Gestaci¨®n altruista
La donaci¨®n de la capacidad de gestar debe ser posible con estrictos controles
Art¨ªculos sobre gestaci¨®n subrogada
La evoluci¨®n de las t¨¦cnicas de reproducci¨®n asistida permite hoy gestar embriones obtenidos con material gen¨¦tico de otras personas. Esto ha abierto la puerta a que parejas del mismo sexo o heterosexuales con problemas de fertilidad puedan engendrar un hijo y gestarlo en el cuerpo de otra mujer. La ley espa?ola de Reproducci¨®n Asistida de 2006 proh¨ªbe la gestaci¨®n subrogada y declara nulo cualquier contrato, con o sin precio, que la convenga. Sin embargo, la existencia de pa¨ªses donde est¨¢ permitida, sea mediante pago o de forma altruista, est¨¢ propiciando un turismo reproductivo que plantea no pocos problemas ¨¦ticos y jur¨ªdicos. Esta situaci¨®n facilita la aparici¨®n de un lucrativo negocio de intermediaci¨®n, el abuso y explotaci¨®n de mujeres pobres y una inseguridad jur¨ªdica cuyas consecuencias pagan no solo las parejas que recurren a la gestaci¨®n subrogada en el extranjero, sino tambi¨¦n los ni?os nacidos por este procedimiento. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos estableci¨® en 2014 que no reconocer la relaci¨®n de filiaci¨®n entre estos ni?os y sus progenitores atenta contra los derechos del menor.
Es preciso, pues, modificar la ley, y creemos que existe una f¨®rmula que permite armonizar los leg¨ªtimos derechos que concurren en esta compleja situaci¨®n: la regulaci¨®n de la maternidad subrogada por motivos estrictamente altruistas. Es aplicable en este caso el mismo principio que rige en las donaciones de ¨®rganos, ¨®vulos o embriones: que no medie precio ni transacci¨®n econ¨®mica. Otra cosa es que, como ocurre en el caso de los ¨®vulos, se pueda compensar a la mujer que dona su capacidad de gestar por los tratamientos y molestias. Pero esa compensaci¨®n debe ser expl¨ªcita y transparente. Y establecer garant¨ªas de supervisi¨®n judicial a efectos de filiaci¨®n y autorizaci¨®n por parte de los comit¨¦s de bio¨¦tica. Es decir, los mismos requisitos y controles que ahora rigen en las donaciones de ¨®rganos entre vivos, cuyo objetivo es garantizar que no se produce explotaci¨®n o abuso de situaciones de vulnerabilidad. En coherencia con este planteamiento, una vez regulada, solo deber¨ªan reconocerse las gestaciones realizadas en el extranjero que cumplan los mismos requisitos.
Que la gestaci¨®n solo pueda ser altruista satisface y respeta la libertad de la mujer para decidir sobre su propio cuerpo, pero garantiza al mismo tiempo que esa libertad sea real y efectiva en todos los casos. Se trata de evitar que mujeres pobres se vean obligadas a gestar un hijo para otros por la ¨²nica raz¨®n de que son pobres y encuentran en la venta de su cuerpo su ¨²nico medio de subsistencia. El leg¨ªtimo deseo de paternidad no puede ser atendido si solo es posible a costa de la explotaci¨®n de otra persona. El mismo principio rige en sentido contrario: prohibir cualquier tipo de gestaci¨®n subrogada supondr¨ªa impedir que parejas que pueden leg¨ªtimamente beneficiarse de esta nueva posibilidad m¨¦dica en condiciones no lesivas para terceros, lo hagan. El miedo a un mal uso de la regulaci¨®n no debe llevarnos a penalizar a quienes, libre y consentidamente, pueden beneficiarse de una relaci¨®n altruista. Al contrario, una sociedad que potencia y protege este tipo de actitudes es una sociedad mejor. El miedo al abuso es leg¨ªtimo, pero no debe conjurarse con prohibiciones, sino con regulaci¨®n y vigilancia.
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