El secreto de Trump para deportar
EE UU podr¨¢ expulsar a indocumentados cuya ¨²nica falta ha sido trabajar sin permiso
Durante la campa?a presidencial, Trump prometi¨® deportar a los 11 millones de indocumentados que viven en Estados Unidos. Cuando gan¨® moder¨® un poco el discurso, diciendo que deportar¨ªa a los criminales. Como presidente ha seguido repitiendo lo mismo, asegurando que las autoridades est¨¢n expulsando solo a los badhombres que amenazan la seguridad del pa¨ªs.
Pero Trump miente. Una de sus primeras acciones cuando asumi¨® el poder fue expandir la lista de prioridades para la deportaci¨®n para incorporar a millones de personas que antes no eran consideradas peligrosas. Tambi¨¦n despoj¨® a muchos indocumentados de su derecho al debido proceso para agilizar las deportaciones. Trump, pues, est¨¢ atacando con su pol¨ªtica migratoria dos cualidades que muchos admiran de EE UU: su apertura a los inmigrantes y su respeto al Estado de derecho.
Otros art¨ªculos del autor
Hasta cierto punto, un ataque es el resultado del otro. Hace tres a?os Obama estableci¨® que las prioridades para la deportaci¨®n ser¨ªan los criminales, las amenazas a la seguridad nacional y las personas que han entrado ilegalmente a partir de 2014. Apenas asumi¨® el mando, Trump acab¨® con esta pol¨ªtica. Ahora las prioridades no solo son los indocumentados condenados por un delito, tambi¨¦n los que han cometidos actos que califican como potenciales delitos por los cuales pueden ser condenados. Los que han cometido fraude o tergiversaci¨®n deliberada sobre asuntos oficiales tambi¨¦n son un blanco. Tan amplio es el nuevo criterio que abarca a indocumentados cuya ¨²nica falta ha sido trabajar sin permiso o cruzar ilegalmente la frontera. Es decir: a casi todos.
Es verdad que Obama deport¨® a m¨¢s inmigrantes que todos sus predecesores, incluyendo a muchos que no hab¨ªan cometido delitos o que hab¨ªan cometido delitos menores. Pero Trump quiere deportar a much¨ªsimos m¨¢s. A diferencia de Obama, no est¨¢ haciendo nada para que las autoridades migratorias se enfoquen en la gente realmente peligrosa.
Ahora bien, una cosa es querer hacer algo y otra cosa es poder hacerlo. ?Puede Trump aumentar masivamente las deportaciones? Hay razones para dudarlo. En primer lugar, necesita m¨¢s agentes migratorios y centros de detenci¨®n. Incluso si consigue los recursos, los procedimientos burocr¨¢ticos pueden ser engorrosos. Contratar a un agente fronterizo, por ejemplo, conlleva normalmente m¨¢s de nueve meses.
Trump enfrenta adem¨¢s otro problema. Las cortes de inmigraci¨®n, que deben aprobar muchas de las deportaciones, est¨¢n agobiadas. Tienen ahora m¨¢s de medio mill¨®n de casos acumulados con esperas que pueden extenderse hasta cinco a?os. La nueva pol¨ªtica migratoria podr¨ªa colapsar el sistema.
Lo bueno es EE UU tiene un sistema judicial independiente que ya ha dado muestras de su capacidad para frenar a Trump
Hasta ahora Trump no ha especificado c¨®mo va a confrontar cada reto. Pero s¨ª anunci¨® que lidiar¨¢ con la sobrecarga en las cortes incrementando las deportaciones expeditas. Bajo este tipo de deportaci¨®n, una autoridad puede expulsar a un indocumentado inmediatamente despu¨¦s de detenerlo, sin presentar el caso ante un juez. Hasta hace poco, las deportaciones expeditas eran utilizadas cuando se capturaba a un indocumentado a menos de 160 kil¨®metros de la frontera ¡ªy s¨®lo si el capturado llevaba menos de 14 d¨ªas en EE UU¡ª. Trump decidi¨® ampliar el plazo a dos a?os y eliminar el requisito de distancia: ahora estas expulsiones pueden llevarse a cabo en todo el pa¨ªs.
Las deportaciones expeditas se convirtieron entonces en un vulgar eufemismo: un t¨¦rmino elegante para referirse a la cruel manera como se est¨¢ despojando a millones de indocumentados de su derecho al debido proceso para eludir el embotellamiento en las cortes y aumentar las deportaciones.
Lo peor es que estas medidas afectar¨¢n sobre todo a una poblaci¨®n extremamente vulnerable: las decenas de miles de centroamericanos de El Salvador, Guatemala y Honduras que llegan a la frontera cada a?o solicitando asilo. Muchos de estos migrantes son mujeres y ni?os que huyen de sus pa¨ªses para escapar la brutal violencia de las pandillas y la pobreza extrema. Esta crisis es tan grave que m¨¢s de 200.000 menores no acompa?ados han sido capturados en la frontera desde 2013.
Durante el Gobierno de Obama muchos migrantes centroamericanos fueron injustamente deportados porque no contaban con asesor¨ªa legal y porque la burocracia estadounidense no tiene la capacidad ni la voluntad para distinguir entre los migrantes comunes y las personas que bajo la ley tienen derecho a obtener asilo. Un aumento de las deportaciones expeditas no solucionar¨¢ sino agravar¨¢ este problema.
Lo bueno es que EE UU no es una rep¨²blica bananera y cuenta con un sistema judicial independiente que ya ha dado muestras de su capacidad para frenar a Trump. La expansi¨®n de las deportaciones expeditas ser¨¢ seguramente desafiada en las cortes como el veto a los pa¨ªses musulmanes.
Pero mientras tanto, los medios y la sociedad civil tambi¨¦n deben hacer su parte y denunciar los abusos que se est¨¢n cometiendo contra inmigrantes que no representan amenaza alguna contra la sociedad estadounidense.
?Alejandro Tarre es escritor y periodista.
Twitter: @alejandrotarre
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.