Luz de alarma
La explosiva subida de la electricidad aconseja cambiar la fijaci¨®n del precio
La subida explosiva del precio de la luz durante las ¨²ltimas semanas ha provocado una alarma social que el ministro de Energ¨ªa, ?lvaro Nadal, no ha podido disipar con sus intervenciones apresuradas y el anuncio de medidas espec¨ªficas en el mercado del gas. La escalada de precios, con su efecto correspondiente en el recibo, est¨¢ medida: un a?o atr¨¢s, el precio de la electricidad en el mercado estaba en torno a los 20 euros por megawatio/hora; en plena ola de fr¨ªo en Espa?a, con temperaturas que han llegado a los -24 grados, el precio se ha disparado hasta los 90 euros. El ministro ha sido el primer alarmado por este encarecimiento extremo. A mediados de enero lleg¨® a declarar, con cierta temeridad, que si se manten¨ªan los niveles actuales el precio para el consumidor podr¨ªa subir en unos 100 euros anuales.
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Las causas inmediatas del estallido de precios son conocidas. La ca¨ªda de la producci¨®n de energ¨ªa renovable (ausencia de viento) y la retirada por mantenimiento de dos nucleares ha propiciado que la electricidad m¨¢s barata haya sido sustituida por producci¨®n m¨¢s cara (carb¨®n, fuel, gas). As¨ª se explica el grueso de la estridente volatilidad de los precios. Pero conviene no equivocarse en el diagn¨®stico. Las causas inmediatas pueden superarse ¡ªen cuanto pase la ola de fr¨ªo o vuelva a soplar el viento¡ª, pero la fijaci¨®n del precio de la electricidad es pintoresca y deficiente, producto de d¨¦cadas de errores acumulados.
En primer lugar, la luz es un mercado ¡ªsui generis, porque no se rige seg¨²n el principio de a m¨¢s demanda menor precio¡ª regulado. De esta definici¨®n deber¨ªa deducirse que el regulador ha de actuar para evitar la volatilidad extrema de los precios y sus efectos sobre una sociedad que ha sufrido un dr¨¢stico empobrecimiento en los segmentos m¨¢s bajos de renta. El regulador cometi¨® un grave error cuando sustituy¨® las llamadas subastas CESUR por el procedimiento de fijar los precios de acuerdo con el mercado diario. Y no porque hubiera que respetar las CESUR sino porque anclar el precio a un mercado diario conduce inevitablemente a la volatilidad.
Es muy f¨¢cil que el mercado reaccione desmesuradamente a la retirada de la producci¨®n renovable o nuclear. A pesar de las triviales disposiciones para aumentar el suministro del gas, lo cierto es que con la indexaci¨®n actual de precios volver¨¢n a darse los mismo resultados (precios disparados) cuando la demanda sea excepcional y se hunda la producci¨®n de menos coste.
Si el Gobierno quiere acabar con la volatilidad de los precios y la alarma social subsiguiente ¡ªmagnificada, porque el precio medio del mercado el a?o pasado fue de 40 euros y este a?o, con las subidas conocidas, puede situarse en torno a los 47 euros¡ª tiene una v¨ªa de acci¨®n sencilla: fijar el precio de la tarifa seg¨²n la media trimestral del mercado y crear alg¨²n fondo de compensaci¨®n para ajustar las diferencias al final de cada periodo. Como la luz es un servicio esencial y una sociedad europea no puede permitir que sus ciudadanos mueran de fr¨ªo, lo l¨®gico ser¨ªa superar el concepto de bono social y subvencionarla para las escalas de rentas m¨¢s bajas.
El ministro Nadal tiene dos opciones: seguir poniendo parches a medida que aparezcan los pinchazos o reformar a fondo la regulaci¨®n.
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