Hacer palomitas de ma¨ªz y otros trabajos que perjudican seriamente la salud
Una revisi¨®n cient¨ªfica saca a la luz nuevas ocupaciones que pueden provocar enfermedades pulmonares
Trabajar en el proceso de producci¨®n de las palomitas de ma¨ªz industriales, las mismas que luego se devoran con ansia en el cine o en el sof¨¢ de casa ante una pel¨ªcula cualquiera, supone un importante riesgo para la salud. Tanto, que esta profesi¨®n aparece en la ¨²ltima revisi¨®n publicada en la revista cient¨ªfica The Lancet como una de las nuevas v¨ªas de exposici¨®n a elementos que generan enfermedades pulmonares vinculadas al trabajo. Tambi¨¦n los empleados que trabajan en procesos de fracking o en f¨¢bricas de pantallas de cristal l¨ªquido corren riesgo de padecer dolencias respiratorias.
M¨¢s de una decena de centros de investigaci¨®n internacionales han participado en la revisi¨®n cient¨ªfica que pone el foco en las patolog¨ªas respiratorias vinculadas al trabajo. Dos millones de trabajadores mueren cada a?o por accidentes o enfermedades en el ¨¢mbito laboral. La tercera enfermedad m¨¢s recurrente es de car¨¢cter respiratorio. ¡°Queremos sensibilizar de que hay ocupaciones que, aunque afectan a poca gente, tienen mucha relevancia en conjunto porque perjudican la salud¡±, se?ala el doctor Xavier Mu?oz, del servicio de Neumolog¨ªa del Hospital Vall d¡¯Hebron de Barcelona, el ¨²nico centro espa?ol que particip¨® en la investigaci¨®n.
Antes de iniciar el ceremonioso rito de comerse el cubo de palomitas de ma¨ªz ante la pel¨ªcula de turno, el aperitivo pasa por un procesado industrial para darle un sabor concreto y facilitar su conservaci¨®n. En ese proceso, algunas f¨¢bricas emplean un condimento, el diacetil, para darle un sabor m¨¢s mantecado a las palomitas. Para el comensal, este aderezo no supone, ni mucho menos, ning¨²n riesgo para la salud, pero en el entorno del proceso industrial, donde se aplica este condimento a altas temperaturas, ¡°el diacetil se evapora, se inhala y puede afectar a los bronquios¡±. El estudio cita un caso reportado en el a?o 2000 con ocho trabajadores de una f¨¢brica de Missouri (EE UU) diagnosticados de bronquiolitis obliterante (una infecci¨®n en los bronquios m¨¢s peque?os). Tambi¨¦n se detectaron casos similares en f¨¢bricas de producci¨®n de la mezcla seca de panader¨ªa y en compa?¨ªas de chocolate, patatas fritas y galletas.
Pero el de los trabajadores de f¨¢bricas de palomitas de ma¨ªz no es el ¨²nico caso nuevo que han puesto sobre la mesa los neum¨®logos en esta revisi¨®n. La controvertida t¨¦cnica de extracci¨®n de la fractura hidr¨¢ulica (fracking), que consiste en aflorar gas y petr¨®leo del subsuelo tras destruir la roca madre mediante agua y productos qu¨ªmicos a presi¨®n, tambi¨¦n ha generado enfermedades en algunos trabajadores. ¡°Es especialmente peligroso para los trabajadores y gente que est¨¢ cerca de donde se practica esta t¨¦cnica porque con los vientos, se levanta el polvo con s¨ªlice y elementos org¨¢nicos que pueden provocar silicosis, c¨¢ncer, asma¡¡±, se?ala el neum¨®logo de Vall d¡¯Hebron.
La controvertida t¨¦cnica de extracci¨®n de la fractura hidr¨¢ulica (fracking)?tambi¨¦n ha generado enfermedades en algunos trabajadores
Decolorar tejidos para fabricar tejanos tambi¨¦n es otra pr¨¢ctica m¨¢s arriesgada de lo que parece. Los expertos se?alan que algunas f¨¢bricas emplean un chorro de arena que provoca part¨ªculas vol¨¢tiles que los trabajadores pueden inhalar. Se han identificado casos de silicosis severa y deterioro en la funci¨®n pulmonar con exposiciones breves a estas part¨ªculas. Este sistema de decoloraci¨®n (sandblasting, en ingl¨¦s) est¨¢ prohibido en muchas compa?¨ªas pero todav¨ªa se utiliza en f¨¢bricas de China, Bangladesh y Pakistan donde, se?ala el estudio, no hay visos de que se vaya a prohibir pr¨®ximamente.
En la fabricaci¨®n de pantallas de cristal l¨ªquido, empleadas en muchos dispositivos electr¨®nicos, los trabajadores est¨¢n expuestos al ¨®xido de indio, un componente que en 2003 se asoci¨® por primera vez con un caso de enfermedad pulmonar intersticial (los tejidos pulmonares se inflaman y se da?an). ¡°Tambi¨¦n los trabajadores de m¨¢rmol artificial, un suced¨¢neo del m¨¢rmol, lleva s¨ªlice. Esto es peligroso para el trabajador cuando lo moldea, aunque no para el usuario que luego lo tiene en su casa¡±, a?ade el m¨¦dico.
Los investigadores tambi¨¦n han repasado el impacto en la salud de viejos conocidos, como el amianto (tambi¨¦n llamado asbesto), un material que se utiliz¨® durante buena parte del siglo XX como material de construcci¨®n para cubrir edificios y montar tuber¨ªas y tejados. Aunque ya desde los a?os 40 se sabe de sus riesgos para la salud, la Uni¨®n Europea no vet¨® totalmente su utilizaci¨®n hasta 2005. En Espa?a se prohibi¨® en 2002. Los expertos han querido recordar su nocividad porque, pese a que ya no se utiliza, las enfermedades vinculadas a la exposici¨®n al amianto ¡ªasbestosis (un tipo de fibrosis pulmonar), c¨¢ncer de pulm¨®n y mesoteliomas (tumores de pleura originados por el asbesto)¡ª tienen un per¨ªodo de latencia de 30 a?os. ¡°Lo peor est¨¢ por llegar. De aqu¨ª a 2035 veremos m¨¢s casos que nunca de enfermedades por amianto¡±, advierte Mu?oz.
"De aqu¨ª a 2035 veremos m¨¢s casos que nunca de enfermedades por amianto¡±, advierte Mu?oz
El neum¨®logo asegura que esta revisi¨®n ha de servir para ¡°poner en la mesa el problema¡±. ¡°Es para que nos pongamos las pilas todos. Unas 500.000 personas mueren en el mundo por enfermedad pulmonar que han cogido en el trabajo. No hay que bajar la guardia, los m¨¦dicos los primeros, porque como hay pocos casos, cuesta relacionar que una enfermedad surja para alg¨²n elemento vinculado al trabajo. Y se complica mucho m¨¢s cuando son agentes desconocidos que no vinculamos a esa enfermedad¡±, dice el m¨¦dico.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.