ETA, el fin interminable
Otegi insiste en rechazar la condena de la banda, a la cual sigue asignando un cometido hist¨®rico de defensa de la comunidad vasca
La agon¨ªa de ETA est¨¢ recordando el cuento de Aquiles y la tortuga: sabemos desde 2011 que la historia del terrorismo vasco est¨¢ a punto de acabar, y se suceden los movimientos en ese sentido, pero sin que llegue el happy end de que ETA ha desaparecido. Tal vez porque ETA sigue existiendo aun cuando por fortuna haya dejado de ser el agente del terror. La declaraci¨®n final de Maixabel Lasa en el documental de EL PA?S permite situar muy bien el problema: lo esencial es que quede un relato ver¨ªdico, puede existir una variedad de relatos. Tal vez ser¨ªa mejor decir que lo segundo anula a lo primero, sobre todo porque frente a la historia del terror sigue alz¨¢ndose la del encubrimiento y la justificaci¨®n. Puesto a presentarse como el bueno de la pel¨ªcula, y probablemente tiene razones para ello al haber presionado eficazmente desde Batasuna a ETA, Otegi insiste en rechazar la condena de la banda, a la cual sigue asignando un cometido hist¨®rico de defensa de la comunidad vasca. Ni siquiera hace autocr¨ªtica respecto de pasadas posiciones suyas de defensa de la barbarie (recordemos el asesinato de L¨®pez de Lacalle). De hecho tiene razones para obrar as¨ª: sin esa cortina de humo, la pol¨ªtica actual de Bildu carecer¨ªa de sentido.
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Claro que para configurar una memoria hist¨®rica democr¨¢tica en Euskadi hace falta un relato que asuma tambi¨¦n los episodios de barbarie en la vertiente opuesta, pero desde la ponderaci¨®n y no de la equidistancia. Hace falta que los derechos derivados del asesinato de Lasa y Zabala sean reconocidos, un hecho puntual, pero tambi¨¦n que no todo se limite a escenas entra?ables y positivas como la del encuentro de la viuda de J¨¢uregui con su asesino. El perd¨®n y la reconciliaci¨®n son v¨¢lidos, siempre que el exterrorista asuma su error, no solo el sufrimiento causado, exponiendo por el medio que elija cual fue su trayectoria, el an¨¢lisis de la organizaci¨®n criminal a que perteneci¨®, los medios para esclarecer los asesinatos aun sin culpable. Maite Pagazaurtund¨²a tiene raz¨®n al insistir en este punto. En el caso paralelo del nazismo, a nadie se le ocurrir¨ªa que todo terminaba bien con el abrazo de un SS con un jud¨ªo. El odio heredado del sabinianismo en ETA tampoco ha desaparecido por desgracia. Fue importante y encomiable el esfuerzo de Eguiguren, pero tambi¨¦n el de Basta Ya, ¨¦ste sin la ambig¨¹edad que introduc¨ªa la concesi¨®n anticipada por Zapatero del ¡°derecho a decidir¡±, siendo ETA quien rompi¨® la baraja. No es hora, pues, de enternecerse ante los etarras desarmados, sino de proponer la ¨²nica versi¨®n posible, sin el menor esp¨ªritu de venganza: ETA fue derrotada.
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