Este DJ tiene un millar de walkmans y los usa para pinchar
El ¨²nico ¡°pinchacintas¡± del mundo con walkman vive en Zaragoza. TJ Autoreverse, donde ¡°TJ¡± significa ¡°tape jockey¡±, un t¨¦rmino que ¨¦l mismo se tuvo que inventar
¡°Hay que acabar con el estigma de las cintas. Pueden o¨ªrse incluso mejor que un vinilo¡±. Con esta sentencia Lorenzo Ch¨¢rlez, tras quien se esconde TJ Autoreverse, comienza una encendida defensa del cassette. ¡°Cuando pincho, la gente se queda alucinada de que el sonido venga de un walkman. El bar luego pone su m¨²sica normal, que sale de un ordenador, y no se escucha tan bien¡±. Ataviado con una camiseta del grupo zaragozano Tachenko, nos recibe en su casa para mostrarnos parte de su colecci¨®n mientras suena el Harvest Moon de Neil Young de fondo. En cinta, por supuesto: original de Estados Unidos del 72.
Su furor por las cintas empez¨® en enero de 2011, cuando un amigo coleccionista le mostr¨® el sonido de un walkman Aiwa. ¡°Me sorprendi¨® tanto su calidad que recuper¨¦ los que ten¨ªa por casa¡±, nos cuenta. Encontr¨® el walkman de su padre, que result¨® ser el primero que comercializaron, un Sony TPS-L2. Despu¨¦s compr¨® algunos aparatos m¨¢s para escuchar m¨²sica por la calle, reemplazando a su iPod. ¡°El sonido no tiene nada que ver, el iPod tiene mucho menor rango din¨¢mico. Adem¨¢s, est¨¢ el problema de que mucha gente pone los archivos de mp3 a menor calidad para que quepan m¨¢s canciones, es cantidad versus calidad¡±, explica.
Pero el empuj¨®n definitivo vino cuando un amigo le llam¨® tras ver dos cajas de walkmans en el rastro de Zaragoza. Eran 227 piezas por 150 euros. ¡°Yo no iba a hacer colecci¨®n, pero de repente al tener estos se te abren las puertas. Si ten¨ªa este sony en gris y en negro, pues ahora lo busco en rojo y as¨ª tengo la serie completa¡±.
Fue un claro efecto llamada. Los amigos empezaron a darle los walkmans que ya no usaban, y ¨¦l cuidadosamente les pone un papelito con la fecha y el nombre de quien se lo entrega. Los ejemplares m¨¢s raros los busca en internet, y en cada pa¨ªs que visita recorre los mercadillos a la caza de gangas o rarezas. ¡°En los viajes largos siempre voy con un walkman. Me sirve para distraerme en el avi¨®n, y tambi¨¦n para sortear la barrera del idioma al preguntar por ellos¡±, nos explica. ¡°Ocurre que a veces los vendedores se ofenden. En Hanoi me dijeron que eso era ya muy viejo, y me intentaron colar una cosa peque?a con radio y mp3 dici¨¦ndome que sonaba mucho mejor. Y en Canarias el dependiente de una tienda se molest¨® porque cre¨ªa que le estaba tomando el pelo¡±.
Una ¡°walkmanpedia¡± para mostrar sus rarezas
Lorenzo tiene esta enorme colecci¨®n dividida entre sus casas de Zaragoza y Monz¨®n, en Huesca. Est¨¢ clasificando todas sus piezas en una base de datos para hacer una ¡°walkmanpedia¡± donde exponerlos y mantener vivo el sonido del walkman. ¡°A veces los dise?os son impresionantes, mucho m¨¢s sofisticados que los de Apple de hoy en d¨ªa. Espero poder hacer pronto una exposici¨®n¡±.
De entre sus aparatos m¨¢s preciados destaca el Boodo Kan de Sony, cuyo nombre deriva del estadio de Tokio afamado por su excelente ac¨²stica. Se trata del mejor walkman que hay en t¨¦rminos de sonido, y hoy puede alcanzar los 3.000 euros si viene con caja y complementos. ¡°Sacaron una edici¨®n especial de 100 unidades con auriculares y un coj¨ªn que vibraba al ritmo de la m¨²sica,¡± nos cuenta.
Otras piezas curiosas de su colecci¨®n son los walkmans japoneses que, adem¨¢s de la radio, tambi¨¦n sintonizan el sonido de la televisi¨®n. Otro ejemplar, al que apoda ¡°el camale¨®n¡±, cambia de color seg¨²n el ¨¢ngulo desde el que se mire, y viene con un solo bot¨®n que, dependiendo del n¨²mero de veces que se pulse, se pone en marcha, para o rebobina. En otras unidades m¨¢s peque?as la radio no viene integrada, sino que es un complemento en forma de cinta que se le introduce. Otro aparato viene con un videojuego, y hay uno que incluso tiene pitch control para regular la velocidad de reproducci¨®n.
