Gatillo (judicial) f¨¢cil
La condena del cantante de Def con Dos no respeta la libertad de expresi¨®n ni la prudencia
Twitter es uno de los foros en los que hoy se celebra nuestra comunicaci¨®n y lo que se afirma en esta red social tiene tanto valor como lo que se puede expresar en cualquier otro circuito. Es cierto que la rapidez y brevedad de los mensajes lo han convertido en una plataforma de gatillo f¨¢cil donde las declaraciones y tonter¨ªas vuelan, se magnifican y adem¨¢s, como nos est¨¢ ense?ando la justicia, tienen consecuencias legales. Pero de ah¨ª a considerar enaltecimiento del terrorismo los comentarios humillantes, radicales, extempor¨¢neos y de muy mal gusto, s¨ª, que algunos usuarios realizan sin que tengan nada que ver con organizaciones armadas ni pol¨ªticas hay un largo trecho. Un trecho en el que deber¨ªa abrirse un debate m¨¢s riguroso del que estamos contemplando.
El Tribunal Supremo ha condenado este jueves a C¨¦sar Augusto Monta?a Lehmann, cantante de Def con Dos, por varios comentarios publicados en Twitter que la Audiencia Nacional hab¨ªa resuelto en julio de 2016 con una absoluci¨®n. En una actuaci¨®n apropiada, la Audiencia hab¨ªa considerado manifestaciones previas y caracter¨ªsticas acreditadas del acusado para concluir que no hab¨ªa una intenci¨®n de terrorismo en sus palabras. ¡°El fascismo de Aguirre me hace a?orar hasta los Grapo¡±, ¡°a Ortega Lara habr¨ªa que secuestrarle ahora¡± o ¡°Cu¨¢ntos deber¨ªan seguir el vuelo de Carrero Blanco¡± eran algunos de sus rechazables tuits.
En contra de la Audiencia Nacional, que consideraba que el autor de los mensajes no buscaba ¡°defender los postulados de una organizaci¨®n terrorista¡±, el Supremo cree que la intenci¨®n no es relevante. Le condena por tanto a un a?o de prisi¨®n por enaltecimientos del terrorismo o humillaci¨®n de las v¨ªctimas. La nieta de Carrero Blanco, precisamente, denuncia en EL PA?S el disparate de pedir la c¨¢rcel por unos tuits sobre su abuelo, en este caso de Cassandra Vera, una estudiante de 21 a?os. ¡°Me asusta una sociedad en la que la libertad de expresi¨®n, por lamentable que sea, pueda acarrear penas de c¨¢rcel¡±.
La defensa de la libertad de expresi¨®n, y tambi¨¦n la prudencia, deben primar entre unos ¨®rganos de justicia que al atribuir delitos relacionados con terrorismo a actos de mal gusto que merecen condena, s¨ª, pero que no tienen esa intenci¨®n est¨¢n, a su manera, empleando tambi¨¦n un gatillo (judicial) f¨¢cil.
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