Derrota de May
El Gobierno conductor del ¡®Brexit¡¯, sometido a la soberan¨ªa del Parlamento
El Tribunal Supremo brit¨¢nico acaba de propinar a la primera ministra Theresa May la m¨¢s severa derrota jur¨ªdico-pol¨ªtica desde que esta abraz¨® en junio la causa del Brexit. Causa que hace una semana empeor¨® propugnando la versi¨®n m¨¢s extremista de la salida de su pa¨ªs de la Uni¨®n Europea: su autoexclusi¨®n, hasta del mercado interior continental.
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La sentencia apunta donde m¨¢s le duele al Gobierno conservador: a sus credenciales democr¨¢ticas. May reivindic¨® el Brexit como manera de recuperar la soberan¨ªa y as¨ª controlar la inmigraci¨®n. Encaj¨® el resultado del refer¨¦ndum como un mandato democr¨¢tico absoluto e imposible de modular en inter¨¦s de Reino Unido. Hizo campa?a por la salida de la UE arremetiendo contra el presunto autoritarismo burocr¨¢tico de Bruselas, el supuesto d¨¦ficit democr¨¢tico de los europeos continentales y la supremac¨ªa del parlamentarismo brit¨¢nico.
Pero, y eso es lo m¨¢s notable, tanta fachada ocultaba un truco autoritario: el Ejecutivo se reservaba para s¨ª la competencia de decidir sobre la salida, desafiando la primac¨ªa del legislativo. As¨ª, en nombre del soberanismo parlamentario, usurpaba las competencias de comunes y lores. Esta pretensi¨®n tropez¨® con Gina Miller, una ciudadana que recurri¨® al Supremo y logr¨® en primera instancia torpedear el intento del Gobierno.
Solo as¨ª May empez¨® a doblegarse ¡ªaunque sin denunciar la campa?a de descr¨¦dito contra Miller y los jueces ¡°enemigos del pueblo¡± desatada por los brexiteros m¨¢s fan¨¢ticos¡ª. Y anunci¨® la semana pasada que someter¨ªa la activaci¨®n del art¨ªculo 50 ¡ªdesencadenante del Brexit¡ª a la votaci¨®n ¡°final¡± de los parlamentarios.
Esa promesa conten¨ªa un nuevo escamoteo contra la soberan¨ªa nacional: no especificaba el grado de control del voto parlamentario ¡°final¡±. Ahora lo hace el Supremo, indicando que el escrutinio de diputados y lores debe ejercerse no solo al final, sino tambi¨¦n a lo largo de todo el proceso, posibilitando enmiendas y correciones al rumbo del Ejecutivo.
Enmiendas que incluyen, en el l¨ªmite, la ¡ªpor lo dem¨¢s, improbable¡ª devoluci¨®n del proyecto de ley al gabinete. Porque de eso trata la sentencia: de obligar a la elaboraci¨®n de una ley, con todos sus requisitos y garant¨ªas, y no una mera decisi¨®n por la v¨ªa r¨¢pida. Y es que, como ha resumido la promotora del proceso judicial ¡ªuna ejecutiva empresarial¡ª, solo el Parlamento puede detraer a los ciudadanos los derechos que el mismo Parlamento garantiz¨®.
As¨ª que este episodio contribuye a evitar la degradaci¨®n de la democracia brit¨¢nica. Pero eso no equivale autom¨¢ticamente a que el formato del Brexit y su negociaci¨®n acaben siendo mucho m¨¢s sensatos. Solo lo posibilita.
Para lograrlo, hace falta un mayor compromiso de los conservadores cosmopolitas en defensa de sus ideas; un mayor arrojo de los liberales, y un vuelco en la estrategia del laborista Jeremy Corbyn, que bajo una m¨¢scara izquierdista est¨¢ haciendo el juego a una estrategia de salida de la Uni¨®n Europa muy perjudicial para los votantes laboristas.
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