Periodistas turcos: a la c¨¢rcel o al exilio
El r¨¦gimen de Erdogan castig¨® de manera cruenta a la prensa despu¨¦s del fallido golpe de Estado de julio
El 27 de julio de 2016, pocos d¨ªas despu¨¦s del intento de golpe de Estado en Turqu¨ªa, se vivi¨® una de las jornadas m¨¢s negras para la libertad de prensa. Con una sincronizaci¨®n apabullante fueron cerrados o expropiados 102 medios, entre ellos 45 diarios, 15 revistas, 16 canales de televisi¨®n, 23 emisoras de radio y tres agencias de noticias, adem¨¢s de 29 editoriales.
Era el colof¨®n a la oleada de purgas y represalias llevadas a cabo por el r¨¦gimen de Erdogan, que castig¨® de manera cruenta a la prensa. Hoy, Turqu¨ªa es la mayor c¨¢rcel del mundo para periodistas, por delante incluso de China, un viejo enemigo de la libertad de informaci¨®n acostumbrado a estar en lo alto del podio. Las organizaciones profesionales calculan que actualmente 200 profesionales est¨¢n en prisi¨®n preventiva o arrestados en comisar¨ªas turcas. Defender la independencia informativa tiene solo dos salidas: el calabozo o el exilio.
Yavuz Baydar, reportero, articulista, corresponsal y presentador de televisi¨®n, ha optado por esta ¨²ltima v¨ªa, como otra treintena de colegas que han encontrado cobijo en Europa, Canad¨¢ y Estados Unidos (de momento y hasta nueva orden del presidente Trump). En su reciente visita a Madrid, invitado por Reporteros Sin Fronteras, Baydar dibuj¨® el desolador panorama que tiene ante s¨ª la prensa independiente en Turqu¨ªa, donde en los ¨²ltimos cuatro a?os han sido despedidos 9.000 profesionales, la mitad de todo el cuerpo informativo. Seg¨²n su diagn¨®stico, ¡°los medios est¨¢n ya gen¨¦ticamente modificados¡± y los informadores son criminalizados ¡°con acusaciones de espionaje o terrorismo¡±.
Los que todav¨ªa siguen en activo pueden optar por someterse ideol¨®gicamente a lo que marca el r¨¦gimen o abrazar la autocensura. En tres a?os han cerrado 192 medios, y apenas un 5% de la prensa puede considerarse independiente, lo que provoca que la gente viva, seg¨²n Baydar, ¡°dentro de una enorme habitaci¨®n oscura¡± en la cual ha desaparecido el debate p¨²blico. El pa¨ªs ha entrado en ¡°un estado vegetativo¡±.
Es una caza de brujas sin disimulos. Los periodistas inc¨®modos son acusados de colaborar con el movimiento del cl¨¦rigo Fethullah G¨¹len, de complicidad con organizaciones terroristas, de insultar al presidente o de ser un peligro para la seguridad nacional. Baydar pide ayuda a la UE para combatir este clima con el lanzamiento de un canal de televisi¨®n v¨ªa sat¨¦lite a trav¨¦s del cual los periodistas exiliados puedan contarles a los espectadores turcos lo que de verdad ocurre dentro y fuera de sus fronteras.
Un pa¨ªs que sigue llamando una y otra vez a las puertas de la UE, dif¨ªcilmente puede entrar en el club de las democracias occidentales con una tarjeta de visita que exhibe vulneraciones sistem¨¢ticas de la libertad de prensa. Como apuntaba el Nobel de Literatura Orhan Pamuk, desde hace un siglo en Turqu¨ªa se mantiene el h¨¢bito de encarcelar a escritores (o periodistas), tildarlos de traidores y enviarlos al exilio. Y ah¨ª sigue.
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