La sombra de Bankia

La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha decidido citar como investigados (la antigua figura de imputado) al exgobernador del Banco de Espa?a, Miguel ?ngel Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, al expresidente de la Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores, Julio Segura, y a otros directivos del Banco y de la CNMV por sus decisiones en la constituci¨®n y salida a Bolsa de BFA-Bankia. La sala aprecia que la declaraci¨®n e investigaci¨®n del papel de los reguladores financieros puede aclarar episodios insuficientemente explicados de la salida a Bolsa de Bankia, que a la postre caus¨® un gran quebranto econ¨®mico; y determinar¨¢ si las conductas de los investigados son punibles. Los tres cargos de supervisi¨®n del Banco que participaron en la salida a Bolsa de Bankia que todav¨ªa permanec¨ªan en la instituci¨®n han dimitido tras conocerse la decisi¨®n de la Audiencia. Es el camino correcto.

Pero una vez sentado el principio general, es obligado recordar otros criterios relevantes que tambi¨¦n forman parte del sistema b¨¢sico de derechos. El primero es que ser investigado (o imputado) no equivale a ser condenado; esta precisi¨®n elemental tiene especial significaci¨®n en un asunto tan complejo como la salida a Bolsa de Bankia. La presunci¨®n es que la informaci¨®n contenida en el folleto facilitado a los inversores requiere, para confirmarla o descartarla, un examen a fondo de las cuentas de la entidad. Si hubo delito de falsedad, no debe quedar impune.

Hay que exigir adem¨¢s que la investigaci¨®n judicial sea exhaustiva. Se trata en primera instancia de evitar errores jur¨ªdicos, pero tambi¨¦n de que la conclusi¨®n final no deje lugar a dudas sobre lo que sucedi¨®. Debe quedar explicado, de una vez por todas, un episodio muy grave para el sistema financiero (y para el sistema democr¨¢tico en general) como el de la crisis de Bankia. Nada hay tan perjudicial para los intereses pol¨ªticos y econ¨®micos de un pa¨ªs como que un problema grave ¡ªuna quiebra y subsiguiente rescate con dinero p¨²blico¡ª se cierre en falso y sin las explicaciones debidas. Si lo que se quiere es una investigaci¨®n decisiva, que no deje lugar a dudas, es necesario ir mucho m¨¢s all¨¢ de los correos electr¨®nicos de los inspectores que desaconsejaban la salida a Bolsa de Bankia; la primera obligaci¨®n de los inspectores es presentar la informaci¨®n en tiempo y forma, dejando constancia escrita y no a trav¨¦s de correos electr¨®nicos.

Existe, por a?adidura, otra distinci¨®n fundamental: la que se da entre culpabilidad y responsabilidad. Esta distinci¨®n permite a los ciudadanos entender que fueron las decisiones del consejo de Bankia las que da?aron los intereses de los accionistas. Trasladar las consecuencias de los actos del consejo de Bankia a la cuenta del regulador (Banco de Espa?a) puede ser una buena t¨¢ctica jur¨ªdica pero no contribuye a la claridad final de la investigaci¨®n.

En resumen, los ciudadanos tienen derecho a que la investigaci¨®n del caso Bankia se desarrolle de forma eficaz, con los medios adecuados y una voluntad f¨¦rrea de aclarar lo sucedido. Tan equivocado ser¨ªa echar tierra al asunto de Bankia, que ha costado 22.000 millones a los ciudadanos, como proceder a ex¨¢menes apresurados, condenas precipitadas y conclusiones sin fundamento.