"Nunca imagin¨¦ tantas nominaciones, me siento como el Legan¨¦s subiendo a primera"
Ra¨²l Ar¨¦valo y su 'Tarde para la ira' son los grandes ganadores de los Goya, pero no le result¨® f¨¢cil encontrar a un productor que financiase su debut
Hay una casilla en las quinielas de los pr¨®ximos Premios Goya que no deber¨ªa computar. El premio a la mejor direcci¨®n novel ser¨¢ para Ra¨²l Ar¨¦valo por Tarde para la ira. ?l debe ser el ¨²nico que no lo tiene claro. "Puede pasar cualquier cosa". Lo dice convencido, como ahuyentando una decepci¨®n que se antoja poco probable. Hac¨ªa una d¨¦cada que una primera pel¨ªcula no recib¨ªa tantas nominaciones a los premios de la Academia de Cine. Desde El orfanato ninguna ¨®pera prima hab¨ªa logrado semejante respaldo de los acad¨¦micos. 11 candidaturas, incluyendo mejor pel¨ªcula, gui¨®n original, montaje, fotograf¨ªa y vestuario, que le han hecho superar con diferencia el n¨²mero de opciones que en su d¨ªa tuvieron Azuloscurocasinegro, El Bola o Tesis. "?Qu¨¦ dices?".
No esperaba que ocurriese algo as¨ª. "Nunca imagin¨¦ tantas nominaciones. Me siento como el Legan¨¦s subiendo a Primera, jugando contra el Madrid o el Bar?a. No s¨¦ de qu¨¦ depende que haya pasado. Son cosas que a uno se le escapan". El d¨ªa que lo anunciaron se le colaps¨® el tel¨¦fono con menciones en Twitter, WhatsApps y mensajes. "Han reconocido el trabajo de todo el equipo, no puedo estar m¨¢s agradecido". Un thriller brutalmente dirigido e interpretado que puso desde su estreno a la cr¨ªtica a sus pies. En Tarde para la ira refulge lo espa?ol. Bares de serr¨ªn en el suelo en los que juegan al mus, barrios de periferia y pueblos de Castilla donde se desarrolla la historia de una venganza. "Quer¨ªa hacer cine con identidad, llev¨¢rmelo a mi terreno. Quer¨ªa hablar de la violencia huyendo de la violencia como espect¨¢culo, huyendo del efectismo. Quer¨ªa una violencia cruda, descarnada, como la vida misma".
Un tipo que nunca ha vivido en un ambiente hostil ve c¨®mo su vida de repente se convierte en una espiral de violencia extrema. "A cualquiera de nosotros nos puede ocurrir eso". De un d¨ªa para otro la vida le cambia completamente. "Me da hasta mal rollo pensarlo, pero es as¨ª. De pronto te ocurre algo atroz y ?c¨®mo lo afrontas? No s¨¦ cu¨¢l es el click que hace que se pase de la fantas¨ªa de la venganza a querer llevarla a cabo. Creo que ese tipo de historias, como Puerto Hurraco, tienen protagonistas que se quedan enquistados en el rencor, que se quedan en la mierda. No rehacen sus vidas. Al igual que las pocas ganas de vivir no son suficientes para suicidarse, salvo que se cruce alg¨²n cable, las ganas de venganza no suponen ponerse a liarse a tiros, aunque haya quien coja la escopeta".
"Me da hasta mal rollo pensarlo, pero es as¨ª. De pronto te ocurre algo atroz y ?c¨®mo lo afrontas?"
El t¨ªtulo en ingl¨¦s es The fury of a patient man. "Es un gui?o a una frase de John Dryden que dice 'Cuidado con la ira del hombre paciente, es la m¨¢s peligrosa de todas". Las secuencias violentas van de m¨¢s a menos en cuanto a lo expl¨ªcito. "Ten¨ªa claro que, cuanto mayor v¨ªnculo emocional, la violencia ser¨ªa menos obvia". Al principio, hay una con un destornillador en la que la sangre salpica a los espectadores.
?T¨² eres rencoroso?
Cero.
