Jamenei tiene en Trump un enemigo a su altura

Obama fue un desastre como enemigo. Acaba de reconocerlo impl¨ªcitamente el l¨ªder supremo de Ir¨¢n, el ayatol¨¢ Ali Jamenei, al agradecer al nuevo inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, que ¡°haya revelado el verdadero rostro de Am¨¦rica¡±. (S¨ª, a pesar de sus diferencias con EE UU, el r¨¦gimen iran¨ª tambi¨¦n llama a ese pa¨ªs por el nombre de todo el continente).

¡°Este caballero reci¨¦n elegido ha probado lo que llevamos diciendo durante 38 a?os sobre la corrupci¨®n pol¨ªtica, econ¨®mica, moral y social dentro del sistema gobernante de Am¨¦rica¡±, declar¨® quien ostenta la m¨¢xima autoridad iran¨ª durante un discurso ante oficiales de la Fuerza A¨¦rea iran¨ª el pasado mi¨¦rcoles, en el marco del aniversario de la revoluci¨®n de 1979.

Iron¨ªas aparte, Jamenei, entre cuyas credenciales revolucionarias se encuentra un antiamericanismo exacerbado, debi¨® de encontrar extremadamente dif¨ªcil responder a los sucesivos gestos de distensi¨®n del ex presidente Obama. Su mano tendida contradec¨ªa la propaganda oficial iran¨ª sobre el Gran Sat¨¢n. A pesar de la ausencia de relaciones bilaterales desde la ominosa toma de la Embajada de EE UU en Teher¨¢n en 1980, el predecesor de Trump intent¨® un acercamiento (desde su mensaje de felicitaci¨®n por el A?o Nuevo Persa en 2009 hasta una nunca confirmada carta al propio l¨ªder supremo en 2014) y, sobre todo, abri¨® el camino al acuerdo nuclear con su apuesta por la v¨ªa diplom¨¢tica.

De ah¨ª que el nuevo presidente, que ha tachado ese acuerdo del ¡°peor negociado nunca¡±, le facilite las cosas. Jamenei puede mostrar su total desconfianza hacia Estados Unidos sin temor a quedar como el malo de la pel¨ªcula. Al contrario, incluso se siente reivindicado por el lenguaje agresivo de Trump. Al ¡°Ir¨¢n est¨¢ jugando con fuego¡± de su Twitter tras la prueba de un misil bal¨ªstico, el l¨ªder le ha respondido que ¡°Nadie puede paralizar a la naci¨®n iran¨ª¡±.

Pero m¨¢s all¨¢ de la ret¨®rica, los pol¨ªticos que gobierna bajo su mirada vigilante, el presidente Rohan¨ª o su ministro de Exteriores, se preocupan por las consecuencias de nuevas sanciones, la eventual anulaci¨®n del pacto nuclear o la amenaza de incluir a la Guardia Revolucionaria (otro de los pilares del r¨¦gimen) en el listado de organizaciones terroristas.