Cortes¨ªas
Da lo mismo un bolso de Louis Vuitton o unas entradas para la ¨®pera, todo se considera un gesto de consideraci¨®n por parte del que lo hace hacia el que lo recibe
?Se imagina alguien que al finalizar un juicio los miembros del tribunal salieran del juzgado portando bolsas con regalos de una de las partes en litigio? Pues eso es lo que sucede, seg¨²n parece, en el mundo del deporte y todo el mundo lo considera normal.
La pasada semana escuch¨¦ en un par de tertulias futbol¨ªsticas justificar airadamente esas pr¨¢cticas con el argumento de que se viene haciendo desde siempre y de que se trata de ¡°regalos de cortes¨ªa¡±. ?Alguien se puede creer ¡ªvociferaba uno con la vehemencia del intransigente¡ª que un ¨¢rbitro va a favorecer al Madrid porque este le regale un reloj? ?Si los regalos suelen ser productos del merchandising del equipo!, justificaba al club acusado otro de los contertulios alarmado porque uno, solo uno de entre todos los presentes, criticara esos regalos con el argumento de que los ¨¢rbitros de f¨²tbol ganan lo suficiente con su trabajo como para compr¨¢rselos ellos si lo desean. Naturalmente, a partir de un momento el griter¨ªo me impidi¨® poder seguir escuchando a los tertulianos aunque lo que me qued¨® muy claro es que todos estaban de acuerdo en que se hagan regalos a quien se quiera, salvo el aguafiestas que segu¨ªa en contra, quiz¨¢ porque sus colores no coincid¨ªan con los de los dem¨¢s. ?Pero si lo hacen todos los clubes!, fue lo ¨²ltimo que pude escuchar entre la escandalera de los participantes en la tertulia, por llamarle algo.
Esa es exactamente la clave, el pilar en el que se asienta la manga ancha de la cortes¨ªa espa?ola. Da lo mismo un bolso de Louis Vuitton que un jam¨®n de pata negra o que unas entradas para la ¨®pera, todo se considera cortes¨ªa, esto es, gesto de buena educaci¨®n y de consideraci¨®n por parte del que lo hace hacia el que lo recibe. Eso s¨ª, cuando el detalle se tiene con alguien igual o inferior (en el escalaf¨®n social, se comprende) se le llama regalo a secas. La cortes¨ªa se reserva para el pol¨ªtico, para el funcionario con poder de decisi¨®n, para la persona que por la raz¨®n que sea nos puede beneficiar o perjudicar en nuestros intereses. Y todo el mundo la ve normal, pues desde siempre los espa?oles hemos sido muy corteses, basta salir a la calle para comprobarlo. ?C¨®mo extra?arse de que despu¨¦s el peque?ito regalo de cortes¨ªa se convierta en comisi¨®n del 3%, en financiaci¨®n ilegal de partidos, en mordida al funcionario que acelera un expediente, en detalle navide?o al directivo que nos compra los productos o al empleado que nos los facilita? Se empieza asesinando ancianos y se termina por no ir a los oficios religiosos, dijo Thomas de Quincey, y eso que no conoc¨ªa a los espa?oles.
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