M¨¢s de un productor estar¨¢ arrepentido por no haber confiado en ¨¦l. Hace ocho a?os escribi¨® el gui¨®n y empez¨® a moverlo. "Por mucho que les gustase como actor o les cayese bien, nadie quer¨ªa poner pasta. No les atra¨ªa para producirla". No encontraba financiaci¨®n, pero segu¨ªa a lo suyo. "Me suger¨ªan que no dijera en las reuniones que era seca, ¨¢spera, s¨®rdida, que eso les echaba para atr¨¢s". No hizo caso. "Quer¨ªa hacer la pel¨ªcula que yo quer¨ªa, con los actores que yo quer¨ªa, de la forma que yo quer¨ªa". Prefer¨ªa seguir buscando dinero a renunciar a cosas a las que no estaba dispuesto. "Me dec¨ªan nombres para el reparto. Quer¨ªan caras m¨¢s j¨®venes, alguna t¨ªa buena, alg¨²n t¨ªo bueno".
Fuma apurando cada cigarrillo. De vez en cuando, alguien se acerca para felicitarle. "Es precioso, lo agradezco mucho. No es comparable a cuando me felicitaban como actor. Nada que ver". Pas¨® su primer¨ªsima juventud en un bar como el de la pel¨ªcula, de partida de mus y carajillo. Era el bar de sus padres, donde ¨¦l lo mismo pon¨ªa ca?as y daba conversaci¨®n que juntaba las mesas y barr¨ªa servilletas y palillos. Iba y volv¨ªa a diario desde M¨®stoles a Madrid. De los 16 a los 23 a?os trabaj¨® all¨ª, a la vez que recib¨ªa sus primeros papeles como actor. "Siempre quise dirigir, mucho antes que actuar. A los 11 a?os cog¨ªa la c¨¢mara de mi padre y hac¨ªa cortos con mi hermana, mis vecinos y los amigos. Lo de actuar me vino a los 17. Hice un curso de teatro y me encant¨®. Me fue enganchando". Sin esperarlo, se fue convirtiendo en su modo de vida.
"Me suger¨ªan que no dijera en las reuniones que era seca, ¨¢spera, s¨®rdida, que eso les echaba para atr¨¢s"
Fue en el bar familiar donde se le ocurri¨® la historia. Viendo el Telediario, escuch¨® a un cliente comentar la noticia de un asesinato. "Si a mi mujer o mi hija le pasa eso, cojo la escopeta", dijo. Ese fue el punto de partida, pero del bar tir¨® mucho m¨¢s. "Me?he criado en bares as¨ª con conversaciones similares. El bar de mi padre, que se jubil¨® hace dos a?os, ten¨ªa el mismo ambiente. Era un bar alem¨¢n que con los a?os se fue adaptando al barrio de Chamber¨ª. Acab¨® siendo un bar de barrio con decoraci¨®n alemana".
En el rodaje en Nueva York de La vida inesperada convenci¨® a la productora Beatriz Bodegas para llevar adelante el proyecto. "No habr¨ªa sido posible sin ella. Me ha hecho sentir muy libre, pero muy acompa?ado a la vez. Ha levantado una pel¨ªcula dif¨ªcil de financiar y me ha apoyado en cada decisi¨®n. Hemos ido de la mano al 100%, en todo". Eligi¨® a cada miembro del equipo. "En estos a?os durante los rodajes fantaseaba en c¨®mo trabajar¨ªa cada cual. Iba visualizando mi equipo fant¨¢stico. He tenido la suerte de contar con todos los que quer¨ªa, formando un aut¨¦ntico dream team. Eran los que mejor iban para la pel¨ªcula y para mi car¨¢cter". En las reuniones en preproducci¨®n cada uno aportaba sus ideas. "Estuve muy abierto a sugerencias. Fui cogiendo de todos".
Ya durante la escritura del gui¨®n pensaba en Antonio de la Torre y Luis Callejo como protagonistas. "He so?ado con ellos casi cada noche de mi vida durante ocho a?os. Me ven¨ªan sus caras". Uno es Jos¨¦, el otro Curro. Los dos est¨¢n nominados al Goya al mejor actor. "Me dijeron que s¨ª desde el principio. Ellos tambi¨¦n han esperado estos a?os, aunque creo que a veces pensaban que no har¨ªamos la pel¨ªcula. Adem¨¢s de grand¨ªsimos actores son amigos".
Esa amistad fue clave a la hora de dirigirlos. "S¨¦ c¨®mo trabaja cada uno y s¨¦ como entrar a cada uno". Pudo tomarse algunas licencias, como abofetear a Antonio de la Torre. "Un d¨ªa Luis Callejo me dijo: 'A Antonio dale todas las hostias que quieras, pero a m¨ª a la tercera que me des te empotro contra la pared. No me vuelvas a tocar la cara". Otro d¨ªa le dio chile habanero que trajo de M¨¦xico. "Se lo met¨ª en la boca antes de darle a la claqueta. Se empez¨® a poner rojo, cada vez m¨¢s rojo. Fue tan bestia que en montaje lo tuve que quitar porque parec¨ªa un efecto de postproducci¨®n".
