Los hijos del califato
Hasta el momento, ya han muerto 84 ni?os luchando en las filas del Estado Isl¨¢mico
Son ya m¨¢s de un millar los menores de 16 a?os, algunos con tan solo 10, que la ¨²nica escuela que han pisado en su corta vida ha sido la del ISIS. Son adoctrinados en campos de entrenamiento como el de Al Tabqa, a 55 kil¨®metros del oeste de Raqa, donde memorizan el Cor¨¢n. Pero tambi¨¦n aprenden artes marciales, el uso de armas y c¨®mo degollar a un adulto. No les hacen falta pistolas de juguete, porque ensamblan y entrenan con una de verdad. Apenas levantan un palmo del suelo y ya auguran un defenestrado futuro. Al menos 84 de ellos han muerto en combate, en operaciones suicidas o plantando fallidos dispositivos explosivos.
Proezas por las que se les felicita y que sus mentores han grabado y difundido en las redes sociales. Y que seguramente han inspirado a lobos solitarios yihadistas como Abu Nemer, un padre sirio que bes¨® delante de un objetivo a sus dos hijas de siete y nueve a?os antes de mandarlas con sus mochilas del colegio cargadas de explosivos a estallarse en una comisar¨ªa de Damasco. Son hijos de yihadistas que siguen los pasos de sus padres, pero desprovistos de infancia y con una mente formateada para convertirse en entrenados asesinos. Otros son simplemente v¨ªctimas de la pobreza y la geograf¨ªa, entregados por sus progenitores a cambio de sueldos mensuales.
Los que ten¨ªan 10 a?os cuando en junio de 2014 el ISIS clam¨® un pedazo de Siria e Irak como su califato, llevan ya tres bajo el adoctrinamiento yihadista. No les hacen falta los videojuegos que el grupo terrorista distribuye como gancho para adolescentes ¨¢rabes. Ni im¨¢genes de despiadados muyahidines en las redes sociales que atraigan a los europeos a sus filas. Son el futuro del ISIS creado por el ISIS. Tomar¨¢n el relevo de un testigo que durante tres d¨¦cadas los talibanes pasaron a Al Qaeda y ¨¦stos al ISIS. A diferencia de sus mentores, no han podido ser ni?os, ni se sumaron por ideolog¨ªa, religiosidad ac¨¦rrima o por liberar los confines de una tierra. Los campos de entrenamiento del califato se han convertido en un agujero en el tiempo donde se les roba el derecho de ser v¨ªctimas de guerra para convertirlos en verdugos del ma?ana.
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