Mujer en un mundo laboral en transformaci¨®n: por un planeta 50-50 en 2030

Demasiadas mujeres y ni?as de todo el mundo dedican un n¨²mero excesivo de horas a las responsabilidades del hogar. Habitualmente, destinan a estas tareas m¨¢s del doble de tiempo que los hombres y los ni?os. Son ellas quienes cuidan a sus hermanas y hermanos m¨¢s j¨®venes, a sus familiares ancianos, a las enfermas y los enfermos de la familia, y realizan las labores del hogar. En muchos casos, esta divisi¨®n desigual del trabajo tiene lugar a expensas de su aprendizaje, y de sus posibilidades de obtener un trabajo remunerado, hacer deporte o desempe?arse como l¨ªderes c¨ªvicas o comunitarias. Esto determina los patrones de desventajas y ventajas relativas, la posici¨®n de las mujeres y los hombres en la econom¨ªa, sus aptitudes y lugares de trabajo.

Este es el mundo del trabajo sin recompensa, una situaci¨®n que permanece inmutable, una escena familiar de futuros desolados en todo el mundo. Las ni?as y sus madres sostienen a la familia con un trabajo sin remuneraci¨®n y su trayectoria de vida es muy distinta de la de los hombres del hogar.

Queremos construir un mundo laboral distinto para las mujeres. A medida que crecen, las ni?as deben tener la posibilidad de acceder a una amplia variedad de carreras, y se las debe alentar a realizar elecciones que las lleven m¨¢s all¨¢ de las opciones tradicionales, en las ¨¢reas de asistencia y cuidados de la familia y el hogar, y les permitan conseguir empleos en la industria, el arte, la funci¨®n p¨²blica, la agricultura moderna y la ciencia.

Tenemos que iniciar el cambio en el hogar y en la etapa escolar m¨¢s temprana, para que no haya ning¨²n lugar en su entorno donde aprendan que las ni?as deben ser menos, tener menos y so?ar menos que los ni?os.

Esto implica hacer ajustes en la crianza, los programas de estudios, los ¨¢mbitos educativos y los canales que transmiten los estereotipos cotidianos como la televisi¨®n, la publicidad y los diversos tipos de espect¨¢culos. Asimismo, requerir¨¢ tomar medidas contundentes para proteger a las ni?as peque?as de pr¨¢cticas da?inas que est¨¢n culturalmente aceptadas, como el matrimonio a temprana edad y todas las formas de violencia.

Las mujeres y las ni?as tambi¨¦n deben estar preparadas para formar parte de la revoluci¨®n digital. Actualmente, solo el 18% de los t¨ªtulos de grado en tecnolog¨ªas de la informaci¨®n corresponden a mujeres. En todo el mundo se necesita un cambio significativo en la educaci¨®n de las ni?as, que tendr¨¢n que cursar las asignaturas troncales (ciencia, tecnolog¨ªa, ingenier¨ªa y matem¨¢ticas) si han de competir con ¨¦xito por los "nuevos empleos" bien remunerados. En la actualidad, las mujeres representan ¨²nicamente el 25% de la fuerza laboral de la industria digital.

Seg¨²n el an¨¢lisis del Grupo de Alto Nivel sobre el empoderamiento econ¨®mico de las mujeres del Secretario General de las Naciones Unidas, para lograr la igualdad en el lugar de trabajo ser¨¢ preciso ampliar las oportunidades de empleo y de trabajo decente. A tal fin, los gobiernos deber¨¢n realizar esfuerzos concertados para promover la participaci¨®n de las mujeres en la vida econ¨®mica; los colectivos importantes, como los sindicatos, tendr¨¢n que prestar su apoyo; y se deber¨¢ dar cabida a la voz de las propias mujeres para generar soluciones que permitan superar las barreras actuales a su plena participaci¨®n. Hay mucho en juego: si se logra avanzar en la igualdad de g¨¦nero, podr¨ªa darse un impulso al PIB mundial de 12 billones de d¨®lares de los Estados Unidos de aqu¨ª a 2025.

Tambi¨¦n es preciso actuar con determinaci¨®n para eliminar la discriminaci¨®n que las mujeres encuentran en m¨²ltiples frentes, que convergen m¨¢s all¨¢ del tema del g¨¦nero: la orientaci¨®n sexual, la discapacidad, la edad avanzada y la raza. Estos factores contribuyen a la desigualdad salarial: la diferencia salarial entre hombres y mujeres es, en promedio, del 23%, pero se eleva al 40% en el caso de las mujeres afroamericanas en los Estados Unidos, por ejemplo. En la Uni¨®n Europea, las mujeres de edad avanzada tienen un 37% m¨¢s de probabilidades de vivir en la pobreza que los hombres del mismo rango de edad.

Debemos lograr que funcionen mejor para las mujeres aquellas ¨¢reas de actividad donde ya est¨¢n excesivamente representadas pero reciben una baja remuneraci¨®n, adem¨¢s de contar con escasa o nula protecci¨®n social. Se trata, por ejemplo, de que existan unos servicios estructurados para el cuidado a las personas en situaci¨®n de dependencia y a los ni?os, que responda a las necesidades de las mujeres y las emplee a cambio de una remuneraci¨®n; de que se apliquen condiciones de trabajo igualitarias para el trabajo remunerado o no remunerado de las mujeres; y del apoyo a las mujeres empresarias, que abarque su acceso al financiamiento y a los mercados. Las mujeres que trabajan en la econom¨ªa sumergida tambi¨¦n necesitan que se reconozcan y protejan sus contribuciones. Ello requiere pol¨ªticas macroecon¨®micas propicias que contribuyan a un crecimiento inclusivo y posibiliten una aceleraci¨®n considerable del progreso, en beneficio de los 770 millones de personas que viven en la extrema pobreza.

Para hacer frente a las injusticias se necesita resoluci¨®n y flexibilidad por parte de quienes crean empleo, tanto en el sector p¨²blico como en el privado. Ser¨¢ preciso ofrecer incentivos para contratar y retener a las trabajadoras. Por ejemplo, una ampliaci¨®n de las prestaciones por maternidad para las mujeres con objeto de apoyar tambi¨¦n su reincorporaci¨®n al trabajo, la adopci¨®n de los Principios para el empoderamiento de las mujeres y la representaci¨®n directa en los niveles de toma de decisiones. Junto con esto, se necesitan cambios importantes en las prestaciones para los nuevos padres, adem¨¢s de cambios culturales que hagan de la aceptaci¨®n de la licencia de paternidad una opci¨®n viable y, por lo tanto, un beneficio real para toda la familia.

En medio de esta trama compleja se necesitan tambi¨¦n algunos cambios sencillos pero de gran envergadura: que los padres se involucren m¨¢s en el cuidado infantil, que las mujeres participen en otras tareas y que las ni?as tengan la libertad de crecer en pie de igualdad con los ni?os. Es preciso que todas las partes hagan ajustes si se desea aumentar el n¨²mero de personas que puede obtener un trabajo decente, lograr que ese conjunto de personas sea inclusivo y hacer realidad los beneficios para todas y todos que prev¨¦ la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, con la promesa de un mundo igualitario.

D¨ªa de la Mujer

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