Ni tuvo director de casting ni hizo casting. "He ido eligiendo uno a uno entre amigos y conocidos que he hecho en todos estos a?os. Para m¨ª eran muy importantes los rostros. No quer¨ªa maquillajes, quer¨ªa cicatrices y ojeras. A los 47 que salen en la pel¨ªcula los fui llamando yo". Recuper¨® a Ruth D¨ªaz, a la que premiaron por su trabajo en Tarde para la ira en la Mostra de Venecia. "La conoc¨ªa como actriz desde hac¨ªa un mont¨®n, pero hac¨ªa mucho que no la ve¨ªa. Vi un corto suyo y pens¨¦ que estaba en el punto justo para el personaje".
Quiso rodar en s¨²per 16 mm. "Vivimos en un mundo absolutamente digital, pero echo de menos el celuloide. Tanta nitidez en determinado tipo de cine me da por culo. Muchas veces echo en falta esa textura como espectador. Ese grano, ese sucio, era fundamental para mi idea, aunque supon¨ªa unos costes adicionales y un riesgo". Ya no hay ning¨²n laboratorio que revele en ese formato en Espa?a. "Meses antes de que inici¨¢ramos el rodaje cerraron el ¨²ltimo. Tuvimos que decidir entre enviar las latas a Par¨ªs, Londres o Ruman¨ªa. Por precio elegimos Ruman¨ªa. Todos los d¨ªas envi¨¢bamos las latas con miedo a que ocurriera algo. Asumimos el riesgo".
Tard¨® en encontrar el bar donde rod¨® Tarde para la ira. "O eran demasiado peque?os y no cab¨ªan las c¨¢maras, o no encajaban por algo. Ese tipo de bares cada vez cuesta m¨¢s encontrarlos. Ya no hay tantos as¨ª. Cuando los venden, los reforman". Acab¨® encontrando el que necesitaba en Usera, por una casualidad que a¨²n le cuesta asimilar. "Le llam¨¦ en el gui¨®n Bar Carrasco porque me dio por ah¨ª. Me lo invent¨¦, se podr¨ªa haber llamado de cualquier manera. Al localizar, buscamos bares por todas partes, de Lavapi¨¦s a Vallecas. Cuando vimos que este se llamaba Bar Carrasco no nos lo pod¨ªamos creer. Estaba traspas¨¢ndose. Fue una suerte porque as¨ª adem¨¢s nos dejaron pintar una pared del color que quer¨ªamos y attrezzarlo bien".
Adem¨¢s del bar, tienen protagonismo gimnasios de extrarradio y discopubs, verbenas con banderines, carreteras secundarias y moteles. A 115 kil¨®metros de Madrid est¨¢ Martin Mu?oz de las Posadas, el pueblo donde iba a veranear. "All¨ª es donde me cri¨¦. Tiene 400 habitantes y lo convert¨ª casi en la Ciudad de la Luz". Lo invadieron y se mezclaron los vecinos con los miembros del equipo. Su hermana, Tamara Ar¨¦valo, que ha trabajado en muchas pel¨ªculas y series, firma el sonido. "Ella me dec¨ªa: '?No se te hace raro ver juntos a nuestros dos mundos?'. Y s¨ª, era raro, pero muy bonito. De pronto uno de producci¨®n estaba jugando al mus bebiendo orujo, otro estaba yendo a la piscina, una amiga de mi madre estaba en la plaza hablando con el director de?fotograf¨ªa. El pueblo entero se volc¨®". Sus padres nacieron en sus calles. "Se fueron a trabajar a Benidorm en los 70, se enamoraron all¨ª y acabaron viviendo en M¨®stoles". La pel¨ªcula se la dedic¨® a ellos. "A mis padres, que me lo han dado todo", se puede leer en los cr¨¦ditos.
"A la hora de encontrar financiaci¨®n ve¨ªan lo ca?¨ª como algo negativo. Que lo hayan valorado tanto en los festivales me ha encantado"
"Como director disfrut¨¦ mucho m¨¢s de lo que esperaba el rodaje, pero el montaje lo sufr¨ª obsesionado con todo. Las cosas que no me gustaban las odiaba hasta un punto que no dorm¨ªa". Lo pas¨® realmente mal. "S¨ª, me obsesion¨¦ de m¨¢s". Se torturaba. "Como director me he descubierto mucho m¨¢s exigente que como actor. El montador intentaba tranquilizarme, pero yo solo ve¨ªa los defectos. Ahora lo relativizo, pero fue duro. Fue un bache que pagu¨¦ con mi salud hasta que la vi terminada y pens¨¦: 'Hasta aqu¨ª. Ya est¨¢, la siguiente ser¨¢ mejor".
