Conjuros versus Trump
Nadie duerme en un mundo donde cientos de miles de personas tratan de cruzar puentes y se encuentran muros y prohibiciones
Una reuni¨®n de abogados tiene algo de congregaci¨®n de brujos y brujas. Es decir, de personas capaces de producir un cambio en el mundo a trav¨¦s de un uso y acomodo preciso del lenguaje: en vez de conjuros, argumentos y demandas. Este s¨¢bado pasado, se redact¨® el primer ¡°conjuro¡± exitoso contra la maldici¨®n de Trump. Tras la orden ejecutiva que bloquea la entrada a Estados Unidos de ciudadanos de siete pa¨ªses con mayor¨ªa musulmana, y la detenci¨®n de personas en aeropuertos del pa¨ªs, un grupo de abogados de la Asociaci¨®n Americana de Libertades Civiles (ACLU) busc¨® argumentos y redact¨® la demanda ¡°Darweesh vs. Trump¡±. Pero, como se sabe, para que un conjuro sea efectivo, tiene que ser pronunciado en voz alta, en el lugar y momento precisos. Una vez formulada, los abogados ten¨ªan que presentar su demanda ante un juez, en un tribunal.
Los tribunales est¨¢n cerrados los s¨¢bados. Pero una juez, Ann M. Donnelly, abri¨® las puertas de un tribunal situado al pie del puente de Brooklyn, en Nueva York. Recibi¨® ah¨ª a los abogados, para que estos presentaran la demanda ¡°Darweesh vs. Trump¡±. Tras escucharlos, resolvi¨® el caso con una orden a favor. Me gusta imaginar que, mientras la juez del tribunal bajo el puente escuchaba el conjuro y dictaba su orden, los ecos de otros conjuros, muy distintos, tambi¨¦n reverberaban cerca de ah¨ª. Los ecos, por ejemplo, de las palabras que Jos¨¦ Mart¨ª escribi¨® en 1883: ¡°Este puente de Brooklyn que ahora, como por calzada de peregrinaje a nueva Meca, cruzan api?adas, jubilosas, hirvientes, las multitudes¡±. O los de las palabras que Walt Whitman escribi¨® en 1856, en el poema Crossing Brooklyn Ferry, donde evoca la imagen del puente y de los ¡°hombres y mujeres¡ cientos y cientos que lo cruzan, en su regreso a casa¡±. O los ecos de versos que Garc¨ªa Lorca escribi¨® en su Nocturno del puente de Brooklyn, de 1929, y que hoy suenan a profec¨ªa: ¡°No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie¡±. Nadie duerme en un mundo donde cientos de miles de personas tratan de cruzar puentes y se encuentran muros y prohibiciones. Nadie descansa si los acuerdos internacionales y el debido proceso pueden ser violados sistem¨¢ticamente. La defensa de las personas que son y ser¨¢n objeto de las pol¨ªticas discriminatorias del nuevo l¨ªder de la supremac¨ªa blanca de EE?UU est¨¢ en manos de los brujos y brujas de la ley. Ante la acusaci¨®n irracional del crimen de no ser blanco, de ser hispano, de ser musulm¨¢n, de ser ¡°otro¡±, solo el conjuro de su lenguaje exacto, claro y racional sirve de escudo. Escuchemos, apoyemos: Conjuros vs. Trump.
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