Crueldad
El Yak-42 es una escalofriante secuencia de errores, trampas, estafas y mentiras que tejen el esc¨¢ndalo m¨¢s siniestro de la historia reciente
El 26 de mayo de 2003, el vuelo 4320 de UM Airlines se estrell¨® cerca de Trebisonda, en Turqu¨ªa, provocando la muerte de 62 militares espa?oles, 12 tripulantes ucranianos y uno bielorruso. Ah¨ª termina la tragedia y comienza la verg¨¹enza del Yak-42, una escalofriante secuencia de errores, trampas, estafas y mentiras que tejen el esc¨¢ndalo m¨¢s siniestro de la historia reciente. De todo lo que ha pasado despu¨¦s, lo de menos, con ser grav¨ªsimas, son las responsabilidades pol¨ªticas que no s¨®lo nadie asumi¨®, sino que provocaron el ascenso de los culpables. Ni la inconcebible arrogancia del exministro y todav¨ªa embajador Trillo, ni el descaro con el que Rajoy le ampar¨®, calificando como ¡°eso¡± la muerte gratuita de tantos militares espa?oles, ni siquiera la hip¨®tesis de que el Consejo de Estado haya publicado su informe, con 14 a?os de retraso, s¨®lo para evitar que el responsable ¨²ltimo de aquel accidente recupere su plaza en dicho organismo, nada me parece tan grave, tan imperdonable, como el contenido de las cartas que el Ministerio de Defensa envi¨® a los familiares de las v¨ªctimas y que ¨¦stos han hecho p¨²blico en las ¨²ltimas semanas. Que un representante del Estado espa?ol se atreviera a escribir a unos padres destrozados que si su hijo viviera se avergonzar¨ªa de ellos por no aceptar la versi¨®n oficial del accidente, o que les recomendara que fueran a un psic¨®logo porque no estaban enfocando bien el duelo, me parece un ejercicio consciente de sadismo, un gesto de crueldad que deber¨ªa inhabilitar a cualquier persona para ejercer un cargo p¨²blico. Esa es la responsabilidad suprema que deber¨ªamos exigir a los culpables. Porque nada es m¨¢s peligroso que el poder en manos de una persona sin coraz¨®n.
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