Replicantes
Los humanos iremos perdiendo las partes del cuerpo a medida que sean innecesarias y caigan en desuso
Sangre, sudor y l¨¢grimas: estas excreciones del cuerpo humano con las que se amasan las gestas heroicas de la historia son en realidad un compuesto de agua y sal procedente de ese mar que en gran parte todav¨ªa llevamos dentro. Fuimos peces, fuimos anfibios, fuimos monos, luego primates b¨ªpedos, homos habilis, erectus, sapiens y todo lo que la evoluci¨®n nos ha deparado despu¨¦s hasta ganarle la espalda a Einstein, pero sea cual sea nuestro destino final en el fondo nuestra carne seguir¨¢ siendo agua de mar hasta que en el futuro cedamos el testigo de la existencia racional a los robots creados por nosotros mismos. La nanotecnolog¨ªa har¨¢ posible que toda la informaci¨®n neurol¨®gica condensada en nuestro cerebro sea copiada en nanochips y almacenada en la estanter¨ªa de la nube y desde all¨ª podr¨¢ ser insertada en los robots, de manera que ellos tomar¨¢n nuestro lugar, incluyendo la capacidad gen¨¦tica para reproducirse o autorreplicarse. Su inteligencia artificial desarrollada exponencialmente en la era cu¨¢ntica les permitir¨¢ ejercer acciones aut¨®nomas, incluso contrarias a nuestras ¨®rdenes. Los humanos iremos perdiendo las partes del cuerpo a medida que sean innecesarias y caigan en desuso; finalmente quedaremos reducidos a algo inmaterial similar a lo que ahora llamamos alma, compuesto por part¨ªculas subat¨®micas, aptas para moverse a velocidades lum¨ªnicas con capacidad omnisciente, propia de la divinidad. Mientras tanto, en nuestro planeta, si todav¨ªa existe, los robots habr¨¢n tomado forma y textura humanoide. Sufrir¨¢n todos los problemas que el hombre abandon¨®. Entrar¨¢n en conflictos sentimentales, laborales y en guerras cruentas, pero sus gestas hist¨®ricas no producir¨¢n sangre, sudor ni l¨¢grimas porque, no habiendo salido del mar, los robots no tendr¨¢n agua ni sal, ingredientes b¨¢sicos del dolor y la gloria de la humanidad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.