?Qu¨¦ gustazo por detr¨¢s!
El ano tiene m¨¢s terminaciones nerviosas que la vagina
A las mujeres les cuesta confesar en p¨²blico las relaciones anales, m¨¢xime si los amantes han sido fortuitos. Los hombres, solo los homosexuales lo reconocen. De los juguetes anales, casi ni hablamos.
A la hora de contar que hemos tenido una aventura pocos son los que mencionan el sexo anal; ojal¨¢ reconoci¨¦ramos con naturalidad que nos encant¨® que fulanito (o menganita con un arn¨¦s o un dildo) nos diera por culo. La sodom¨ªa es la tercera pr¨¢ctica sexual que m¨¢s practicamos despu¨¦s del coito y el sexo oral. Y que nos gusta explorar al respecto es m¨¢s que evidente, aunque las reticencias a reconocerlo las tienen hasta los propios m¨¦dicos.
As¨ª que... ?Qu¨¦ tal si hablamos de buenas enculadas?
Lo primero, pong¨¢monos c¨®modos. Enfrentarse al momento de que te metan algo por el culo, cuando menos, abruma. La culpa la tienen las heces. Pero rel¨¢jense, un excelente s¨ªntoma de salud es defecar. As¨ª que comencemos por asear nuestro recto con algo tan sencillo como una perilla. S¨ª, como la que ten¨ªa nuestra abuela para luchar contra el estre?imiento. Si no, no se extra?en si en mitad del acto sienten la imperiosa necesidad de salir corriendo al ba?o.
Si son hombres, est¨¢n de suerte. A su punto de m¨¢ximo placer, el punto P (inicial de pr¨®stata), solo se accede de un modo: por el culo. Y si son mujeres, insisto: el ano tiene m¨¢s terminaciones nerviosas que la vagina.? El sexo anal debe practicarse con preservativo, sobre todo entre parejas heterosexuales. No solo por limpieza; tambi¨¦n porque las bacterias de la vagina son igualmente contaminantes.
Entren¨¦monos; practiquemos a solas para que la sodomizaci¨®n sea placentera. ?C¨®mo? Con todo el repertorio de jugueter¨ªa er¨®tica anal que tenemos a nuestra disposici¨®n. Recurran al maravilloso mundo de los lubricantes y elijan el m¨¢s adecuado para el momento, dependiendo de los preservativos y juguetes que usen. Todos los artilugios que sirven para el placer anal tienen un anillo o un tope, ?saben por qu¨¦? Porque igual que la vagina tiende a expulsar, el recto, succiona. Es necesario que cualquier cosa que vayamos a introducir en ¨¦l no pueda escap¨¢rsenos de los dedos. D¨¦jense de experimentos de esos que terminan en urgencias de un hospital y comencemos.
1.- BOLAS TAILANDESAS: El d¨ªa que me presentaron las bolas tailandesas, casi me da un espasmo. Lo m¨¢s oriental en bolas que conoc¨ªa eran las bolas chinas y ya las hab¨ªa convertido en mis aliadas para fortalecer el suelo p¨¦lvico. Las tailandesas son iguales pero ensartadas en una ristra m¨¢s larga y las hay todas del mismo di¨¢metro o desde el tama?o de una canica hasta medio pu?o. M¨¦tanse en la ba?era con agua tibia, mast¨²rbense (solos o acompa?ados), jueguen y vayan introduci¨¦ndose por el ano las bolas. El agua templada y la excitaci¨®n ayudar¨¢n a que entren y no se preocupen, nuestros intestinos miden siete metros. Ah¨ª cabe de todo.
Jueguen, mast¨²rbense, t¨®quense, dejen que les toquen y c¨®rranse. Aprovechen los espasmos de los orgasmos para ir sacando una a una las bolas, desde la m¨¢s grande hasta la m¨¢s peque?a, que saldr¨¢ casi con toda probabilidad, en los estertores de los espasmos. A-L-U-C-I-N-A-N-T-E.
2.- PLUGS ANALES: La traducci¨®n exacta de plug es enchufe. Y efectivamente, enchufan. Se trata de un peque?o cono, por supuesto con un tope, que introducimos en el ano con lubricante. Los hay de diferentes materiales, siendo los de PVC, met¨¢licos o vidrio los mejores. F¨¢ciles de limpiar y no retienen olor alguno. Algunos son tan divertidos que tienen al final alg¨²n elemento decorativo: desde colas de zorro hasta ventosas. ?Ventosas? S¨ª, no siempre se usan a solas y a veces un alicatado hasta el techo viene estupendo para ronronear en la ba?era...
Por cierto, se han fabricado hasta comestibles y la ¨²ltima moda es llevar plug anal (de los habituales) durante horas un d¨ªa cualquiera: ir al trabajo, recoger a los ni?os y hasta cenar con los suegros enchufados.? ?Vamos, valientes!
3.- ARN?S: Si son dos mujeres las que est¨¢n en la cama, viene estupendo tener un arn¨¦s. Las penetraciones son gozosas y ser lesbiana no implica tener que prescindir de ellas. Un arn¨¦s es una polla en un cinto que una de ellas se coloca para penetrar a la otra. Por delante y por detr¨¢s, a gusto de las consumidoras. Y es el mismo artilugio que usan las mujeres para penetrar a sus hombres. Tranquilos, se?ores, su heterosexualidad sigue a buen recaudo. Y encima ser¨¢n de los listos que disfrutar¨¢n en cuanto estimulemos su pr¨®stata con el artilugio. Ver¨¢n como no se arrepienten.
?4.- DILDOS Y VIBRADORES ANALES Si la jugueter¨ªa er¨®tica ha evolucionado, no saben hasta qu¨¦ punto en el tema del sexo anal. Los vibradores y dildos anales se llevan la palma. Los hay dobles, para estimular vaginal y analmente en el mismo impulso, los hay para disfrutar a la vez con la pareja, ambos a cuatro patas acercando sus cuerpos ensartados por el mismo dildo... Otra variedad es el anillo con dildo que el hombre se engancha por debajo de los test¨ªculos y que sostienen un pene, normalmente, de menor tama?o que el suyo, que permitir¨¢ la doble penetraci¨®n con la mujer.
?No quer¨ªamos un tr¨ªo con dos hombres? ?Practiquemos, pues!
Despu¨¦s de este entrenamiento previo, no hay verga que se nos resista. Bien s¨¦ que el problema del sexo anal radica en el tama?o del miembro que intente hacer las incursiones. Por eso es imprescindible que aprendamos poco a poco a dilatar nuestro ano, que nos relajemos si pretendemos pas¨¢rnoslo de vicio. Una buena idea es hacerse el entrenamiento en pareja; ayuda bastante para terminar ensartados...
Miren el lado pr¨¢ctico: la primera decepci¨®n que podemos llevarnos al comprobar que nuestro amante no calza lo que esper¨¢bamos... Se diluir¨¢ como la espuma si lo guiamos hasta el orificio adecuado. Y es probable que a ¨¦l no le importe lo m¨¢s m¨ªnimo...
?Apuestan?
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