La toma de Nueva York por un joven dise?ador de un pueblo cordob¨¦s
Acompa?ado de sus padres, Alejandro G¨®mez Palomo (24 a?os, de Posada), se doctora en la Gran Manzana con su colecci¨®n 'Objeto sexual'
Tiene 24 a?os, pero cuando lo definen como la sensaci¨®n millennial de la moda contesta: ¡°Yo no s¨¦ ni lo que quiere decir millennial. No s¨¦ lo que soy, pero soy m¨¢s antiguo que todo eso¡±. Es Alejandro G¨®mez Palomo, la mejor noticia que ha tenido la moda masculina en Espa?a en los ¨²ltimos tiempos. Y tan solo un a?o despu¨¦s de hacer su primer desfile en Madrid los ecos ya han llegado a Nueva York, donde debut¨® ayer con un desfile al que ha llamado Objeto sexual.
Cuando dice que es antiguo tiene algo de raz¨®n: sigue creando en su pueblo de toda la vida, Posadas (municipio cordob¨¦s de 7.500 habitantes), y se ha tra¨ªdo a sus padres, Norberto y Manoli, para que le echen una mano con los preparativos. ¡°Es una ciudad muy grande y somos de un pueblo muy peque?o. Siempre hemos sido muy abiertos, pero no estamos acostumbrados a tanto l¨ªo¡±, dice su madre. ¡°Para nuestras posibilidades, yo creo que la puesta en escena ha quedado muy bien¡±, explica su padre, sin mencionar que el mismo hombre que ha hecho los arreglos florales de este desfile, Mark Colle, viene de trabajar con Dior.
¡°Nueva York es muy grande y somos de un pueblo muy peque?o. Siempre hemos sido muy abiertos, pero no estamos acostumbrados a tanto l¨ªo¡±, dice la madre del dise?ador antes del desfile
Palomo est¨¢ muy nervioso. ¡°No me suele pasar. Siempre lo controlo muy bien menos esta vez¡±, dice con mucha naturalidad a primera hora de la ma?ana. Pero, claro, ha venido a Nueva York a dar una lecci¨®n de moda y de sexo, dos temas que en Manhattan dominan bastante bien. ¡°En mis colecciones anteriores reflejaba una imagen de un chico muy rom¨¢ntico, naif, delicado¡ Vale, ya hemos enamorado. Ahora es la hora de ir un poquito m¨¢s lejos y llev¨¢rnoslo a la cama¡±, asegura. ¡°Es la parte mucho m¨¢s animal, la que todos tenemos en un sitio muy adentro y nos da miedo explorar¡±.
Despu¨¦s de traer todos sus dise?os en 14 maletas y ba¨²les, Palomo no est¨¢ dispuesto a que ninguno se quede sin su gran momento. A ¨²ltima hora, y despu¨¦s de un casting de modelos que se alarg¨® hasta las 3 de la madrugada, decide que salen 34 de 34, aunque el p¨²blico sea muy exigente. Lanza con osad¨ªa un mensaje de g¨¦nero fluido delante de Hari Nef y Avie Acosta, iconos transg¨¦nero. Quiere impresionar con el trabajo de sus telas ante Francisco Costa, antiguo director creativo de Calvin Klein, y ofrecer espect¨¢culo al fot¨®grafo Ryan McGinley, el cantante Troye Sivan y el actor Colton Haynes.
Palomo va recuperando su seguridad. ¡°Nueva York nos necesita¡±, asevera. ¡°Que la gente se d¨¦ cuenta de que estoy aqu¨ª muy en serio, que vengo a por todas y que quiero ser un gran dise?ador¡±, remata. Sus palabras no son en vano y por su desfile en Cadillac House pasean su sello dieciochesco, sus organzas, sus rasos y su pata de gallo. Y se aparean violentamente con el fetichismo del l¨¢tex rojo, con los brillos y las lentejuelas.
En la org¨ªa de influencias de Palomo un modelo de cebra morada y met¨¢lica somete a unos zapatos de leopardo, un cuerpo de pavo real emerge de un traje de raya diplom¨¢tica y ese caracolillo tradicional de feria de Andaluc¨ªa se desmadra hasta casi estrangular a uno de los modelos andr¨®ginos. ¡°El punto cordob¨¦s siempre est¨¢, porque creo en C¨®rdoba, he vivido en C¨®rdoba y es lo que soy¡±, dice el joven dise?ador. Y aunque todo empieza con m¨²sica electr¨®nica, evoluciona hacia el quej¨ªo flamenco, como un grito de orgasmo recibido con una ovaci¨®n cerrada.
Dicen en Nueva York que cuando has alcanzado el ¨¦xito es cuando empieza el trabajo verdaderamente duro y ahora a Palomo le toca entender el modelo industrial de la capital del capital. ¡°Yo el tema del dinero lo llevo fatal, lo odio como creo que todo creativo¡±, reconoce. Pero Objeto Sexual, en ese sentido, es la menos plat¨®nica y la m¨¢s consumada de sus colecciones, por lo que parece que el dise?ador viene con la lecci¨®n bien aprendida.
La otra m¨¢xima es la que bien practica Alexander Wang: que en Nueva York no hay buen desfile sin buena fiesta. Palomo eligi¨® para ello un lugar con retranca: el Happy Ending, un antiguo local de masajes situado en el Lower East Side donde se cerr¨® con un ¡°continuar¨¢¡± este cap¨ªtulo del cuento del ni?o que empez¨® con la mayor colecci¨®n de barbies de Posadas y lleg¨® a ser pr¨ªncipe de la Semana de la Moda de Nueva York.
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