La castraci¨®n qu¨ªmica contra la violaci¨®n
Indonesia aprueba este pol¨¦mico castigo tras el asalto sexual en grupo a una joven de 14 a?os, que muri¨®. Muchos activistas se oponen
Yueyue caminaba hacia su escuela el pasado mes de abril cuando fue raptada y violada por 14 atacantes ebrios, en la isla indonesia de Sumatra. Al menos ocho de ellos eran menores. El cuerpo sin vida de la colegiala, de 14 a?os, fue encontrado unos d¨ªas m¨¢s tarde por los aldeanos en una plantaci¨®n de caucho, con signos de violencia y las manos atadas.
La noticia estaba condenada a pasar inadvertida, como tantas violaciones en el pa¨ªs asi¨¢tico, pero activistas locales alzaron la voz y las redes sociales comenzaron a arder se?alando al Gobierno por su negligencia para frenar el abuso de ni?os. La organizaci¨®n pro infancia ECPAT asegura que estas agresiones se han multiplicado por 2,5 en los ¨²ltimos cuatro a?os.
La ola de indignaci¨®n no amain¨® ni siquiera tras el juicio celebrado el pasado 29 de septiembre, en el que el l¨ªder de la banda fue condenado a la pena de muerte, otros once participantes a penas de entre 10 y 20 a?os de prisi¨®n y uno a realizar un programa de rehabilitaci¨®n durante un a?o (el atacante restante consigui¨® huir y eludir la acci¨®n judicial). ¡°Todos merecen la muerte¡±, dijo tras la sentencia Yana, la madre de la v¨ªctima, recogiendo el sentir de una parte importante de la sociedad indonesia.
La movilizaci¨®n social a favor de mayores castigos, que incluy¨® protestas callejeras y una gran cobertura medi¨¢tica, hab¨ªa puesto al Gobierno en un aprieto y finalmente el Ejecutivo se vio forzado a tratar de calmar los ¨¢nimos con una nueva legislaci¨®n. En adelante, los jueces podr¨¢n ordenar la castraci¨®n qu¨ªmica de los violadores y condenar a la pena de muerte a los ped¨®filos. La decisi¨®n llega cuando Indonesia lleva a?os recibiendo fuertes cr¨ªticas por la aplicaci¨®n de la pena capital a condenados por delitos de drogas.
La castraci¨®n qu¨ªmica, efectiva desde el pasado 9 de noviembre, se aplicar¨¢ a los convictos de delitos sexuales. Y la pena de muerte, a los violadores de menores cuando la v¨ªctima haya muerto o sufrido lesiones mentales y f¨ªsicas severas. La legislaci¨®n endurece las leyes anteriores, que limitaban el castigo a los 14 a?os de c¨¢rcel independientemente de la edad de la v¨ªctima.
Indonesia en el primer pa¨ªs del Sudeste asi¨¢tico en introducir un castigo que elimina el impulso sexual mediante un tratamiento farmacol¨®gico u hormonal. La castraci¨®n qu¨ªmica se aplica desde hace a?os en lugares como Corea del Sur, Rusia, Moldavia, Estonia, Polonia y nueve de los estados de Estados Unidos, mientras que en Espa?a se realiza de forma voluntaria para evitar que los internos vuelvan a delinquir cuando abandonan la c¨¢rcel.
Abdul Malik Haramain, miembro de uno de los partidos de la coalici¨®n gobernante, ha defendido que la castraci¨®n tiene ¡°un efecto disuasorio¡± e ¡°impide que se repitan¡± los delitos sexuales. Insiste en que no es una violaci¨®n de los derechos humanos por el hecho de que los delincuentes pasar¨¢n por un proceso legal antes de dictarse este castigo. La nueva disposici¨®n ha recibido elogios por parte de algunos sectores de la poblaci¨®n, pero los activistas que trabajan en la prevenci¨®n del problema dicen que ¡°no es la soluci¨®n¡± para erradicar la pedofilia.
Saman Zia-Zarifi, director regional para Asia y Pac¨ªfico de la Comisi¨®n Internacional de Juristas (ICJ por sus siglas en ingl¨¦s) considera que cualquier impacto sobre la reincidencia ¡°variar¨¢ mucho entre los que voluntariamente persiguen las reacciones basadas en la droga y los que forzosamente son sometidos a ella". Hartoyo, un prominente activista indonesio, cree que esta regulaci¨®n equivale a un "acto de venganza" porque el Gobierno "ha entrado en p¨¢nico¡±. La Asociaci¨®n M¨¦dica del pa¨ªs se niega a llevarla a cabo porque cree que viola la ¨¦tica profesional y porque ¡°no hay pruebas cient¨ªficas¡± que la avalen. Pero el presidente indonesio Joko Widodo ha dicho que si el cuerpo m¨¦dico se opone a ejecutar estas sentencias, recurrir¨¢n a los m¨¦dicos militares.
Ning¨²n otro intento por frenar la pedofilia parece haber tenido efecto. Seg¨²n ECPAT, en 2011 entre un total de 2.176 casos denunciados a la Comisi¨®n para la Protecci¨®n de los Ni?os Indonesios, 329 de ellos fueron casos de abuso sexual, violaci¨®n y explotaci¨®n sexual comercial. En 2014 de un total de 5.066 casos reportados, 1.217 fueron de abuso sexual, lo que demuestra que no ha hecho m¨¢s que ir en aumento. Los cr¨ªmenes reportados se produjeron principalmente en casa o por parte de los maestros en las escuelas estatales o los internados isl¨¢micos, las personas supuestamente encargadas de proteger a estos menores.
El n¨²mero de casos sin embargo podr¨ªa ser mucho mayor porque muchos de los supervivientes no denuncian a las autoridades. La justicia no es tan firme cuando los casos no desatan la indignaci¨®n colectiva como ha sucedido con Yueyue, se?ala el investigador de ECPAT Indonesia Deden Ramadani. El estigma hacia los supervivientes hace que los familiares de algunos menores prefieran mediar con sus violadores a trav¨¦s de los corruptos agentes para evitar hacer frente a los ¡°prolongados procedimientos legales¡±.
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