Las revistas femeninas toman partido y se politizan
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, encuentra oposici¨®n en las principales cabeceras de moda
La Administraci¨®n de Donald Trump est¨¢ encontrando oposici¨®n en un lugar insospechado: Teen Vogue y el resto de cabeceras de moda, que disparan su tr¨¢fico cuando se meten en pol¨ªtica. El 8 de marzo, D¨ªa Internacional de la Mujer, la p¨¢gina web de la hermana peque?a de la llamada biblia de la moda no se actualiz¨®, en solidaridad con el paro femenino. En su lugar, colgaron noticias sobre activismo y feminismo. Hab¨ªa que bajar bastante en la p¨¢gina principal para encontrar la primera pieza de moda ¡ªla modelo plus size de Nike enfrent¨¢ndose a sus cr¨ªticos¡ª o de una celebridad ¡ªel nuevo corte de pelo de la actriz Kristen Stewart¡ª.
No fue algo extraordinario, la revista, al igual que casi todas las llamadas ¡°cabeceras de prestigio¡± femeninas ¡ªElle, Marie Claire, Cosmopolitan, Glamour¡ª, adoptaron contenidos mucho m¨¢s politizados durante la larga campa?a electoral estadounidense y los han mantenido en la era Trump. En parte, porque les acompa?an los resultados. ¡°El entretenimiento sol¨ªa ser nuestro vertical m¨¢s popular, ahora es la pol¨ªtica, y lo ha sido durante los ¨²ltimos dos meses. Desde que empezamos a cubrir estos temas y lanzamos nuestra secci¨®n de Bienestar, en la que tratamos asuntos de igualdad, sexualidad y justicia reproductiva, nuestro tr¨¢fico ha crecido un 250%. Nuestros art¨ªculos m¨¢s populares han sido uno sobre el mensaje pol¨ªtico que se escond¨ªa tras la actuaci¨®n de Lady Gaga en la Super Bowl y la pieza sobre Trump haciendo luz de gas a Am¨¦rica¡±, confirma el director de contenidos digitales de Teen Vogue, Philipp Picardi.
El art¨ªculo que cita, en el que la periodista Lauren Duca denunciaba que el presidente gan¨® las elecciones haciendo dudar a EE?UU de su propia cordura, tuvo un enorme impacto medi¨¢tico el pasado diciembre. Dan Rather, el veterano anchorman y patriarca del periodismo estadounidense, la comparti¨® en sus redes comentando que la publicaci¨®n era una ¡°improbable fuente¡± para un ensayo tan l¨²cido y militante. Se entiende que Rather, de 85 a?os, no est¨¦ al d¨ªa con la l¨ªnea editorial de una revista para adolescentes, pero en realidad no era tan improbable. La cabecera, que tiene una directora afroamericana de tan solo 29 a?os, Elaine Welteroth, ya llevaba un a?o informado a sus lectores, la mayor¨ªa entre 18 y 24 a?os, sobre la campa?a presidencial en t¨¦rminos nada condescendientes. Lo ha notado Hillary Clinton, que cit¨® la cabecera en uno de los escasos discursos que ha concedido tras su derrota. ¡°Piensen en las noticias duras en las p¨¢ginas de Teen Vogue ¡ªdijo¡ª justo al lado de los consejos de maquillaje. Porque, ?saben qu¨¦? A las chicas les pueden interesar las dos cosas a la vez¡±.
Su cabecera madre, Vogue, tambi¨¦n ha incrementado los temas pol¨ªticos y sociales y no disimula su sesgo anti Trump, lo mismo que Elle, que ahora tiene como asesora editorial a la periodista Melissa Harris-Perry, profesora de Ciencia Pol¨ªtica bregada en el canal de noticias MSNBC. Seg¨²n Pam Vogel, analista del portal de periodismo Media Matters, ¡°estamos viendo una direcci¨®n clara de nuevos lectores que celebran encontrar una nueva perspectiva pol¨ªtica en las revistas femeninas. Y en t¨¦rminos de tr¨¢fico digital, hay evidencias de que, al menos en 2016, los lectores se dirigieron a esos portales en busca de noticias de ¨²ltima hora¡±.
Redacciones heterog¨¦neas
Vogel destaca tambi¨¦n el trabajo de las cabeceras especializadas, como Essence, para el p¨²blico afroamericano, o Latina. ¡°Llevan d¨¦cadas informando sobre estos temas de manera muy espec¨ªfica. No creo que se est¨¦n uniendo ahora al mainstream, al contrario, han liderado esa tendencia¡±. Asegura que las cabeceras femeninas, que lidian con compromisos extraeditoriales ¡ªsus poderosos anunciantes del lujo y la belleza, a los que no siempre les gusta la controversia pol¨ªtica¡ª, tienen una ventaja: la composici¨®n de sus propias redacciones, mucho m¨¢s diversa en t¨¦rminos de g¨¦nero y procedencia que las de los medios generalistas, hiperpobladas de hombres blancos de clase media. Es algo que tambi¨¦n destaca Picardi. ¡°Tenemos una plantilla muy diversa de mujeres j¨®venes con or¨ªgenes muy distintos y eso afecta a nuestra cobertura. Cuando trabajas para una publicaci¨®n femenina, el periodismo que practicas trata de dar voz a los que no la tienen. Si somos promujer, pro LGTBQ y pronegros, no significa que seamos antigobierno, solo que estamos aqu¨ª para contar la verdad para la gente que no est¨¢ representada en la Administraci¨®n actual¡±. Y eso incluye el acceso al aborto gratuito y c¨®mo conseguir el efecto ahumado con sombra de ojos.?
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