Comprensi¨®n
Tanto los familiares de los muertos como la sociedad espa?ola merecen mucho m¨¢s que comprensi¨®n
En Espa?a, en 2017, la comprensi¨®n de Mar¨ªa Dolores de Cospedal hacia las v¨ªctimas del accidente del Yak-42 es digna de alabanza. La misma que en ning¨²n momento han merecido hasta ahora los responsables de otros accidentes, como el del metro de Valencia, el Talgo de Angrois, o la tragedia del Madrid Arena, miembros todos ellos del partido del que la ministra de Defensa sigue siendo secretaria general. Ya sabemos que, en contra de lo que dictan la sensibilidad y el sentido de equidad que constituyen, o al menos deber¨ªan constituir, atributos esenciales del patrimonio emocional y moral com¨²n a todos los seres humanos, tambi¨¦n hay ricos y pobres m¨¢s all¨¢ de la muerte. Al hacer de la necesidad virtud, Cospedal ha trazado una nueva l¨ªnea que divide a las v¨ªctimas espa?olas en dos nuevas categor¨ªas, en funci¨®n de la existencia o la ausencia de un dictamen proveniente de una instituci¨®n de determinada categor¨ªa. Las v¨ªctimas del franquismo acaban de descubrir que el Consejo de Estado puede m¨¢s que la ONU. Los pa¨ªses, como las v¨ªctimas, no son todos iguales, y en ¨¦ste estamos tan acostumbrados a que nos cuenten que las cosas suceden porque s¨ª, o que han pasado ya hace mucho tiempo, o que son culpa de todos y, por tanto, de nadie, que una v¨ªctima del Yak ha definido la actitud de Cospedal como ¡°oro moral¡±. Dado su previo estado de abandono, esta reacci¨®n es muy comprensible, pero conviene recordar que tanto los familiares de los muertos como la sociedad espa?ola merecen mucho m¨¢s que comprensi¨®n. Si no se emprende una investigaci¨®n objetiva e implacable sobre la contrataci¨®n del vuelo, la ausencia de seguro, la chapuza forense, los indultos y los ascensos, la sonrisa de la ministra no ser¨¢ m¨¢s que un nuevo y definitivo agravio.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.