La primera dama invisible
Desde el comienzo de legislatura el 20 de enero, Melania Trump no ha vuelto a pisar Washington pese a ser la esposa de un presidente con car¨¢cter omnipresente
Parece que hay que viajar hasta Florida para poder ver a la nueva primera dama, Melania Trump. Es ese, en los alrededores de Mar-a-Lago, la mansi¨®n de lujo de su esposo y presidente, Donald Trump, el ¨²nico sitio donde se ha podido avistar a la nueva primera dama desde que su marido asumi¨® la presidencia el pasado 20 de enero, hace ya casi un mes. Aunque las esposas de los mandatarios suelen tomarse un tiempo para adaptarse a su nueva funci¨®n en una Casa Blanca que les tiene reservado un sitio destacado, aunque no totalmente definido, su hasta ahora pr¨¢cticamente nula implicaci¨®n en el d¨ªa a d¨ªa presidencial ¡ªni siquiera vive a¨²n en Washington, ni parece su intenci¨®n¡ª ha empezado a hacer arquear alguna que otra ceja.
A Michelle Obama no le hac¨ªa ninguna gracia ser primera dama y, mucho menos, tener que instalarse en la Casa Blanca en el mes de enero, en mitad del curso escolar, con dos hijas peque?as que, con 8 y 10 a?os, eran las m¨¢s j¨®venes en d¨¦cadas que se mudaban a la residencia presidencial. Pero lo hizo, siguiendo las recomendaciones de asesores pol¨ªticos que le dijeron que estar¨ªa muy mal visto que no se uniera a su esposo nada m¨¢s asumir este la presidencia, tal como tambi¨¦n hab¨ªan hecho sus predecesoras. Su sucesora no ha tenido tantos miramientos.
La tercera esposa del magnate neoyorquino reconvertido en presidente de Estados Unidos ya hab¨ªa anunciado su intenci¨®n de permanecer en Nueva York al menos hasta que su hijo, Barron, de 10 a?os, acabe el presente curso escolar. Pero seg¨²n US Weekly, esta situaci¨®n podr¨ªa prolongarse m¨¢s de lo anunciado. ¡°Decidir¨¢n al final del a?o escolar si siguen as¨ª o si se mudan a Washington¡±, dijo, seg¨²n la revista, una fuente pr¨®xima a la familia Trump. Una situaci¨®n que, de confirmarse, no tendr¨ªa ¡°precedentes¡±, declar¨® a France Presse la especialista en primeras damas Katherine Jellison, profesora de Historia en la Universidad de Ohio. De momento, van a cumplirse tres semanas desde que Melania Trump, de 46 a?os, pis¨® la capital del pa¨ªs.
Mientras el matrimonio presidencial decide su futuro en com¨²n o no en Washington, el Ala Este, lugar tradicionalmente reservado a la primera dama y su equipo, sigue pr¨¢cticamente vac¨ªo pese a que se acumulan las tareas pendientes: desde los tours por la famosa residencia presidencial, que suele organizar la oficina de la primera dama, a la pr¨®xima celebraci¨®n de Pascua, en la que la casa del presidente se suele llenar con miles de invitados, muchos de ellos ni?os. Y es que aunque el puesto de primera dama no conlleva tareas oficiales, la esposa del mandatario de EE?UU, sobre todo en las ¨²ltimas d¨¦cadas, ha asumido un papel importante de representaci¨®n y, tambi¨¦n, como organizadora de eventos sociales, adem¨¢s de adoptar una causa que promociona durante los cuatro u ocho a?os que le toca vivir en el 1.600 de Pennsylvania Avenue. Seg¨²n hab¨ªa adelantado durante la campa?a electoral la propia Melania Trump, su misi¨®n como primera dama y esposa del presidente m¨¢s tuitero de la historia ser¨¢ denunciar el ¡°ciberacoso¡±.
Nuevo equipo
Quiz¨¢s conscientes de los crecientes rumores respecto al desapego de la exmodelo de origen esloveno por un puesto por el que tampoco ha profesado p¨²blicamente una gran ambici¨®n personal, la Casa Blanca anunci¨® estos d¨ªas los primeros puestos del equipo de la primera dama. El mi¨¦rcoles, se supo que ha elegido como su secretaria social a Anna Cristina Niceta Lloyd, casada con el nieto de la mujer que ayud¨® a Jackie Kennedy a dise?ar el famoso jard¨ªn de rosas de la Casa Blanca, seg¨²n destac¨® la Presidencia. Y hace una semana se anunci¨® que ha seleccionado a Lindsay Reynolds como su jefa de gabinete. Como tal, la veterana de la Casa Blanca, donde ya trabaj¨® en la era de George W. Bush, ser¨¢ responsable de ¡°las operaciones diarias de la Oficina de la Primera Dama¡± y de la agenda de la esposa del presidente. Aunque esta siga notablemente vac¨ªa.
Ivanka, hija mayor y suplente de lujo
Cuando el mi¨¦rcoles de la semana pasada Donald Trump se desplaz¨® hasta Dover, Delaware, para recibir los restos de William RyanOwens, el primer soldado estadounidense ca¨ªdo en la primera acci¨®n militar ordenada por el republicano, en Yemen, quien lo acompa?¨® fue Ivanka Trump. La hija mayor del presidente tiene un lugar destacado en la Casa Blanca como asesora no oficial de su padre en temas como la baja por maternidad pagada que dice quiere promover, pero tambi¨¦n como esposa de uno de sus consejeros oficiales, Jared Kushner.
Aun as¨ª, en numerosas entrevistas ella ha negado su intenci¨®n de suplantar a Melania Trump en las tareas de primera dama. Ivanka Trump, de 35 a?os, s¨ª se mud¨® a Washington con su marido y sus tres hijos poco antes de la investidura de su padre y es una figura habitual ahora en los pasillos de la residencia presidencial.
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