Arte y moderno

?Arco! Lo que mola ver c¨®mo en los telediarios se descojonan de las obras y buscan a un se?or patidifuso que vocifere: ¡°?Esto es una tomadura de pelo! Para arte lo que tengo yo en casa, una nena que baila que te salta las l¨¢grimas¡­¡±

Que nadie se extra?e al ver marabuntas vagar desconcertadas entre instalaciones hechas de bragas, comida o aire; a¨²n hay gente que tiene por incomprensible a Picasso, un se?or que naci¨® en 1881. Igual lo has le¨ªdo un poco por encima: mil ochocientos ochenta y uno. O, lo que es lo mismo, hace 136 a?os. Para que te hagas una idea, Facebook naci¨® hace 13. Una sociedad que a¨²n no comprende el legado de un artista consagrado que naci¨® hace dos siglos en su mismo pa¨ªs y es m¨¢s que popular lo va a tener crud¨ªsimo para dejarse epatar por cualquier intento coet¨¢neo de ser conmovido.

Esto no es un alegato al cualquiercosismo ni al paleter¨ªo, sino una voz de alarma de pura desesperaci¨®n. Es muy dif¨ªcil para un artista comunicarse con una sociedad que ha dejado de prestarle atenci¨®n hace ¡ªliteralmente¡ª siglos, y al rev¨¦s: un ciudadano con su mejor voluntad, desprovisto del antes y el porqu¨¦ de lo que observa, se queda pasmado de horror, abandonado por la raz¨®n y a merced de un estupor del que yo no puedo culparle; es muy improbable que un espectador deliberadamente embrutecido (saquen sus conclusiones, me falta espacio en esta columna) le d¨¦ la mano a un artista deliberadamente vapuleado y le diga, en lugar de ¡°perdona, ?cu¨¢nto cuesta esta mierda?¡± (arte y mercado, otro d¨ªa hablamos tambi¨¦n), ¡°gracias, ?cu¨¢nto te cost¨® emocionarme?¡±.