Silencio en Bruselas

Por mucho esfuerzo y mucho ¨¦nfasis que el Gobierno de Junts pel S¨ª hiciera en la puesta en escena, su en¨¦simo intento de conseguir el m¨¢s m¨ªnimo gesto de comprensi¨®n en Bruselas con la causa del soberanismo catal¨¢n volvi¨® a saldarse con un rotundo fracaso. El presidente de la Generalitat acudi¨® a la capital comunitaria escoltado por el vicepresidente, Oriol Junqueras, y el exeurodiputado Ra¨²l Romeva en funciones de consejero de Exteriores, pero ning¨²n cargo comunitario los recibi¨® y aunque la asistencia al acto celebrado en una sala alquilada de la Euroc¨¢mara fue concurrida, no era dif¨ªcil constatar que era de correligionarios y afines. Ning¨²n avance pues en su estrategia de dar dimensi¨®n internacional al conflicto catal¨¢n, que la UE ha considerado reiteradamente un asunto interno de Espa?a.

En principio, lo que plantee en Bruselas una comunidad como Catalu?a, con un peso demogr¨¢fico y econ¨®mico superior a algunos pa¨ªses de la UE, deber¨ªa suscitar inter¨¦s. El soberanismo deber¨ªa meditar por qu¨¦ sus esfuerzos por conseguirlo resultan persistentemente est¨¦riles. La estrategia del victimismo y la exageraci¨®n del agravio son sin duda elementos que destruyen su credibilidad, como muestra el informe Cr¨®nica de una ofensa premeditada que, bajo el membrete de la Generalitat, el Gobierno de Puigdemont ha difundido en ingl¨¦s para ilustrar la persecuci¨®n que supuestamente sufre el pueblo catal¨¢n. Siendo la protecci¨®n de los derechos humanos una divisa de la Uni¨®n Europea, que tales proclamas no reciban la m¨¢s m¨ªnima consideraci¨®n indica lo err¨®neo de esta estrategia.

Pero no por fracasado deja de ser criticable que el Gobierno catal¨¢n, que tantas carencias y dificultades muestra en la gobernanza diaria, dedique esfuerzos institucionales y considerables recursos econ¨®micos a promocionar lo que solo es un acto partidista. La UE dif¨ªcilmente va a dejarse instrumentalizar por artima?as tan primarias como ineficaces.