Y, por supuesto, no todos ellos son ¡°walkmans¡±. Ese es el nombre comercial de los fabricados por Sony, que ha acabado convierti¨¦ndose en palabra de uso com¨²n para designar todas las pletinas portables. Pero cada marca lanz¨® su propia l¨ªnea, y entre la colecci¨®n de Lorenzo encontramos el Cassette Boy de Aiwa, el Beat Boy de Grundig o el Stereo To Go de Panasonic, nombres que hoy ya casi nadie recuerda.
En cintas no hay menos rarezas. Lorenzo nos muestra una etiquetada como ¡°especial para pa¨ªses calurosos¡±, donde la funda es herm¨¦tica para evitar los da?os por temperatura y humedad. Otra es solo una carcasa a la que se pueden montar diferentes bobinas, lo que permite mayor portabilidad para viajes. Incluso tiene ¡°cassette singles¡±, donde aparece una sola canci¨®n por cada cara. ¡°Las compr¨¦ el pasado septiembre en A Coru?a. En la tienda me dijeron que hab¨ªan sido los primeros en traerlas a Espa?a, pero que no hab¨ªan vendido nada¡±.
El ¨²nico ¡°pinchacintas¡± que usa walkmans
Todo ello le llev¨® a pinchar por primera vez en mayo de 2016 usando solo walkmans. Fue en La Lata de Bombillas, en Zaragoza. ¡°Vi en internet que otras dos o tres personas usaban cintas, pero nadie walkmans. Creo que soy el ¨²nico en el mundo que lo hace¡±, afirma. Para esa ocasi¨®n us¨® seis walkmans, m¨¢s una pletina para rebobinar. ¡°Era muy complicado porque cada canci¨®n exig¨ªa bastante tiempo de preparaci¨®n. Rebobinaba y dejaba las cintas listas en un walkman, que iba enchufando y desenchufando a la mesa de mezclas.¡±
Su selecci¨®n abarca todo el espectro de m¨²sica editada durante la vida de la cinta, desde 1968 con Azzuro de Adriano Celentano hasta 2001 con Is this it? de The Strokes. Entre ambos, ZZ Top, Michael Jackson, Los Planetas, o sus adorados Nada Surf y El Ni?o Gusano. La mayor¨ªa son grabaciones propias a partir de vinilos, CD o internet, ajustadas a cada cinta y cada aparato. Y, acompa?adas, por supuesto, del ocasional scratching, que aqu¨ª consiste en frenar o acelerar con el dedo el rotor del walkman.
Tras todo ello late un profundo culto a la m¨²sica y al sonido. En primer lugar, por poner en valor el esfuerzo de los grupos que hacen ¨¢lbumes como una unidad para escuchar de principio a fin y no como una colecci¨®n de canciones sueltas que se van saltando. Y en segundo, en la b¨²squeda de un sonido perfecto. Lorenzo cuenta que el amigo que le inici¨®, Hugo de The Walkman Archive, tiene el Back in Black de AC/DC en seis ediciones: Australia, Grecia, Reino Unido, Alemania, EEUU y Espa?a. ¡°A nuestro pa¨ªs habitualmente solo llegaba la copia de la copia, por eso es importante conseguir la tirada del lugar donde se grab¨® el ¨¢lbum, que probablemente sea la m¨¢s fidedigna a la grabaci¨®n original¡±, explica. Adem¨¢s, Hugo le ha ense?ado a obtener el mejor resultado de sus grabaciones. ¡°Si hoy alguien rescata su antiguo walkman y le pone una cinta cualquiera, puede que el sonido sea una porquer¨ªa. Pero igual el aparato es de pl¨¢stico y la cinta de tipo 1, que son las m¨¢s b¨¢sicas,¡± aclara. ¡°Recuerdo que en los 90 grab¨¢bamos las cintas de cualquier manera, a doble velocidad, de una a otra y sin ajustar nada. Pero si sabemos grabar bien una cinta puede sonar como un vinilo¡±.
La afici¨®n de Lorenzo al ¡°sonido cassette¡± no acaba en los walkmans. En el mueble de su sal¨®n, bajo tres cintas de El Ni?o Gusano enmarcadas, tiene seis pletinas conectadas a una mesa de mezclas. ¡°Cada una tiene unas caracter¨ªsticas diferentes, y suena mejor con un tipo de cinta u otro¡±, explica. Una de ellas tiene la tecla de reproducir pintada de verde y la usa solo su hijo de dos a?os. ¡°Le he grabado las canciones de las series que ve. ?l ya sabe que tiene que poner esto aqu¨ª¡±, me dice cogiendo una cinta naranja fosforito, ¡°y darle a este bot¨®n. Se sienta ah¨ª y espera hasta que sale su canci¨®n favorita. En cambio con el iPad empieza ¡®esta no, esta no¡¯, y las va pasando r¨¢pido. Creo que esto le ense?a a ser paciente, y a no sucumbir a la cultura del aqu¨ª y ahora en la que vivimos inmersos¡±.
TJ Autoreverse pinchar¨¢ el pr¨®ximo 7 de abril en La Lata de Bombillas de Zaragoza.
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