?Cu¨¢ntas veces la has visto?
Ni lo s¨¦, pero no la quiero ver m¨¢s. Me s¨¦ al dedillo cada fotograma.
Tarde para la ira se estren¨® en la Mostra de Venecia. "No me esperaba ni las cr¨ªticas que tuvo ni tanta aceptaci¨®n". Recibi¨® un largo aplauso, de m¨¢s de dos minutos, de esos que no se dan por cumplir el tr¨¢mite. "Todos nos abrazamos. Es un recuerdo que no olvidar¨¦ nunca". Nunca pens¨® que iba a ir al Lido. "Al lado de Que Dios nos perdone, El hombre de las mil caras o Un monstruo viene a verme nuestra pel¨ªcula era peque?a. No ten¨ªamos el mismo potencial de apoyo, marketing y comunicaci¨®n, por lo que Beatriz Bodegas muy inteligentemente decidi¨® colocarla el 9 de septiembre, para poder rascar toda la taquilla que pudi¨¦ramos antes de que se estrenasen las otras. La coloc¨® ah¨ª sin tener ning¨²n festival. Fue una suerte que encajase en Venecia".
Tras el paseo en g¨®ndola, se fueron a Toronto, donde tambi¨¦n quisieron contar con la cinta. "Fue un refuerzo muy grande. Sirvi¨® especialmente para hacer contactos de ventas internacionales". Este a?o se estrenar¨¢ en otros pa¨ªses. "Tanto en Venecia como en Toronto me di cuenta que eso que tanto se dice de que lo local se transforma en universal es verdad. Lo entendieron todo, absolutamente todo. Lo espa?ol gusta mucho fuera, aunque nosotros a veces no lo valoremos". Curiosamente, esa poderosa est¨¦tica era otro h¨¢ndicap que se encontraba a la hora de encontrar financiaci¨®n. "Ve¨ªan lo ca?¨ª como algo negativo. Que lo hayan valorado tanto en los festivales me ha encantado". Entre sus referentes est¨¢n autores que tambi¨¦n han sacado partido a nuestra idiosincrasia. "Me entusiasma el cine que hac¨ªan Saura, Querejeta y Berlanga, el cine de Eloy de la Iglesia, el que hace Almod¨®var...". Entre sus referentes est¨¢n ellos junto a pel¨ªculas de los 70 como Perros de paja de Sam Peckinpah y Malas tierras de Terrence Malick. "Claro que me han inspirado, como tambi¨¦n lo han hecho los Dardenne, Jacques Audiard o Matteo Garrone". Como espectador, cree que ha sido un gran a?o para el cine que se hace en Espa?a. "Ha habido un cine muy variado, de enorme calidad".
Gracias al efecto Goya, Tarde para la ira ha vuelto a las salas de cine. "Eso es maravilloso. No nos podemos quejar del dinero que hicimos, pero no deja de ser una pel¨ªcula modesta en cuanto a recaudaci¨®n. Que ahora se reestrene hace que se convierta en m¨¢s atractiva para gente a la que en su d¨ªa no le atrajo". Pese a la voracidad de la industria, se acab¨® convirtiendo en un sleeper con larga permanencia en algunas salas. "Los exhibidores a veces quitan demasiado pronto algunas pel¨ªculas. En los Renoir Princesa, por ejemplo, confiaron en ella y la mantuvieron. Estuvo meses y cada vez iba m¨¢s gente a verla. Yo, que vivo al lado, compart¨ªa mi felicidad con la taquillera".
?Los rodajes como actor han sido la preparaci¨®n para tu debut como director?
Absolutamente. Han sido mi gran escuela.
En los agradecimientos de la pel¨ªcula dices "A todos y cada uno de los directores con los que he trabajado por ense?arme tanto".
Todo lo he aprendido de ellos, todo lo he incorporado. Estos a?os he ido cogiendo de cada uno las herramientas que me serv¨ªan.
?Tambi¨¦n has aprendido lo que no har¨ªas nunca?
Tambi¨¦n, tambi¨¦n, por supuesto.
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