Claro que no hab¨ªa dioses en el Olimpo de Podemos
Es evidente lo que se dirime en Vistalegre II: qui¨¦n manda y con qu¨¦ margen
Entre 2014 y 2016 se produjo un gran movimiento de confianza hacia los nuevos partidos. Millones de personas creyeron de verdad que toda la culpa de la crisis econ¨®mica y de la corrupci¨®n reca¨ªa en el anterior bipartidismo, presentado como un compendio de males sin mezcla de bien alguno, y que hab¨ªa contaminado irreversiblemente el ¡°r¨¦gimen del 78¡±. En especial, de Podemos se esperaba una aut¨¦ntica regeneraci¨®n de la vida p¨²blica y una fuerte rectificaci¨®n del rumbo social de Espa?a. De ah¨ª el estupor causado ahora por sus descarnadas luchas intestinas.
Los comunicadores de Podemos ¡ªy muchos son muy buenos¡ª indujeron una serie de ret¨®ricas inflamadas destinadas a crear ilusiones. Insuperable aquella de ¡°el cielo se toma por asalto¡±, lanzada por Pablo Iglesias en la asamblea de Vistalegre I, que asust¨® a los buenos burgueses tanto como gener¨® falsas expectativas. La realidad ha llevado r¨¢pidamente a Podemos a zambullirse en el mismo terreno de peleas por el poder que otros. Aqu¨ª no se encontraba el germen de nuevos seres superiores m¨¢s honrados, justos e inteligentes. Est¨¢ clar¨ªsimo lo que se decide en Vistalegre II: qui¨¦n manda y con cu¨¢nto margen puede hacerlo, lo mismo que le ocurri¨® al PSOE de diversas ¨¦pocas (tambi¨¦n ahora) y que recuerda el historial de crisis acumulado por IU.
No es agradable reconocerlo, pero la pol¨ªtica consiste fundamentalmente en esto: una constante lucha por el poder. Nadie escapa a ello porque es el fundamento del oficio. Las ideas pol¨ªticas, por interesantes que parezcan sobre el papel, no dan resultados sin la capacidad de aplicarlas, comenzando por imponerlas en el interior de las organizaciones. Y adem¨¢s est¨¢n las ambiciones que azuzan la lucha contra los rivales, los escudos que se levantan para sobrevivir a las acometidas, la utilizaci¨®n cuando conviene de medios sucios, la conspiraci¨®n, muchas veces el sectarismo.
Bien. ?Y esto es insoportable? ?Tal vez el fin de la democracia? Todo esto es parte ineludible de la pol¨ªtica. Como lo fue en la ¨¦poca del tan denostado bipartidismo espa?ol, como le sucedi¨® a la derecha en tiempos m¨¢s remotos, como ocurre en otras democracias. Muchos esperaban la actuaci¨®n de dioses de un nuevo Olimpo y ahora se lo encuentran habitado por seres humanos, con la particularidad de que sus ambiciones superan ampliamente la media de las de sus seguidores.
Si conseguimos elevarnos del pasmo producido por las luchas de Podemos, hay que recordar la causa principal de la enorme crispaci¨®n pol¨ªtica que se vivi¨® en Espa?a durante la primera etapa del siglo XXI: fue la extrema polarizaci¨®n entre PSOE y PP, las dos ¨²nicas opciones relevantes a escala espa?ola. En vez de poner tanta cara de asco hacia el viejo sistema pol¨ªtico y partidista, conviene saludar que las opciones disponibles para los ciudadanos espa?oles se hayan ampliado. Al menos, las urnas han dictaminado que ahora hay cuatro
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