Trillo
Vemos a un hombre convencido de su impunidad, cuando no de su inocencia, por m¨¢s que sepa que traicion¨® a todos sus subordinados
Si la cara es el espejo del alma, como se asegura, el embajador de Espa?a en Reino Unido y antiguo ministro de Aznar (otro cuya alma da miedo a tenor de lo que su rostro refleja), el popular Federico Trillo, deber¨ªa dimitir inmediatamente de su cargo asustado de s¨ª mismo al ver sus ¨²ltimas fotos, que retratan a un hombre convencido de su impunidad, cuando no de su inocencia, por m¨¢s que sepa que traicion¨® a todos sus subordinados en el terrible accidente a¨¦reo que cost¨® la vida a 62 militares espa?oles que volv¨ªan de Afganist¨¢n, a donde los hab¨ªa enviado ¨¦l mismo como representante m¨¢ximo del Ej¨¦rcito espa?ol. Al alba, con viento duro de levante, como le habr¨ªa gustado anunciar a ¨¦l, aficionado a la mar y a la poes¨ªa enf¨¢tica, de haber sido una operaci¨®n exitosa, 62 militares espa?oles perdieron la vida en Turqu¨ªa cuando regresaban a Espa?a desde Afganist¨¢n en un viejo avi¨®n de carga ucranio que no reun¨ªa las condiciones exigibles de seguridad, algo que el ministerio sab¨ªa pero que obvi¨® con tal de ahorrarse un dinero, como el Consejo de Estado espa?ol acaba de manifestar. El Consejo de Estado no dice nada de los apresurados reconocimientos de los cad¨¢veres ordenados por el propio Trillo para que el funeral de Estado con presencia del Rey se realizara en la fecha fijada y cuya improvisaci¨®n les cost¨® la c¨¢rcel y la carrera a varios m¨¦dicos militares sin que ¨¦l diera un paso al frente para defenderlos ni de su insensibilidad al negarse a recibir a las familias de los fallecidos, que a¨²n hoy siguen pidiendo su dimisi¨®n, no ya del cargo de embajador en Londres, sino de cualquiera otro que pueda detentar una persona cuyo historial se completa con meteduras de pata tan memorables como aquel grito de ¡°?Viva Honduras!¡± ante un contingente de militares de El Salvador (pa¨ªs que cualquiera sabe no se lleva precisamente muy bien con el hondure?o) o sus siniestras artes de mu?idor en la sombra de todas las maniobras urdidas por su partido cuando se vio acorralado por los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n, ya fuera el de los trajes de Francisco Camps (a cuyo autor, el sastre Jos¨¦ Tom¨¢s, lleg¨® a amenazar en persona seg¨²n ¨¦ste declar¨® en el juicio), ya fuera el del caso G¨¹rtel,que torpede¨® judicialmente todo lo que pudo y m¨¢s como asesor jur¨ªdico del PP, del que cobraba por ello a pesar de su incompatibilidad, pero tampoco fue necesario. El propio Trillo ya lo hab¨ªa hecho ¡°hace much¨ªsimos a?os¡±, como dir¨ªa su jefe, Mariano Rajoy, cuando exclam¨® desde su tribuna de presidente del Parlamento espa?ol, puesto que tambi¨¦n ocup¨® por sus muchos m¨¦ritos: ¡°?Manda huevos!¡±.
Fin de la cita.
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