Europa primero
La m¨¢xima del presidente Trump, ¡®America first¡¯, esconde una amenaza a la estabilidad global. Es el momento de que una UE fuerte defienda los valores democr¨¢ticos y act¨²e de freno ante nacionalismos y populismos excluyentes
La Uni¨®n Europea es hoy m¨¢s necesaria que nunca, no solo para Europa sino para el mundo entero. Ante un contexto global convulso e incierto, el proyecto europeo aparece como un instrumento esencial para hacer frente a las amenazas m¨¢s serias a las que nos enfrentamos: los cantos de sirena del aislacionismo y el proteccionismo internacional y los nacionalismos y extremismos que, una vez m¨¢s, asoman la cabeza en Europa y m¨¢s all¨¢. La UE constituye nuestra mejor herramienta para combatir ambos. Una UE que a¨²n afronta retos importantes y para la que el Brexit ha supuesto un duro golpe. Urge por tanto trabajar para consolidarla y por ello sus Estados deben tener hoy una prioridad clara: the European Union first. Dicha misi¨®n no debe ser entendida como ejercicio de unilateralismo, sino todo lo contrario, como inversi¨®n en el mejor instrumento que tenemos para defender el multilateralismo y enfrentarnos a los populismos y nacionalismos excluyentes en el continente.
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El multilateralismo que ha regido el orden pol¨ªtico internacional durante los ¨²ltimos setenta a?os no es un capricho ni un lujo. Al contrario, es la necesaria y m¨¢s importante herramienta para afrontar los retos de un mundo interconectado muchos de cuyos problemas no pueden ser abordados a nivel nacional. Este orden se sustenta en varios principios b¨¢sicos: que mantener la paz y construir el progreso requiere entender y respetar las necesidades e intereses del otro; que estos intereses pueden tener tanta legitimidad como los nuestros; y que con esp¨ªritu constructivo podemos llegar a acuerdos en los que cediendo todos ganamos todos. El multilateralismo no es por tanto producto de una solidaridad insostenible sino el resultado de una interpretaci¨®n inteligente y con amplitud de miras del inter¨¦s propio.
La m¨¢xima de America first que elpresidente Trump ha fijado como principio de las relaciones exteriores de EE?UU es por ello particularmente preocupante y su aparente simplismo esconde una amenaza de primer orden a la estabilidad global, pues genera un incentivo al resto de Estados a adoptar la misma postura. Pero si todos anteponemos nuestros intereses sin consideraci¨®n a los de los dem¨¢s, si reducimos la gesti¨®n del orden internacional a meras relaciones bilaterales, se estrechan hasta lo inexistente los espacios comunes y las sinergias que permiten llegar a acuerdos. Si nadie cede todos perdemos. Especialmente problem¨¢tico es que quien adopte dicha actitud sea la primera potencia mundial, la que fija el modelo y los incentivos para el resto de pa¨ªses. Un enfoque unilateral y aislacionista lleva a un mundo m¨¢s inestable y, por tanto, no hace a EE?UU m¨¢s seguro sino todo lo contrario.
El multilateralismo que pratica la UE es la mejor herramienta para mantener la paz
De hecho, tanto la rectificaci¨®n del presidente Trump en su temprana confrontaci¨®n con China como su acercamiento a Jap¨®n son muestras de que la Administraci¨®n estadounidense empieza a entender la necesidad de un enfoque m¨¢s constructivo. En un contexto en el que se est¨¢ tratando de incrementar la presencia de las nuevas potencias emergentes, especialmente China, en las estructuras de gobernanza global e incorporarlas al tejido de intereses compartidos que ha garantizado la paz durante 70 a?os, lanzar un mensaje excluyente es la peor de las estrategias. Va contra lo que la experiencia ha demostrado ser la forma m¨¢s eficaz de unir a los pueblos y prevenir los conflictos. Es, por el contrario, un mensaje de gran utilidad para aquellos que reducen la identidad al sentimiento nacionalista, como si no hubiera nada que pudiese ejercer de v¨ªnculo y nexo de uni¨®n. Es hacer del nacionalismo y del populismo los principios rectores de las relaciones internacionales, y es de este material del que han estado hechas las confrontaciones en el pasado.
Frente a ese modelo est¨¢ la experiencia de la Uni¨®n Europea. Desde su creaci¨®n, sus miembros han dado ejemplo, con innegables errores y problemas a¨²n sin resolver, de c¨®mo las diferencias se pueden resolver de manera pac¨ªfica y constructiva. En otras palabras, los Estados de la UE estamos comprometidos con el multilateralismo y lo practicamos a diario. Por ello, porque el multilateralismo es la mejor herramienta para mantener la paz y porque la UE se ha mostrado como el mejor ejemplo de ello en la pr¨¢ctica, la prioridad hoy de los miembros de la UE debe ser dedicarse a perfeccionar la construcci¨®n del proyecto europeo. Hablar hoy de la construcci¨®n de Europa es ponerla como primer objetivo: the European Union first.
Un enfoque aislacionista no hace que Estados Unidos sea m¨¢s seguro, sino todo lo contrario
Adem¨¢s, centrarnos en la construcci¨®n de la UE es la manera m¨¢s eficaz de luchar contra la principal amenaza pol¨ªtica a la que se enfrentan hoy los Estados de la Uni¨®n: el auge de los extremismos, los populismos y los nacionalismos excluyentes. Nadie puede poner en duda que la UE, con sus defectos, ha sido una fuente de paz, democracia, modernidad y progreso para todos sus Estados. Es m¨¢s, la UE ofrece hoy quiz¨¢s la mejor defensa de los valores democr¨¢ticos e ilustrados con la que contamos. Episodios recientes muestran lo vulnerables que pueden ser las democracias nacionales a mensajes simplistas y populistas. La estructura institucional de la UE, con sus filtros y checks and balances, representa la barrera m¨¢s eficaz de la que los Estados miembros disponen ante ese flanco d¨¦bil de las democracias que representan los extremismos. El modelo comunitario ofrece, v¨ªa la necesaria negociaci¨®n que se tiene que establecer entre los diferentes pa¨ªses e intereses para llegar a una posici¨®n com¨²n, la mayor protecci¨®n frente a las pol¨ªticas populistas y nacionalistas que tanto da?o han hecho en el pasado al continente y al mundo entero.
Construyendo la UE construimos la mejor herramienta para el multilateralismo y el mejor baluarte contra los extremismos. Nadie mejor que Europa sabe c¨®mo un enfoque multilateral es la mejor manera de garantizar la paz y el bien com¨²n. Y nadie mejor que los Estados europeos conocen el peligro que acarrean los extremismos y nacionalismos exacerbados y la necesidad de hacerles frente con un esp¨ªritu ilustrado y supranacional. Por ello, en estos momentos de tribulaci¨®n, la UE puede y debe acelerar a¨²n m¨¢s su construcci¨®n. Es el momento de Europa.
Javier Solana es distinguished fellow en la Brookings Institution y presidente de ESADEgeo, el Centro de Econom¨ªa y Geopol¨ªtica Global de ESADE.
? Project Syndicate, 2017.
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