Hartos de los pol¨ªticos pero nunca de la pol¨ªtica
Francia vive con verdadera pasi¨®n la campa?a electoral y todo el juego de poder en torno a ella
En otros pa¨ªses se habla del partido de f¨²tbol del d¨ªa anterior o del tiempo. En Francia no es raro escuchar en la calle, en el metro o en los caf¨¦s conversaciones sofisticadas sobre pol¨ªtica. En un mismo d¨ªa puede cazarse al vuelo una conversaci¨®n entre una pareja de veintea?eros sobre las elecciones legislativas, que llegar¨¢n en junio tras la doble vuelta, en abril y mayo, de las presidenciales; y otra entre una pareja de mediana edad sobre el gabinete negro,la expresi¨®n de la semana, que se refiere a la supuesta existencia de una c¨¦lula clandestina en el palacio del El¨ªseo para aniquilar pol¨ªticamente a los rivales del presidente, Fran?ois Hollande. Al d¨ªa siguiente, un matrimonio de Nantes, de turismo en Par¨ªs, diserta en un caf¨¦ sobre la crisis de los socialistas, el centrista Emmanuel Macron y Donald Trump.
El debate a cinco bandas del lunes ¡ªtres horas de sesudos intercambios con espor¨¢dicos momentos de tensi¨®n real¡ª tuvo casi 10 millones de telespectadores, y L¡¯?mission politique ¡ªprograma estrella de la televisi¨®n, dos horas largas con el conservador Fran?ois Fillon de invitado¡ª obtuvo m¨¢s de tres, casi un 15% de la audiencia. Fue all¨ª donde Fillon lanz¨® la teor¨ªa de la conspiraci¨®n sobre el gabinete negro, bas¨¢ndose, dijo, en Bienvenue place Beavau, un libro reci¨¦n publicado sobre los misterios del Ministerio del Interior, cuyas ventas se dispararon de inmediato. El columnista de Le Monde G¨¦rard Courtois describe el fen¨®meno en Parties de campagne: las campa?as presidenciales son el ¡°gran teatro franc¨¦s de la pol¨ªtica y del poder¡± y casi siempre cuelga el cartel de sold out, todo vendido. Tal es el ¨¦xito del espect¨¢culo.
Esto no significa que vuelvan a escucharse los lamentos sobre la abstenci¨®n. Pero la participaci¨®n suele rondar el 80%, un nivel so?ado en otras democracias. Como escribe el fil¨®sofo Michel Onfray en su ¨²ltimo libro, D¨¦coloniser les provinces, ¡°los franceses est¨¢n hartos de los pol¨ªticos, pero no de la pol¨ªtica¡±.
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