillo empe?¨® su palabra ante el Parlamento asegurando que la identificaci¨®n se hab¨ªa realizado ¡°con todas las garant¨ªas¡±. Un airado Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, jefe del Gobierno cuando ocurrieron los hechos, lleg¨® a pedir que se dejara en paz a los muertos.
Si despu¨¦s de todo esto Trillo intenta seguir en la Embajada de Londres solo revelar¨¢ un cortoplacismo similar al de Mariano Rajoy, que ayer pretendi¨® quitarse de encima el problema alegando que sucedi¨® ¡°hace much¨ªsimos a?os¡±. Su Gobierno es responsable tanto del nombramiento de Trillo como embajador ¡ªsalt¨¢ndose la regla explicitada por el entonces ministro de Exteriores, para designar a miembros de la carrera diplom¨¢tica¡ª, como del indulto a dos oficiales m¨¦dicos que participaron en el falseamiento de las identidades de 30 de los fallecidos. El Gobierno debe descartar el recurso de envolverse en la niebla del tiempo para tratar de pasar inadvertido.
Federico Trillo tiene que asumir su responsabilidad pol¨ªtica en tan nefasta gesti¨®n. Si no lo hace, el Gobierno est¨¢ obligado a destituirle y a garantizar, como m¨ªnimo, que jam¨¢s volver¨¢ a representar a este pa¨ªs en ninguna parte. Lo exigen la dignidad de Espa?a y la memoria de 62 militares muertos por la patria.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.