Vamos a comprobar si Clive Owen es un tipo tan raro como parece
Nos citamos con el actor ingl¨¦s, que se ha especializado en dotar de extravagancia a los galanes a los que da vida
Dice que odia los consejos y que jam¨¢s los da a nadie, pero ¨¦l parece haber seguido a rajatabla el ¨²nico que dio Cary Grant a los aspirantes a gal¨¢n: mantenerse bronceado, muy bronceado, entre papel y papel. Solo as¨ª se entiende que, en pleno invierno romano, Clive Owen, 52 a?os, nacido en Coventry (Inglaterra), luzca un color de tez de patr¨®n de yate o de hamaquero en temporada alta.
Est¨¢ en la capital italiana para presentar Killer in red, la minipel¨ªcula que ha rodado con Paolo Sorrentino para Campari. El licor que le da el rojo amargo a los negronis publica cada a?o un calendario con una estrella de Hollywood (Kate Hudson, Eva Green, Uma Thurman y Pen¨¦lope Cruz han posado en los ¨²ltimos), pero en 2017 ha ido m¨¢s all¨¢ con un corto entre noir y giallo en el que Owen tiene dos papeles: el cliente de un bar imposiblemente estiloso y un barman de los setenta que se pierde por una pelirroja fatale a la que interpreta la francesa Catherine Tillette.
"En 'The Knick' ten¨ªa una pizarra para recordar d¨®nde me encontraba en t¨¦rminos de consumo de droga en cada escena. Si necesitaba m¨¢s, si acababa de meterme¡ Era genial"
El trabajo le ha servido para aprender a mezclar c¨®cteles ¨Csu nuevo preferido es el Boulevardier: campari, whisky de malta y vermut rojo¨C y para sumar un realizador muy particular a su ecl¨¦ctica colecci¨®n. Ya ten¨ªa un Robert Altman (Gosford Park), un Cuar¨®n (Hijos de los hombres), un Mike Nichols (Closer) y muchos Soderberghs. Juntos rodaron las dos temporadas de The Knick, con Owen en un papel de esos por los que un actor podr¨ªa plantearse vender a su madre ¨Cya lo justificar¨¢n los publicistas¨C, el del cirujano drogadicto John Thackeray, un bastardo arrogante y autodestructivo.
¡°Ten¨ªa una pizarra para recordar d¨®nde me encontraba en t¨¦rminos de consumo de droga en cada escena. Si necesitaba m¨¢s, si acababa de meterme¡ Era genial. As¨ª siempre hab¨ªa algo m¨¢s por encima del di¨¢logo en s¨ª, ten¨ªa que reflejar si estaba colocad¨ªsimo o con una urgencia brutal. Era como un nivel m¨¢s de interpretaci¨®n¡±, asegura con entusiasmo.
?l no tiene que quejarse, como otros guapos, de que nunca les dejan interpretar al raro. ¡°Es verdad, pero es porque yo cojo a esos protagonistas y los convierto en tipos raros. Ese es mi trabajo y es as¨ª como me enfrento a muchos papeles, pensando que tiene que haber un camino que no sea tan directo. La vida no va en l¨ªnea recta¡±. Pero que no le hablen de oscuridad. ¡°Odio esa palabra. Los americanos la usan siempre [aqu¨ª se detiene y adopta un acento yanqui]: ¡®Es taaaan oscuro¡¯. ?Qu¨¦ quieren decir?, ?complicado?, ?dif¨ªcil? ?Es eso algo malo?¡±.
En Estados Unidos probablemente crean que Owen, con esa percha de haber nacido ya con traje de tres piezas, estudi¨® en Eton, como tres cuartas partes de los actores que les roban los papeles a sus estrellas. Pero lo cierto es que el actor tuvo una infancia que suele calificar de ¡°¨¢spera¡±. Su padre biol¨®gico, un cantante de country, abandon¨® a la familia cuando ¨¦l ten¨ªa tres a?os y se cri¨® con su madre y un padrastro que trabajaba de revisor de trenes.
Pocas pistas indicaban que se graduar¨ªa en la RADA, la famosa escuela de arte dram¨¢tico de la que salieron Peter O¡¯ Toole, Helen Mirren, Anthony Hopkins ?y Joan Collins! y que despu¨¦s pasar¨ªa casi una d¨¦cada interpretando obras de Shakespeare como miembro de plantilla de una compa?¨ªa teatral. Todo lo que sabe, dice, lo aprendi¨® all¨ª. ¡°A veces, me encuentro con actores que conf¨ªan en llegar al plat¨® y que ocurra la magia. Y eso no pasa nunca. La magia solo llega si has hecho el trabajo antes. El teatro te ense?a a llegar equipado¡±.
Haciendo de Romeo en el Young Vic conoci¨® a su esposa, Sarah-Jane Fenton, que le daba la r¨¦plica como Julieta. Tienen dos hijas, Hannah y Eve, y la mayor, de 20 a?os, acaba de terminar su primer curso tambi¨¦n en la RADA. ?Le dio v¨¦rtigo? ¡°No, en absoluto. No entiendo a esos actores que dicen: ¡®Oh, por nada del mundo querr¨ªa que mis hijos fueron actores¡¯. Siempre pienso: ¡®Oye, a ti no te ha ido nada mal¡¯. Por supuesto que es una profesi¨®n brutal y te enfrentas a muchos rechazos, pero la apoyo con todo mi coraz¨®n porque yo lo he pasado muy bien haciendo esto¡±.
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