El enigma Macron
?Qu¨¦ sabemos del nuevo ¡®enfant terrible¡¯ de la pol¨ªtica gala?
Emmanuel Macron parece el candidato que podr¨ªa disputar a Le Pen la segunda vuelta de las presidenciales francesas. En tiempo r¨¦cord, se ha situado en torno a un 20% de intenci¨®n de voto, y lo ha hecho tirando de fuerzas propias, sin el respaldo de ning¨²n partido. Joven, din¨¢mico, inteligente, europe¨ªsta, moderno¡ el sorprendente y exc¨¦ntrico contrincante del lepenismo exhibe, por el momento, un dominio sagaz de los c¨®digos del mundo pol¨ªtico, incluida su especial capacidad de comunicaci¨®n. Ahora bien, ?ser¨¢, en realidad, un Renzi a la francesa?
?Qu¨¦ sabemos del nuevo enfant terrible de la pol¨ªtica gala? Su figura pol¨ªtica surge, h¨¢bilmente, como un dique de contenci¨®n contra el populismo lepenista, plante¨¢ndose como su reverso: frente al votante del Frente Nacional, los apoyos de Macron proceden fundamentalmente del segmento con mayor nivel educativo de la ciudadan¨ªa. Tambi¨¦n en esto Francia se parece a su anverso norteamericano: aqu¨ª, como all¨ª, la elecci¨®n se proyecta como una disputa entre los empollones y los peores estudiantes del colegio. Es tambi¨¦n una lucha entre urbanitas y votantes rurales y periurbanos, de europe¨ªstas contra patriotas. La candidatura de este hijo de la ?cole Nationale d¡¯Administration funciona porque su confrontaci¨®n con Le Pen escenifica la lucha entre dos visiones antag¨®nicas del mundo. Su ¨¦xito no se explica sin ella, igual que Renzi es en parte un producto del Movimento 5 Estrellas.
La candidatura de Macron cabalga sobre un ¡°movimiento¡±, antes que sobre un partido, y es ah¨ª donde encontramos lo m¨¢s asombroso: si el populismo surge de la crisis de representaci¨®n de los partidos tradicionales, su advenimiento acaba por reconstituir todo el sistema de mediaci¨®n pol¨ªtica. Todo se mueve ya al son de su m¨²sica. Se abre as¨ª una ventana de oportunidad para experimentos pol¨ªticos, sin que sepamos a¨²n si expresan la fatiga del sistema o su capacidad para autorregenerarse. Mala cosa si acaba como Renzi, pero positiva si su discurso rabiosamente laico y europe¨ªsta consigue asentarse en la lepenizada plaza del gaullismo. Ser¨¢, entonces, algo genuino: una verdadera innovaci¨®n con futuro. @MariamMartinezB
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