Tener hijos no es un derecho
Un consentimiento precario de las mujeres vulnerables no puede ser fundamento de la prostituci¨®n o la gestaci¨®n subrogada
Desde la perspectiva del feminismo internacionalista, las mujeres que hemos nacido y vivimos en los pa¨ªses desarrollados, adem¨¢s de progresar y afianzar la conquistas de nuestros derechos superando las barreras que van m¨¢s all¨¢ de las meras declaraciones, tenemos la obligaci¨®n de apoyar los procesos de liberalizaci¨®n y avance de las mujeres que, con peor suerte, viven en otros pa¨ªses en situaciones de desigualdad, no solo pr¨¢ctica sino incluso legal. Pero ¨¦sta no debe ser solo una mirada de g¨¦nero. En el momento actual, entiendo que tanto el pensamiento pol¨ªtico como el econ¨®mico internacional deber¨ªan ser feministas y, por tanto, atender los problemas especiales a los que las mujeres se enfrentan a causa de su sexo, evitando que en situaci¨®n de vulnerabilidad se las use, no como fines en s¨ª mismas, sino como medios para los fines reproductores o de descarga sexual de otros.
Otros art¨ªculos sobre gestaci¨®n subrogada
Vientres libres, por Luisg¨¦ Mart¨ªn
Mercado de vientres, por Beatriz Gimeno
No somos ovejas, por Noelia Oses Fern¨¢ndez
Entre los m¨¢s actuales han entrado en el debate pol¨ªtico dos problemas que se relacionan directamente con el cuerpo de las mujeres, el de la prostituci¨®n y la gestaci¨®n por subrogaci¨®n o por vientres de alquiler. Tanto la prostituci¨®n como la citada forma de gestar son objeto de an¨¢lisis para su posible regulaci¨®n, tanto desde perspectivas meramente mercantilistas y tributarias, como de protecci¨®n de derechos. Y a tales fines creo necesario se?alar que el objetivo de una regulaci¨®n de situaciones como las citadas no puede efectuarse ni desde la perspectiva de los empresarios (o incluso del inter¨¦s tributario del Estado), -que pretenden lucrarse del trabajo sexual o la necesidad de otros- ni desde la de los que pretenden convertir en derechos sus deseos.
Ceder el ¨²tero debe ser una prestaci¨®n gratuita, producto de la generosidad por amor, altruismo o solidaridad, como lo es ceder un ¨®rgano, donaci¨®n que tan adecuada regulaci¨®n tiene en nuestro pa¨ªs, pero no puede implicar la instrumentalizaci¨®n del cuerpo de una mujer, que lo cede movida por la necesidad, que es la realidad en la mayor¨ªa de casos de gestaci¨®n ¡°por encargo¡±.
Ceder el ¨²tero debe ser una prestaci¨®n gratuita, producto de la generosidad por amor, altruismo o solidaridad
Del mismo modo, regular la prostituci¨®n no puede conllevar la legalizaci¨®n de una situaci¨®n de explotaci¨®n que impida a quien la ejerce decidir cu¨¢ndo, con qui¨¦n y a qu¨¦ precio realizar una actividad sexual. Anteriores experiencias de regulaci¨®n en muchos pa¨ªses europeos supusieron el inicio, en el siglo XIX, del fen¨®meno de la denominada ¡°trata de blancas¡±, por el que se ¡°surti¨®¡± a Rusia, Egipto y Argentina, entre otros muchos pa¨ªses, de mujeres europeas reclutadas entre las m¨¢s pobres de la poblaci¨®n. En la actualidad, esa trata supone la tra¨ªda masiva a Europa de mujeres enga?adas o en situaci¨®n de necesidad para ser explotadas sexualmente por mafias, que deben mantenerse formalmente en una relaci¨®n de prostituci¨®n ¡°consentida¡±, movidas por las deudas o la obligaci¨®n de ayudar a su familia en ?frica o pa¨ªses del Este de Europa.
No se puede mantener que unas formas de consentimiento tan precarias como las se?aladas se consideren el fundamento de la aceptaci¨®n de las mujeres para que sus cuerpos se usen para gestar para otros o para el trabajo sexual mediante precio. La libertad, con no tener precio, puede ser objeto de contrato, pero la dignidad de todos los seres humanos, tambi¨¦n de las mujeres, carece de precio y no debe ser objeto de transacci¨®n. De estas premisas debe partir cualquier regulaci¨®n al respecto de las dos cuestiones mencionadas.
Mercedes Boronat Tormo es magistrada doctora en Derecho. Coordinadora de la Comisi¨®n de Igualdad de la Asociaci¨®n Jueces para la Democracia.
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