Querido Richard
ESTA CARTA te la deb¨ªa desde los lejanos tiempos en que me instal¨¦ en Tenerife y estas eran de papel, o tal vez es mi nostalgia la que me invita a pensarlo; despu¨¦s de todo part¨ª de Lima antes de que existiera el correo electr¨®nico, el m¨®vil y Skype, asunto que me hace sentir m¨¢s bien contempor¨¢neo de Isaac Peral. En cualquier caso, me fui antes de que ni siquiera vislumbr¨¢semos que nuestra comunicaci¨®n resultar¨ªa tan f¨¢cil que habr¨ªamos de terminar por prescindir de ella. Nos hemos convertido, parafraseando a Borges, en una de esas amistades inglesas que empiezan por excluir la confidencia y terminan por omitir el di¨¢logo. Solo por escrito, porque cada vez que regreso a Lima est¨¢s disponible ¨Cwhisky mediante¨C para cotejar nuestras frustraciones, inventariar buenos momentos, contarnos c¨®mo nos va, pero principalmente para re¨ªrnos de lo mucho que nos ha pasado en este tiempo, toda el agua que ha corrido por los cauces del R¨ªmac y el Manzanares, m¨¢s de un cuarto de siglo y ah¨ª vamos. A ti no te ha salido ni una cana y yo cada d¨ªa me parezco m¨¢s a mi t¨ªa Josefina. T¨² sigues jugando al tenis, pero tienes m¨¢s barriga que yo, que solo llevo una dieta rica en estr¨¦s.
Y estas breves l¨ªneas son simplemente para decirte qu¨¦ equivocado estaba contigo.
T¨² siempre llamas o escribes por mi cumplea?os y yo siempre ando averiguando cu¨¢ndo es el tuyo. A ti te ha envejecido una novela en el caj¨®n y a m¨ª me han salido varias, no todas buenas, pero siempre las celebras con afecto aunque me temo que no conf¨ªo en tu juicio, demasiado parcial, asunto que por otro lado me alegra porque ese tipo de parcialidades son las que comete un amigo, ese que a veces te dice cosas horribles a la cara pero siempre habla bien de ti a tus espaldas. Y estas breves l¨ªneas son simplemente para decirte qu¨¦ equivocado estaba contigo. Te explico: a m¨ª siempre me pareci¨® que claudicabas, que te hab¨ªas dejado vencer ¨Ccuando todo era juventud y furor y literatura¨C, porque hace 25 a?os yo part¨ª hacia esta Espa?a que ya es mi pa¨ªs, con la simple y loca idea de dedicarme a la literatura. Y t¨², que pensabas hacer lo mismo, al final te quedaste. ¡°Arrugado¡±, creo que te dije en el aeropuerto, con esa sinceridad brutal que solo reservo para ti ¨Cdudoso privilegio¨C, y con una falta de empat¨ªa lamentable. T¨², que siempre soportas mis cabreos, te re¨ªste. Porque en realidad nunca te amilanaste, nunca te diste por vencido, en esa Lima que es especialmente cabrona y clasista para los que vienen luchando desde abajo, como ha sido tu caso. Yo tuve todo mucho m¨¢s f¨¢cil, y cuando mis ilusiones y hasta mis fatigas eran de estreno, t¨² ya ven¨ªas con una larga historia de perseverancia a cuestas. Y han debido de pasar estos largos a?os para que pueda darme cuenta del tremendo valor que ha tenido tu invencible esfuerzo. No todos tienen amigos as¨ª. (Por cierto, ?cu¨¢ndo es tu cumplea?os?).
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