Vistatriste

Hace algunos meses un dirigente de Podemos me advirti¨® de que se hab¨ªa declarado una guerra dentro del partido. El relevo de Jos¨¦ Manuel L¨®pez al frente del grupo en la Asamblea de Madrid fue el hecho m¨¢s elocuente. Elegido en las urnas como cabeza de lista, la acci¨®n de apartarlo desde dentro del partido se emparentaba con la destituci¨®n por la que Pedro S¨¢nchez le cambi¨® a Tom¨¢s G¨®mez la cerradura del despacho. Como es costumbre en la vida, muy pocos escuchan el mandamiento tan razonable de no le hagas a nadie lo que no te gustar¨ªa que te hicieran a ti. La trifulca dentro de Podemos ha degenerado en un combate personalista. Los medios necesitan figuras singulares, y al final la pelea entre Iglesias y Errej¨®n es la reducci¨®n habitual entre antagonismos, como saben los aficionados a los toros, al cine o al rock.

La ventaja de Podemos es que es el ¨²nico partido en Espa?a que aplica una rigurosa democracia en la elecci¨®n de su direcci¨®n. Admiten, como sucede en Francia, que voten los simpatizantes inscritos. En el Partido Popular, donde el odio entre dirigentes ha recobrado con Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes nueva fuerza, se habl¨® de proponer primarias y al final se ha maniobrado para que nada escape al control del l¨ªder. En Ciudadanos la campa?a de primarias dur¨® 48 horas y dio tiempo a que saltara a la arena pol¨ªtica un aspirante grotesco que pronunci¨® la frase m¨¢s vil del a?o. Cito textualmente: ¡°Yo estoy aqu¨ª para hacer Eggpa?a grande otra vez, como el Donald ese¡±. El problema en el PSOE es reducir sus primarias a los militantes, subdivididos en taifas de poder y poder¨ªo, como saben Madina y otros derrotados por conchabes que perpet¨²an la tragedia de ese partido, que insiste en elegir l¨ªder sin consultar a sus votantes.

Hace 17 a?os, el montador Pablo del Amo, me dio un consejo que no he olvidado: ¡°Las pel¨ªculas no se dirigen en asamblea, eres el director y por tanto responsable¡±. Del Amo era un hombre ¨ªntegro de una izquierda perdida, cuyo sufrimiento en las c¨¢rceles del franquismo le hac¨ªa al¨¦rgico a las imposturas revolucionarias y las poses con asalto a cielos. Al epitafio c¨®mico de Bescansa en Paz, le sigue la ronda de votaci¨®n que culminar¨¢ en Vistalegre, recinto de ir¨®nico nombre visto el ¨¢nimo de los convocados por Podemos.

Se har¨¢n mayores con su primera escisi¨®n, su primer apu?alamiento entre familias internas y a lo mejor dejar¨¢n de dar lecciones de moral y aceptan con humildad el convertirse en algo tan vulgar como un partido pol¨ªtico.