Migraci¨®n y ayuda: juntas, pero no revueltas

La Vicepresidenta del Gobierno anunci¨® en la conferencia de presidencias de las Comunidades Aut¨®nomas, un plan de emergencia para atender a las personas en busca de asilo y refugio en Europa. En principio es una buena noticia, si es que se enmarca en un cambio radical de la lamentable pol¨ªtica de migraci¨®n y asilo de Espa?a y Europa. Y si, adem¨¢s, no obtiene sus fondos de la maltrecha Ayuda Oficial al Desarrollo.

Mientras se hacen estas declaraciones, las im¨¢genes de personas atrapadas en medio de la nieve en condiciones inhumanas dan buena cuenta de una Europa que est¨¢ eludiendo sus responsabilidades y arrojando al olvido a quienes huyen de conflictos y situaciones extremas. Los focos medi¨¢ticos parecen haberse apagado y la indignaci¨®n ante tal infamia pasa a un segundo plano mientras contin¨²an incumpli¨¦ndose sistem¨¢ticamente los compromisos de acogida.

La tentaci¨®n de incrementar el porcentaje de Ayuda Oficinal al Desarrollo (AOD) con fondos para las personas refugiadas es alta, pero esto servir¨ªa poco m¨¢s que para cubrir el expediente y tirar balones fuera. Tras a?os de recortes, la Cooperaci¨®n est¨¢ en niveles de los a?os 80; el Gobierno espa?ol tiene ante s¨ª el reto de recuperar los presupuestos de AOD y situarla a lo largo de la legislatura, al menos, en la media de los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea. Un reto ineludible en el contexto internacional que vivimos en el que, junto a otras pol¨ªticas exteriores, podr¨ªa contribuir a la construcci¨®n de la estabilidad y bienestar necesarios para garantizar que la migraci¨®n sea una decisi¨®n libremente tomada y no impuesta por condiciones de desesperaci¨®n.

La financiaci¨®n de la atenci¨®n a personas refugiadas debe contar con fondos adicionales y suficientes. Con ellos, debe abordarse no solo la emergencia de la acogida, sino tambi¨¦n la inclusi¨®n que haga posible el pleno desarrollo de las personas que acogemos y de la poblaci¨®n que acoge. Estamos hablando de una inversi¨®n de futuro en la construcci¨®n de un pa¨ªs cohesionado, de una Europa cosmopolita, que ponga la solidaridad en el centro de sus pol¨ªticas como ¨²nica v¨ªa para escapar de la barbarie que empieza a acecharnos.

La enorme paradoja de Europa como primer receptor de Ayuda al Desarrollo

Es cierto que el Comit¨¦ de Ayuda al Desarrollo (CAD) de la OCDE desde 1988 permite, con ciertas condiciones, contabilizar como AOD los gastos de atenci¨®n a personas refugiadas en los pa¨ªses donantes durante los 12 primeros meses de estancia. Noruega, Dinamarca, Suecia, Alemania, son algunos de los pa¨ªses que est¨¢n detrayendo parte de su AOD para atender a refugiados en sus pa¨ªses. Alemania ha pasado de destinar el 1% al 16% de la AOD para atender a las personas refugiadas sin que el total de la AOD haya variado sustancialmente. Suecia pretend¨ªa llegar hasta el 50%, aunque debido a la presi¨®n de las ONG lo ha limitado finalmente al 30%.

De seguir as¨ª, puede llegar a darse la paradoja de que Europa se convierta en el primer receptor de Ayuda al Desarrollo: los fondos permanecer¨ªan en nuestros pa¨ªses a costa de reducir el importe de la ayuda que realmente se destina a promover el desarrollo sostenible y el bienestar de los pa¨ªses con menos recursos. Las ONG europeas llevamos a?os denunciando este disparate y la llamada ¡°ayuda inflada¡±, aquella que no contribuye a la reducci¨®n de la pobreza.

La mal llamada ¡°crisis de refugiados¡± es en realidad una crisis global de valores. Urge la adopci¨®n de pol¨ªticas orientadas a crear ¡°puentes no muros¡± ¨Ccomo se exigi¨® en las movilizaciones mundiales del pasado fin de semana. Las cifras son brutales: 60 millones de personas desplazadas en el mayor movimiento humano desde la Segunda Guerra Mundial, m¨¢s de 5.000 muertos en el Mediterr¨¢neo, solo en 2016. Ante esta realidad, la UE y Espa?a, como estado miembro, est¨¢n fallando estrepitosamente en su pol¨ªtica migratoria.

Como dec¨ªa recientemente Helena Maleno, activista por la defensa de los derechos humanos de las personas migrantes, ¡°los muros que Europa est¨¢ levantando no son para hacernos m¨¢s libres, sino para encerrarnos dentro de ellos y para desproteger a los otros y las otras, a los que quedan al otro lado, porque al quedar al otro lado les despojamos de su calidad de personas¡±.

No cuestionamos los gastos destinados a la poblaci¨®n refugiada, ni el plan de emergencia anunciado por la Vicepresidenta del gobierno. Al contrario, lo que denunciamos es la irresponsabilidad de clasificar este gasto como Ayuda al Desarrollo; denunciamos la falta de voluntad pol¨ªtica para abordar la realidad de la migraci¨®n y refugio desde su origen y sus causas; evidenciamos la irresponsabilidad de no afrontar los retos actuales desde el respeto a los derechos humanos y la coherencia con un enfoque global que nos conecta como humanidad. Apostar por ello, de manera firme y coordinada con otros actores, podr¨ªa marcar un antes y un despu¨¦s en el futuro de la humanidad.