Pulso Ciudadanos-PP

El forcejeo pol¨ªtico en torno a la imputaci¨®n judicial del presidente de Murcia, Pedro Antonio S¨¢nchez, pone de relieve los problemas que atraviesa el pacto general entre Ciudadanos y el Partido Popular, que coadyuv¨® a la investidura de Mariano Rajoy como jefe del Gobierno. Ese pacto conten¨ªa una serie de medidas de regeneraci¨®n democr¨¢tica cuya aplicaci¨®n se ha difuminado hasta desembocar en un conflicto abierto en la regi¨®n de Murcia.

El presidente de esta comunidad, Pedro Antonio S¨¢nchez, se resiste a dimitir pese a estar imputado en el llamado caso Auditorio, lo cual es justamente la condici¨®n pactada entre el PP y Ciudadanos para que el cargo p¨²blico se aparte del cargo. El PP sostiene que ninguno de los presuntos delitos por los que tiene que declarar tienen que ver con la corrupci¨®n, que se trata de simples problemas ¡°administrativos¡± y que la renuncia solo se producir¨¢ si se decreta la apertura de juicio oral ¡ªque es una fase posterior a la imputaci¨®n¡ª, interpretaciones que no coinciden con las de Ciudadanos.

No hay duda de que el pulso va m¨¢s all¨¢ de un problema regional. El partido dirigido por Albert Rivera ha hecho de la regeneraci¨®n de la vida p¨²blica una de sus principales se?as de identidad, mientras el Partido Popular, te¨®ricamente su mejor aliado, se resiste todo lo que puede a aceptar esa l¨ªnea. Permitir que el socio m¨¢s grande le condicione o le marque lo que tiene que hacer puede pasarle una factura pol¨ªtica decisiva a Rivera, quien ya tuvo problemas para explicar su apoyo final a la reelecci¨®n de Rajoy. Por eso plantea un pulso p¨²blico: todav¨ªa demasiado prudente, pero con la intenci¨®n de fondo de que este asunto pase a primer plano. Forma parte de esa estrategia la presentaci¨®n en el Congreso de la nueva propuesta de Ciudadanos para proteger a los denunciantes de casos de corrupci¨®n y para extender a los partidos pol¨ªticos, los sindicatos y las organizaciones empresariales la responsabilidad civil subsidiaria por los delitos que cometan personas vinculadas a ellas, cuya tramitaci¨®n fue aprobada ayer en el pleno.

Ciudadanos cometi¨® un error al negarse de entrada a participar en los Gobiernos donde sus votos eran necesarios para completar las mayor¨ªas relativas alcanzadas en cada ¨¢mbito. Se negocia y vigila mucho mejor sentados a la mesa de reuniones de los diferentes Ejecutivos que qued¨¢ndose a la puerta. Parte de sus problemas vienen de ah¨ª, aunque haya corregido ese objetivo para 2019, buscando mejores resultados electorales que los de 2015 y 2016.

Pero el PP tiene que responder a lo pactado de un modo m¨¢s leal que el despreciativo modo utilizado ayer por su portavoz parlamentario, Rafael Hernando, quien solo ve en la actitud de Ciudadanos un intento de dar ¡°vueltas de tuerca para tener un titular¡±. Los pactos hay que cumplirlos. Es verdad que hay otro problema de fondo: Ciudadanos se va a encontrar con que no hay dinero para las cosas que quiere hacer. Si el partido de Albert Rivera no consigue avanzar en la regeneraci¨®n ni tampoco en medidas econ¨®micas estrella, el valor de su pacto quedar¨¢ muy expuesto y en entredicho.